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The Greatest, Mano de Piedra, Bazooka y Marvelous: Los mejores apodos en el boxeo profesional

En el boxeo, los apodos suelen tener un fin especial, señalando las virtudes o estilos por encima de la burla, el cariño o el defecto. En este deporte, un apodo puede marcar de por vida una carrera, siendo tan importante que a muchas de las grandes estrellas se les desconoce por el nombre. En el ring, un apodo suele ser mágico.

Sin duda alguna debe hacer cientos de miles de apodos porque en este deporte cada uno tiene uno de ellos. Algunos fueron reutilizados (notablemente el Sugar de Ray Robinson, Ray Leonard y Shane Mosley, entre varios), mientras que otros fracasaron, otros dan miedo, otros dan risa, y otros son incomprensibles. Pero hubo otros que nacieron para determinado peleador y son parte de su esencia.

En la actualidad hay apodos muy conocidos, como el de 'Money' que se puso Floyd Mayweather, el ‘Canelo’ que le dicen a Saúl Álvarez desde joven, el de 'Monster' que acompaña al triturador japonés Naoya Inoue, y hasta GGG, el nombre sintetizado de Gennadiy Gennadyevich Golovkin. Hay de colores y sabores, pero aquí va una lista de algunos que pasaron a la inmortalidad y cumplieron a cabalidad las reglas de resaltar una virtud, por encima de cualquier cosa.

The Greatest

El Más Grande. Así empezó a autollamarse Muhammad Ali y así se le quedó por la eternidad. No significa en realidad que el medallista de oro y múltiple campeón de los pesos pesados haya sido en verdad el mejor en la historia, muchos tienen ahí a Sugar Ray Robinson, pero ‘The Greatest’ ajusta a la perfección lo que fue Ali dentro y fuera del ring, un peleador especial con los guantes puestos, pero que se dispuso a trascender el ring con sus ideologías y acciones. Ahí sí que fue El Más Grande.

El Intocable

Uno de los diamantes del boxeo argentino y latinoamericano. El gran Nicolino Locche nació para ser El Intocable, pues su estilo en el ring era difícil, pero excelso y fino. Tuvo 136 peleas profesionales y solo perdió cuatro de ellas (apenas una por nocaut). Un peleador que apostó a la máxima de este deporte de que gana el que más golpea sin ser golpeado. Acumuló 117 triunfos y apenas noqueó a 14 de ellos. Un verdadero artista del ring, aunque hay quien dice que entre más difícil es el estilo, más difícil de comprender y disfrutar es.

Mano de Piedra

Originalmente fue Mano de Piedra, pero luego pasó a ser Manos de Piedra. Así llamaron al gran Roberto Durán, el orgullo del boxeo panameño que para muchos es el mejor boxeador latinoamericano que ha existido. Tuvo 103 triunfos en 119 salidas al ring, y noqueó a 70 de sus enemigos. Es el único peleador que registró nocauts del round 1 al 15, cuando las peleas titulares eran a esa distancia. Sin duda un golpeador siniestro en el ring, combinado además con un gran talento y sobrada técnica.

Golden Boy

Nació el sobrenombre cuando Óscar de la Hoya conquistó el oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, y luego empezó a cosechar títulos al por mayor en el boxeo profesional, pero también porque era un peleador que brilló con luz propia. Prácticamente cualquier cosa en la que participaba tenía una trascendencia notable, incluso hasta llegó a grabar un disco y por ello recibió algunas nominaciones. El apodo de Óscar fue más allá de su faceta como boxeador y dio pie a la empresa promotora de boxeo que tiene, convirtiéndose en un referente internacional tras manejar a múltiples estrellas del pugilismo.

Bazooka

Una bazooka suele ser un arma letal en la guerra, y así de letal fue en el ring el gran tricampeón mundial puertorriqueño Wilfredo Gómez, a quien también llamaron el Niño de las Monjas. Noqueó a 42 de 44 víctimas sobre el ring, es decir, a más del 95 por ciento de los rivales a los que venció, consagrándose en la realeza del pugilismo en la Isla del Encanto. Si bien es cierto que cayó tres veces en su carrera - todas por nocaut - seguramente más de uno recordará ese poder devastador. Por cierto, de esos 42 nocauts, 28 fueron dentro de los primeros cinco rounds.

Finito

Así le puso el cronista Antonio Andere al fino boxeador mexicano Ricardo López, a quien había que apreciarle precisamente su elegancia sobre el ring, más allá de su certeza de puños y explosividad. Alumno de don Arturo ‘Cuyo’ Hernández y Tony Torres, Ricardo hizo de la técnica boxística un poema que había que disfrutar sin parpadear, porque lo combinaba con un poder sensacional en las categorías de menor peso en el boxeo, permaneciendo invicto durante toda su carrera como profesional.

Toro Salvaje

Así le decían al gran Jake LaMotta, un peleador todo terreno que durante su carrera protagonizó batallas memorables. Como no fue un peleador noqueador, LaMotta compensaba esa debilidad con la virtud de ir al frente como un auténtico toro que no daba un paso atrás a pesar de terminar muchas veces con el rostro tinto en sangre. Su valentía la acompañaba con una gran condición física que le permitió brillar en el pugilismo rumbo a convertirse en un inmortal.

Marvelous

Así de maravilloso e intratable fue Marvin Hagler, a quien el mundo del boxeo le conoció como Marvelous. Eterno campeón de peso mediano, este peleador estadounidense realmente fue grandioso sobre el ensogado. Peleó en 67 ocasiones y ganó en 62 de ellas, noqueando a 52 de sus enemigos. Para muchos es considerado uno de los cinco mejores pesos medianos de todos los tiempos, al lado de Sugar Ray Robinson, Bernard Hopkins, Roy Jones y Carlos Monzón.

Kid

Ya casi no se usa este apodo, pero hubo una época a mediados del siglo pasado que era común usar el Kid para formar parte de un sobrenombre especial, tanto que muchos de los peleadores son más conocidos por ese Kid … que por su nombre. Tal es el caso de Kid Azteca, Kid Chocolate, Kid Pambelé y Kid Rapidez, por mencionar algunos, que hacían honor a su lugar de origen, a su color de piel, o alguno de sus atributos.

Los Cuatro Fantásticos

Si bien este apodo no refiere a sólo un boxeador, retrata de manera excelente una era del boxeo en el que cuatro hombres brillaron. Durán, Hagler, Tommy Hearns y Sugar Ray Leonard convirtieron sus momentos en el ring en una época dorada en la que todos se enfrentaron contra todos, con algunas sorpresas y batallas memorables que hasta la fecha siguen siendo evocadas por los amantes del boxeo.