OXNARD, Calif. -- Desde que llegó a los Dallas Cowboys el año pasado, Dak Prescott y Ezekiel Elliott se han hecho buenos amigos.
Mientras Elliott lidia con una investigación de la NFL sobre un presunto incidente de violencia doméstica, en julio pasado y sobre otro altercado en el que presuntamente estuvo involucrado la semana pasada en un bar de Dallas, Prescott ofreció apoyo al corredor sin entrar en detalles de los problemas de su compañero.
“Definitivamente, (Ezekiel) es un buen amigo. Me enorgullece ayudarlo de cualquier forma dentro y fuera del campo. Así es”, señaló Prescott.
Los Cowboys experimentaron varios problemas extra deportivos en el último mes, incluida la revelación del arresto del receptor Lucky Whitehead en junio pasado por robar una tienda departamental. Whitehead no informó al equipo de su arresto y terminó por ser cortado.
Los Cowboys afirman que hacen responsables a los jugadores por sus acciones. Jason Witten indicó que los jugadores han hablado de sus problemas dentro del grupo.
“Probablemente he tomado tantas malas decisiones como estos chicos, tengo sólo 23 años, así que, definitivamente, nadie puede señalar a nadie y estar enojado”, dijo Prescott. “Todo lo que puedo hacer es ofrecer mi joven experiencia y habar de lo que me ha pasado a mí. Son situaciones sobre las que ya están trabajando y no es algo de lo que quiera hablar en el futuro”.
Hace un año, antes del campamento de entrenamiento, Prescott fue absuelto de la acusación por manejar a exceso de velocidad y en estado de ebriedad. Tras su arresto en marzo de 2016, Prescott se disculpó en Twitter y aseguró que no volvería a hacer algo similar.
“Todo lo que he vivido, bueno o malo, la adversidad, particularmente, ha formado la persona que soy ahora. Realmente no me arrepiento de los errores que he cometido, porque me hicieron lo que soy, especialmente esa situación (el arresto). No sucederá de nuevo. Todo se trata de ser una mejor persona”, sentenció Prescott.