El australiano Tim Tsyzu perdió por nocaut ante el ruso Bakhram Murtazaliev y ya van dos derrotas consecutivas en su carrera.
La carrera boxística de Tim Tsyzu ha quedado hecha trizas después de que el campeón ruso Bakhram Murtazaliev le propinó una paliza de primer orden en la pelea por el título mundial superwelter de la FIB que ambos disputaron en Orlando.
En su muy esperado regreso al ring por primera vez desde que sufrió la derrota ante Sebastián Fundora en marzo, Tszyu se mostró inusualmente lento y perezoso, a kilómetros de lo que muchos esperaban de alguien que se rumoreaba que estaría en condiciones de pelear contra algunos de los nombres más importantes del boxeo en 2025.
Tszyu fue derribado tres veces en una brutal demolición en el segundo asalto, que mostró el poder devastador del gancho de izquierda de Murtazaliev. El australiano mostró coraje para ponerse de pie en cada ocasión y seguir avanzando hacia su oponente.
Pero la cuarta vez que Tszyu cayó a la lona, a principios del tercer asalto, su esquina no tuvo más opción que agitar la bandera blanca y conceder lo que podría resultar ser una derrota que defina su carrera.
"Bakhram Murrtazaliev has sent Tim Tszyu back down under." #MurtazalievTszyu pic.twitter.com/0hqPIHRRnb
— Premier Boxing Champions (@premierboxing) October 20, 2024
"Cada vez que subo al ring, estoy dispuesto a morir aquí. El mejor hombre ganó esta noche", dijo Tszyu, momentos después de que terminara la pelea. "Después del primer golpe, las cosas no salieron según lo planeado. Así es el boxeo. Recibes golpes y tus reacciones son más lentas. Hice lo mejor que pude y estas cosas pasan. Vives y aprendes, ¿no?".
La pelea terminó con Murtazaliev conectando 67 golpes contra 37 de Tszyu, y 50 golpes de potencia contra 25 de Tszyu. Y fueron los rápidos jabs del ruso y la potencia desde el lado izquierdo los que hicieron la mayor parte del daño, ya que Tszyu no pudo encontrar respuestas ni construir una defensa necesaria.
La derrota impactante, ahora su segunda consecutiva, deja a Tszyu sin un camino claro hacia otra pelea por el título mundial. Es un lugar preocupante considerando que el australiano de 29 años confirmó más temprano ese día que se mudaría de Sydney a Las Vegas a fines de este año para perseguir su sueño de boxear.