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Las conclusiones: Tyson Fury vs. Francis Ngannou

El excampeón del peso completo del UFC llevó a la decisión dividida al elusivo Tyson Fury, que llegaba como amplio favorito, pero fue a la lona y estuvo cerca de perder el invicto.


La espera valió la pena, y no solo por los casi dos años de inactividad de Francis Ngannou en la búsqueda de su debut en el boxeo, sino por los excesos de la organización del evento en Riad, donde Arabia Saudita lanzó la casa por la ventana, con performances, celebridades y caminatas al cuadrilátero acompañadas de una parafernalia que fue retrasando el arranque de la pelea entre el camerunés y el elusivo Tyson Fury.

Ante los ojos de Cristiano Ronaldo, Conor McGregor, Israel Adesanya, Kamaru Usman y un repertorio de leyendas del boxeo que difícilmente volverá a reunirse en el mismo recinto, 'El Depredador' Ngannou se llevó la victoria moral más grande de su carrera a los 37 años.

Dos jueces vieron ganar a Tyson Fury en medio de una atmósfera de una pelea presentada de manera grandiosa. Se corría el riesgo de que fuera una decepción, pero la disciplina de Francis y el hambre de hacer historia como el hombre más peligroso de los deportes de combate le dieron el tamaño.

La contienda estelar, que abre la puerta a una serie de grandes peleas de peso completo en el futuro cercano en Arabia Saudita, estuvo a la altura de cualquier pelea de campeonato mundial y se convirtió en el primer crossover del MMA al boxeo que deja a los aficionados de ambas disciplinas pidiendo una segunda parte.

Aquí las conclusiones de lo que sucedió dentro del encordado.

Francis Ngannou, con la sartén por el mango

Precisamente de esto se trataba la negativa de renovación con el UFC para el excampeón. Francis confiaba en su propia capacidad de medirse ante los mejores del mundo en el boxeo y alternar con su exitosa carrera de MMA.

Todos dudaron de él y acaba de cerrar muchas bocas.

Debemos recordar que la última pelea de Ngannou en el octágono fue en medio de dos lesiones en las rodillas y tuvo que recurrir a un juego de piso ante Ciryl Gane para quedarse con el cinturón, pero desde su llegada al Xtreme Couture y la adición de Eric Nicksick y Dewey Cooper a su esquina encontró un boxeo mucho más fino, paciente, ajustando ambas guardias, trabajando el cuerpo con el jab y se notó de manera brillante en la segunda pelea ante Stipe Miocic, un peleador de MMA que antes había sido Guantes de Oro en la universidad.

Su poder con los guantes de cuatro onzas no se puede negar, pero había que probarlo en el cuadrilátero y aunque su ventana fue tan corta como se esperaba, en los primeros asaltos, la aprovechó y mandó a la lona a Fury para sorpresa de todos en el recinto.

Tal vez le faltó condición y una mejor estrategia para mitigar los efectos del "clinch" de Tyson Fury, pudo ganar la pelea, se quedó muy cerca.

Aún en la derrota, garantizó al menos otra gran bolsa en el boxeo, el nombre de Deontay Wilder podría ser realista, más que nunca y opciones no faltarán.

Menudo problema para PFL, la promoción de MMA que ha apostado por él para su año de expansión en el 2024 y difícilmente podrá encontrarle un rival dentro de su propia plantilla o en la agencia libre para competir de manera inmediata con lo que puede representar hoy en el mundo del boxeo a sus 37 años.

Fury pone la pelea con Usyk en riesgo

Y si tenemos que pensar en un perdedor tras el resultado tendría que ser Oleksander Usyk, el ucraniano ya tenía pactada verbalmente una pelea ante Fury en el mismo escenario para el 23 de diciembre.

Antes de la apretada victoria del inglés, la ecuación Fury-Usyk era la necesaria para definir al mejor de la actualidad en el peso completo, pero el brillo se ha ido y los dos meses de distancia parecen muy cortos para que la gente olvide que Tyson tuvo un desempeño lejano a lo esperado.

Es lógico pensar que menospreció a Francis, estaba negociando la pelea que marcaría su legado mientras promocionaba esta. Visitó la lona, recurrió como es su costumbre a los abrazos siempre que se vio en peligro, su efusividad se vio empañada, su agilidad mental y de manos no fue la misma.

El boxeo sufrió un millonario golpe, irónicamente en medio de todo ese derroche de lujos y excentricidades.