El futbol es ese deporte en el que, cuando todo parece perfecto, llega un imprevisto que te hace sufrir hasta la saciedad. Tan real que da miedo. Y es el estado actual del Real Madrid en defensa. Concretamente en los laterales, pero sin olvidarse del centro de la zaga.
El año pasado los de Carlo Ancelotti hicieron un año increíble entre el título de la Champions League y la Liga ganada con cuatro partidos para terminar el curso. Benzema brillaba con luz propia, Modric maravillaba con sus trucos de mago y la irrupción de Vinicius le aupó al Olimpo de los mejores jugadores actuales donde, por cierto, sigue.
Todo funcionaba bien porque el secreto del éxito se cimentó con una defensa férrea que, con algún que otro partido “sufrido”, aseguraba un rendimiento sobresaliente. Y, si la defensa no tenía su día, ahí estaba Thibaut Courtois para arreglar los despistes y demostrar por qué es el número uno del mundo en su posición.
Sin embargo, da la sensación de que este año, atrás, apenas queda Courtois y poco más. Por eso al Real le está costando un mundo enganchar esas rachas que el año pasado le permitieron afrontar un año tranquilo.
Para mejorar lo que entonces funcionaba se incorporó a un Antonio Rudiger que convenció a los directivos del Madrid en la eliminatoria de Champions League contra el Chelsea en el Santiago Bernabéu. El resto, según la mayoría, no necesitaba ningún cambio porque funcionaba.
Pero algo está fallando en ese motor trasero. David Alaba ya no es el jugador polivalente que le da oxígeno y opciones a Carlo Ancelotti. Al austríaco le está costando mucho acercarse al nivel del año pasado y sufre en cada partido. Militao mantiene el nivel, pero goza de más irregularidad en esta primera mitad de temporada.
El verdadero drama está en los laterales. Dani Carvajal y sus intermitencias intercambian partidos magistrales con otros en los que el carril del 2 sufre contra cualquier rival. Y lo del 3 es un Expediente X que nadie logra entender. Vale que Ferland Mendy sea un jugador distinto y un lateral cuyas salidas “extrañas” con la pelota alteran el ritmo cardíaco de muchos aficionados, pero este año no es ni la sombra de lo que fue.
Despistado, fuera de posición y con poco bagaje tanto en defensa como en ataque está sembrando las dudas de un futuro que, a dos años vista de la finalización de su contrato, no está nada claro.
El problema con los laterales va más allá porque, entendiendo las malas rachas de los titulares, no hay sustitutos: ni están, ni se les espera. Odriozola no cuenta con Ancelotti y apenas ha jugado un partido, el de Copa del Rey, en lo que va de año.
En el lateral izquierdo, salvo la opción de David Alaba o el invento de Camavinga, no hay un sustituto natural. Cada poco suenan nombres como el del ex canterano blanco y ahora jugador del Rayo Vallecano Fran García. Y cuando ciertos nombres comienzan a sonar con fuerza, mala señal. Y más, a mitad de año.
Al Madrid le está costando volver a su versión del año pasado. En los últimos meses, tan sólo ha dejado la portería a cero en dos ocasiones, contra el Elche y contra el Valladolid. La derrota contra el Villarreal ha servido para sembrar de más dudas el presente de un equipo en el que todos siguen confiando, pero al que le falta la chispa habitual arriba y la fortaleza defensiva que el año pasado le hizo campeona. Veremos si en la segunda vuelta Carlo Ancelotti puede arreglar ese desaguisado, que falta hace.