MIAMI – Los Kansas City Chiefs reconocen que el partido que ganaron en México fue uno de los detonantes para llegar hasta Miami esta semana.
Los Chiefs vencieron 24-17 en el estadio Azteca a Los Angeles Chargers y desde entonces no han perdido un solo encuentro.
Cuando lleguen este domingo al Super Bowl 54 contra los San Francisco 49ers llegarán con una racha de ocho partidos ganados al hilo y con mejoras evidentes de ambos lados del balón con respecto a la inconsistencia con la que arrancaron la temporada regular 2019.
“Creo que una de las razones principales fue que nos convencimos más que nunca que la preparación en todos aspectos es la base de todo”, dijo el linebacker Reggie Ragland. “Antes de ir a México no habían hablado demasiado de la altura (2,540 metros sobre el nivel el mar), del estadio, del estado de la cancha, de los Chargers… de todo”.
“Jamás tuvimos ningún problema”, agregó. “Simplemente todos hicimos nuestro trabajo. Aplicamos el plan de juego y desde entonces todos hemos elevado nuestro nivel de juego juntos, como equipo”.
Ragland y su defensa han sido factor en la racha de ocho victorias consecutivas que los tiene en el Super Bowl, incluidas dos victorias de postemporada en la que tuvieron que remontar 24-0 en el primer cuarto contra los Houston Texans en la ronda Divisional y 10-0 contra los Tennessee Titans en el juego de campeonato de conferencia.
Desde que perdieron por última vez, en la Semana 10 contra los Titans, los Chiefs lideran la NFL en puntos permitidos y han evitado jugadas grandes; ha detenido a los quarterbacks rivales en 34 puntos de índice de efectividad en pases de al menos 15 yardas de largo y permiten el segundo peor porcentaje de completos en ese tipo de pases.
“Este equipo puede adaptarse y jugar en defensa contra el que sea“, dijo el safety Tyrann Mathieu. “Antes del juego en México no estábamos juntos. Ese viaje nos ayudó a estar más cerca que nunca. Los Chargers llegaron con una buena ofensiva, por carrera y por pase, y pudimos pararlos. Eso nos dio mucha confianza“.
Afuera del campo de juego, los Chiefs también aprendieron en la Ciudad de México, donde jugaron ante más de 70 mil aficionados en el estadio Azteca.
“No es fácil estar en un estadio así”, dijo el receptor Tyreek Hill. “Había mucha gente en el estadio y desde que llegamos a México en todos lados. Eso nos ayudó a prepararnos para una semana como esta”.
“Allá en México teníamos una cámara en cada momento frente a nosotros”, añadió. “Igual es aquí. Y también tuvimos que hablar mucho con prensa nacional e internacional, como aquí”.
“Generalmente, en Kansas City nunca tenemos tantos periodistas”, agregó. “Están los locales de siempre y sólo algunos más. Fue una gran experiencia que nos ha servidos dentro y fuera del campo de juego”.