FRISCO -- El corredor importa.
El head coach Jason Garrett dejó ello en claro luego de la campaña del 2014 cuando los Dallas Cowboys intentaban descifrar qué debían hacer con DeMarco Murray, quien estaba por convertirse en agente libre. Murray impuso récord de la franquicia con 1,845 yardas terrestres y fue designado el Jugador Ofensivo del Año en la NFL.
Garrett deseaba retener a Murray tanto que seguía llamando al corredor mientras estaba sobre un avión en camino a firmar un contrato inmenso con los Philadelphia Eagles, a pesar de que la gerencia de los Cowboys no se iba a acercar a la oferta de cinco años y 42 millones de dólares que incluía 18 millones garantizados. La oferta final de Dallas fue de cuatro años y 24 millones de dólares, con 12 millones completamente garantizados.
Trazaron su línea financiera en la arena.
Ahora, los Cowboys enfrentan una situación similar con Ezekiel Elliott, quien está bajo contrato hasta inclusive la campaña del 2020, luego de que el equipo hiciera válida la opción a su quinto año de contrato de novato por un costo de 9.09 millones de dólares.
Han existido discusiones respecto a un nuevo acuerdo para Elliott, pero han persistido rumores a lo largo de toda la temporada baja de que el corredor podría boicotear el campamento de entrenamiento, incluso si puede llegar a costarle 30,000 dólares diarios en multas, y unos 226,000 si se pierde un partido de pretemporada. Si no se aparece en el campamento para el 6 de agosto, no le contará una temporada hacia la agencia libre.
Por ello, ¿importaría mucho un alejamiento de 11 días?
Comprendiendo que la vida de mercado de un corredor es finita, Elliott desea un nuevo acuerdo lo más pronto posible. Los Angeles Rams firmaron a Todd Gurley II a un acuerdo de cuatro temporadas y 60 millones de dólares que incluyó 45 millones de dólares en garantías el verano pasado, antes de comenzar su carta campaña. Elliott está por comenzar su cuarta temporada. Gurley cumplió 24 años de edad antes de iniciar su cuarto año, igual que Elliott, pero a diferencia del estelar de Dallas, llegó a la NFL con preocupaciones acerca de su rodilla gracias a una lesión sufrida como colegial en Georgia.
Elliott cumplió 24 años de edad el lunes. Murray tenía 27 años de edad cuando comenzó la temporada del 2015, lo que fue factor en la postura de los Cowboys durante las negociaciones contractuales. ¿Importa la edad? O, ¿importan los acarreos?
Elliott suma 868 acarreos para 4,048 yardas en 40 encuentros. Murray sumaba 934 acarreos para 4,526 yardas en 53 encuentros en sus cuatro campañas con los Cowboys. Si mantiene su tendencia, Elliott tendrá más acarreos que Murray en cuatro campañas para el tercer partido de la temporada del 2019.
Murray se perdió nueve encuentros en sus dos primeras campañas debido a lesiones. Elliott se ha perdido seis encuentros por una suspensión, y fue marginado de dos partidos insignificantes en cierres de temporada para descansar. nunca se ha perdido un juego por lesión.
Los Cowboys reclutaron a Elliott con la cuarta selección global en el 2016 para prolongar la carrera de Tony Romo, pero ellos nunca compartieron una jugada de importancia. En lugar de eso, Elliott ayudó brillar a Dak Prescott, alivianando la carga sobre el joven quarterback desde el inicio y auxiliando den su desarrollo desde entonces.
"No me gusta esa expresión, 'Mete a otro corredor allí'", dijo Garrett en el Combinado de Talento del 2015, en Indianapolis.
En el 2015, los Cowboys intentaron colocar a Joseph Randle y eso no funcionó, así que Darren McFadden se convirtió en el corredor principal. McFadden finalizó cuarto en la liga en yardas terrestres con 1,089 y lo hizo sobre todo sin Romo como quarterback por una doble fractura de clavícula para el pasador.
Los Cowboys fueron capaces de correr el balón con Brandon Weeden, Matt Cassel y Kellen Moore iniciando partidos, pero, ¿fue menos efectivo por el nivel de quarterbacks? Probablemente, y resultó en una marca de 4-12.
Ese registro llevó a los Cowboys hasta Elliott.
En ausencia de Elliott durante el 2017, los Cowboys se fueron 3-3. El juego terrestre con Alfred Morris y Rod Smith fue decente estadísticamente (121.3 yardas por partido), pero los Cowboys anotaron un touchdown durante una racha de tres derrotas consecutivas, y Prescott tiró para más de 212 yardas en un juego solamente una vez. Los Cowboys también estaban sin el tackle izquierdo Tyron Smith por dos de los primeros tres partidos. ¿Afectó más la ausencia de Smith que la de Elliott? Quizás.
En el 2014, los Cowboys cambiaron su modo de vida con la selección del guardia Zack Martin en la primera ronda luego de elegir a Smith (2011) y Travis Frederick (2013) en primeras rondas. Pasaron de ser un equipo primordialmente aéreo a un equipo predominantemente terrestre.
Al final, los Cowboys tomaron su decisión de pagarle a Elliott cuando lo eligieron N° 4 global. Cuando un equipo invierte esa clase de recursos en un corredor, debe ser por un talento generacional, no simplemente para una estadía de cinco temporadas. Si no le pagan después del modo en que ha producido, estarían admitiendo un error.
Elliott ha sido excepcional. Los Cowboys están 28-12 en partidos que juega. Sus temas fuera del campo son preocupantes, pero el vicepresidente ejecutivo Stephen Jones dijo que el incidente de mayo en Las Vegas no afectaría las negociaciones. El equipo puede protegerse de errores futuros con el lenguaje en el contrato.
El propietario y gerente general, Jerry Jones, ha sostenido que los Cowboys no tienen un orden de jerarquía cuando se trata de extensiones de contrato para Prescott, Elliott o Amari Cooper, incluso si Prescott y Cooper comenzarán los últimos años de sus respectivos acuerdos. Los Cowboys cuentan con el espacio salarial para firmar a los tres, y ahorrarían dinero contra el tope salarial del 2019 una vez que firme Cooper.
Existe un acuerdo por alcanzarse con Elliott. Uno que brinde al jugador seguridad financiera y proteja al equipo del inevitable declive que todos los corredores encaran.
Un boicot no es la respuesta. Tampoco lo es no pagar.