TAMPA, Fla. - Ahí estaba, Alex Rodríguez, entrenador para la vida. El Tony Robbins de los Yankees de Nueva York parecía en un buen lugar, utilizando su camiseta de A-Rod Corp., y con una expresión tranquila en su rostro. Estaba detrás de un micrófono en la carpa de prensa, respondiendo preguntas sobre su rol como instructor especial de primavera. Estaba ávido por comenzar a dar consejos.
A-Rod es probablemente el miembro más fascinante de los Yankees desde Mickey Mantle, y el mensaje del No. 13 a la juventud debe ser, en parte, tomando prestada una famosa línea del viejo libro de jugadas del No. 7: "No sean como yo".
"Yo estoy en una posición única por las cosas que he hecho en el deporte - buenas y malas", dijo Rodríguez, quien atrajo una multitud de periodistas incluso en su retiro. "Yo he aprendido mis mejores lecciones de algunos de mis errores, y algunos fueron bien grandes".
Este es el siguiente paso para alguna vez caído en desgracia Rodríguez. Ahora es mentor de la juventud de los Yankees, una especie de pase de batón que es una tradición Yankee. Y a pesar que su principal responsabilidad es dar consejos de béisbol, también tiene otra responsabilidad: ayudar a los jugadores a evitar que cometan errores en su vida como los que él cometió.
Hace apenas dos años, los Yankees rehusaron a darle a Rodríguez el privilegio de hablar en la carpa de prensa en los entrenamientos primaverales, donde las estrellas más grandes del equipo suelen dar sus primeros comentarios de la primavera. En cambio, lo relegaron a él y a la prensa a la acera en las afueras del estadio y a su casillero dentro del camerino. Luego de su suspensión de un año, era aparente que los Yankees realmente no lo querían en los alrededores.
"A menos que todavía pueda batear", dijo una fuente en ese momento.
Él logró probar eso y más, conectando 33 jonrones en el 2015 y comportandose en una forma que hizo que la organización finalmente lo quisiera de vuelta. Incluso cuando no pudo batear más, la pasada temporada, A-Rod salió del equipo con una gracia tal como cualquier otro jugador. Ahora está de vuelta, para una aparición especial, pero eso es un gran indicio de lo mucho que han cambiado las cosas desde el punto más tenue de su estancia con los Yankees.
"Yo estoy en una posición única por las cosas que he hecho en el deporte -- buenas y malas. ... Yo he aprendido mis mejores lecciones de algunos de mis errores, y algunos fueron bien grandes." Alex Rodríguez
Hubo un pronombre que resonó con fuerza durante su conferencia de prensa de 15 minutos, que vino del mismo hombre manchado por los Mets en el 2000 como el jugador que representaba el típico estereotipo de "24 más uno": A-Rod siguió utilizando el "nosotros" en vez de "yo".
"Nosotros queremos que nuestros jugadores jóvenes, primero que todo, estén en una tremenda condición física y mental", dijo Rodríguez. "Entonces queremos que adquieran una gran ética de trabajo. Y tercero, nosotros queremos que ellos se enamoren de su rutina y que logren ser maestros de los fundamentos".
Rodríguez no se va a ensuciar sus manos demasiado todavía. El martes, en su primer día, de un total de tres en esta estancia, estuvo parado en los alrededor del terreno, luciendo un poco perdido, intentando ver donde podía encajar.
Conversó con Lee Mazzilli, otro instructor especial. Se paró detrás de algunos de los torpederos reservistas mientras atrapaban rodados. Habló detrás de la jaula de bateo con el gerente de los Yankees Brian Cashman, quien, en la parte más álgida de la disputa entre A-Rod y el equipo en el 2013, se hizo famoso por decirle a Rodríguez que se "callara la jod--- boca".
El mes que viene, A-Rod volverá para otra aparición de tres días, aunque parece que en ese momento va a hacer más trabajo para la cadena de TV del equipo que en el terreno. Además tiene una venidera aparición en un programa de telerrealidad en la cadena CNBC en la cual él aconsejará atletas que tengan problemas financieros.
Si todo esto se siente como un contraste surrealista de hace solo algunos años, es porque lo es. Y A-Rod le debe todo - quiero decir todo - al dueños de los Yankees Hal Steinbrenner.
Luego de la suspensión de un año de Rodríguez, Steinbrenner se convirtió en su angel guardían, lo que le ha permitido que tenga su actual vida maravillosa. Steinbrenner salvo a A-Rod en el 2015.
En este punto, A-Rod estaba tratando de ahogar prácticamente a todo el mundo que estuviese cerca suyo en su intento de salvarse a sí mismo. Habría sido entendible si Steinbrenner le hubiese dejado en libertad, a pesar de los $61 millones que se le debían por las tres temporadas finales de su contrato de 10 años y $275 millones. Seguramente Steinbrenner le habría dejado libre de no haber sido pore se contrato. Por eso, Steinbrenner, a quien no le gusta desperdiciar dinero, le dio la bienvenida de vuelta a A-Rod en el 2015.
Si Steinbrenner lo hubiese dejado libre, A-Rod probablemente habría pasado a vivir el resto de su vida como una especie de paria público. No habrían ocurrido sus 33 jonrones en el 2015. No habría ocurrido el contrato para trabajar en TV en la Serie Mundial con la Fox, que le permitió educar a las audiencias gracias a su mayor fortaleza - hablar de béisbol. No habría existido el relativamente buen gusto (aunque algo extraño) de su salida del equipo en agosto pasado. No habría existido la oportunidad de aconsejar a los atletas sobre su dinero en la TV.
"Me siento realmente agradecido", dijo Rodríguez. "Si no hubiese sido porque Hal Steinbrenner creyó en mí y me dio la oportunidad de poner mi vida en orden, probablemente yo no estaría con ustedes aquí hoy".
Allí estuvo el martes en la misma carpa en la que hizo su famosa admisión de uso de esteroides en el 2009, haciendo una pausa mientras enjugaba algunas lágrimas, alegando que había comenzado a utilizar las sustancias solo luego de haber firmado el que en ese entonces fue el mayor contrato en la historia de los deportes profesionales en EEUU. Dondequiera que esté la verdad completa sobre su uso de sustancias, eso quedó en el pasado. Su preocupación ahora está en el futuro.
Rodríguez hizo muchas cosas incorrectas en su carrera, pero se necesitan mucho más que agujas para ser seleccionado a 14 Juegos de Estrellas y ganar tres premios de JMV. A-Rod tiene mucho material en ese cerebro de béisbol para esparcir el bien.
"Pienso que mi valor es sacarlos a cenar y disfrutar una cena de tres horas", dijo Rodríguez. "Reconocer que en la primera hora y media, ellos probablemente se sientan muy nerviosos y bien tensos. Pero que para la segunda mitad de la cena, ellos van a comenzar a hacerme preguntas reales".
En algún punto, A-Rod probablemente les deba decir, "Sean como yo - pero no exactamente como yo".