Luego de las dos batallas de campeonato que en una semana vivió la división welter, algunas cosas quedaron claras, pero ninguna de ellas es su futuro. Porter-Ugás y Spence-García dejaron mucha tela por donde cortar, pero son retazos de una categoría que pasó de la expectativa a la incertidumbre en siete días.
Tras la previsible victoria de Errol Spence sobre Mikey García el pasado sábado en Arlington, Texas, ya todos sabemos que el perdedor no es un welter legitimo ni el vencedor tampoco.
O sea, uno se regresa al mismo lugar que salió para desafiar a Spence y este, seguramente, estará por estos días reflexionando sobre su presente y su futuro ¿Quedarse un tiempo más o irse pronto a las 154 libras?
Es difícil imaginarle un futuro al campeón de la FIB, por más que su imagen se valorizó con su victoria y hoy por hoy todos lo identifican como el hombre a vencer. Su estructura física se notó que fue exigida para dar el peso en la báscula el viernes. Por un tema obvio asociado a su tamaño y edad (29), en futuras peleas la historia se repetirá de manera peligrosa para su salud.
Ya vimos al final de la pelea que sobre el ring se encontraba presente Manny Pacquiao, el cual desde hace unos cuantos meses había expresado su deseo de unificar cinturones (AMB-FIB) con el vencedor del combate. Sin embargo, también vimos las diferencias físicas entre uno y otro cuando estuvieron frente a frente.
El filipino 5’ 5½″ de altura, Spence 5′ 9½″, o sea, 11 centímetros de diferencia, mientras que el alcance de brazo son 67″ para Manny y 72″ para el estadounidense.
Es decir, en el rubro distancia la diferencia a favor de Spence llega a 13 centímetros. Pero lo peor, lo que necesariamente hace hoy casi imposible imaginar esa pelea es el factor peso.
Manny Pacquiao apenas hoy supera las 146 libras, con capacidad cero de hidratar luego del pesaje para ir mas allá de las 150 como sí lo hizo Mikey García. El sábado, a la hora de la pelea, Spence pasaba las 160 libras, es decir, el tonelaje de un peso mediano.
Necesariamente el monarca FIB si aspira a enfrentarse contra el filipino, como ya lo hicieron otros en el pasado, deberá pactar un límite de peso en la balanza y otro en la rehidratación.
Ya sabemos que el dinero manda en ese tipo de decisiones, pero es necesario anteponer primero la duda de que el equipo de Spence, quizás, se decida por no arriesgar la salud de su pupilo.
MIKEY GARCÍA, YA NO ES LIGERO, NI TAMPOCO WELTER
Con respecto a Mikey García, hubo voces que le pidieron mantenerse en el peso welter, en el entendido de que en el mismo hay rivales, como el propio Pacquiao, que son accesibles. Tal vez esas voces obraron el efecto de un canto de sirena, ya que su hermano y entrenador, Robert García, reconoció como cierta la posibilidad de mantenerse en las 147 libras.
Es verdad que en el actual ambiente de los welters se ha formalizado una inocultable “Liga Comercial” donde el negocio está por delante de los logros deportivos. Basta escuchar a Danny García hablando de aquellas peleas que para él tienen sentido y menciona entre esos oponentes, al menor de los García, precisamente.
Sin embargo, la realidad de Mikey de manera independiente al dinero como objetivo mayor, debe ser la consecuencia de ese viaje sin retorno al territorio de los welters. Ya no tiene forma su físico de regresar a los 135 donde puede reinar, faltan rivales y dinero en las 140 que se supone es su división natural hoy día y, por cierto, no es ni nunca será un peso welter.
La evaluación empresarial del momento del californiano parece obligarlos a mantenerse en las 147 y seguir facturando a cuenta de su prestigio. Algo parecido, por no decir exactamente igual, a Danny García y su búsqueda de peleas redituables, sin lograr regresar a su excelente condición boxística de las 140 libras.
Es posible que, al igual que Canelo Alvarez, Miguel Ángel Cotto y tantos campeones accidentales y oportunistas, en algún momento aparezca un campeón accesible y se haga de ese ansiado quinto cinturón. Pero una cosa es ser campeón (hoy día ello es como el pan caliente) y otra muy diferente reunir los merecimientos para ser un monarca legítimo y verdadero
PORTER, UN CAMPEÓN CON LEGITIMIDAD BAJO SOSPECHA
La semana anterior, a Shawn Porter le concedieron una victoria que no fue, en su primera defensa del título welter del CMB ante el cubano Yordenis Ugas. No solo enfrentó a un desafiante que lo superó en el ring, también Porter no llevó al cuadrilátero el estilo aguerrido y agobiante que lo trajo al lugar que ocupa en la elite del boxeo de primer nivel, por el contrario, fue cauteloso, conservador y avaro con el show.
Aun así, dueño de la fiesta al fin, fue premiado por una victoria escandalosamente dividida. Lo que abrió la puerta a una intensa polémica.
Usualmente los organismos ante este tipo de decisiones tan controversiales, ordenan revanchas inmediatas. Hasta el momento, el CMB no se ha pronunciado y se ha mantenido en silencio. Esa falta de respuesta a los fanáticos y a la prensa, que de manera abrumadora cuestionó los puntajes de los jueces, ya sea para descartar o confirmar una revancha, es también sorprendente.
Si no hay una nueva pelea, tampoco Porter brinda muchas garantías de futuro en la división. Para la ceremonia de la balanza, 24 horas antes de su pelea contra Ugás, Porter llegó con dos libras de exceso de peso. Sin embargo, de manera poco menos que milagrosa, logró bajar mucho más que eso para el nuevo pesaje. Si algo tenemos claro es que el campeón welter del CMB, además de la sospecha de que tiene problemas para cumplir con el límite en la balanza, ha perdido la credibilidad y ello pone en duda, también, su legitimidad.
IMAGINAR EL FUTURO, ¡ESE LABERINTO!
Porter quería enfrentar a Spence, pero Spence quiere enfrentar a Pacquiao, al que a su vez lo quiere enfrentar Keith Thurman. El mes próximo, mientras tanto, regresa Dany García ante Adrián Granados en pelea sin títulos en juego, mientras que también en abril, Terence Crawford se las verá con Amir Khan por el cetro de la OMB.
Las posibilidades de que Crawford, una vez despache a Khan, pueda enfrentar a Spence, Pacquiao, Thurman, Porter o el mismo García, son lejanas debido a las diferencias entre promotoras. Nada hay que esperar por ese lado, excepto que Top Rank aproveche a darle vidriera a otros welters emergentes para mantenerlo activo o finalmente se deciden por aterrizar en el boxeo de primer nivel en USA al campeón europeo, el promisorio invicto español Kerman Lejarraga (27-0 con 22 KOs)
En el caso de García, si vence a Granados, sería evaluado para una revancha contra Porter (lo más probable) o contra Thurman, lo que suena a ciencia ficción. El súper campeón AMB, es “más verbo que oración completa” y es muy difícil imaginarle rivales. Solo cuando estén confirmados, nos animaremos a especular.
La realidad, es que en gran medida las expectativas que teníamos para lo que dejarían las peleas de esta semana anterior han caído.
Las 147 libras son una división donde abunda el talento, sin embargo, que coincidan grandes figuras no es ello garantía de que algún día los veremos enfrentarse. Todo lo contrario, vivimos la era de los evitados, de los campeones que eligen rivales y los hombres a vencer siguen siendo eso, hasta que pasan los 35 o 36 años y se convierten en los “ex campeones” avejentados que todos quieren enfrentar para heredar su gloria en peleas de compromisos por un lado y en una pura “chamba” por el otro.
Habrá que esperar para saber si el panorama se aclara, se mantiene igual o empeora, pero de antemano ya podemos vaticinar otro año perdido para una división que, por paradoja, tiene todo para reinar, pero se conforma con no hacerlo.