El head coach de los Patriots, Bill Belichick, puso todas sus fichas en Mac Jones durante el pasado draft de la NFL como presunto quarterback del futuro
Una temporada le bastó a Tom Brady demostrar que no necesita de Bill Belichick para hacer lo que mejor sabe: ganar anillos de Super Bowl. Tapó muchas bocas que aseguraban que no iba a ser capaz de ganarlo todo sin los New England Patriots, y por favor, hay que dejar de mencionar "es que comparen equipos", "es que Tampa tiene mejores receptores", "es que...", etc., etc., etc.; al final del día, Brady ganó un Super Bowl sin Belichick, al cual llegó después de ganarle --de visita en playoffs-- a Drew Brees y los New Orleans Saints, y a Aaron Rodgers y Green Bay Packers.
Sin embargo, el actual head coach de New England ha vivido una historia diferente, pues no logró avanzar a la postemporada; ni siquiera pudo conseguir que su equipo terminara con un récord positivo. Eso nos hace preguntarnos si generó cierta dependencia hacia el quarterback y si podrá volver a ganar un Vince Lombardi sin él.
Y es que, aunque es una mente brillante dentro de este maravilloso deporte, le hace falta la pieza central de su rompecabezas, aquel que mueva las fichas y guíe al equipo, que entienda a la perfección su esquema y se vea reflejado en resultados.
Pero eso no ha sucedido, y en gran medida es debido a que no ha sabido seleccionar correctamente en el draft en los años recientes. Y para demostrarlo basta con ver que los últimos jugadores seleccionados por Belichick y que llegaron a un Pro Bowl son Jamie Collins Sr. (linebacker externo) con el turno N° 52 global en el 2013, y el pateador de despeje Jake Bailey con el turno N° 163 en el 2019.
Seguramente, nunca se imaginaron una vida sin Brady, pero trataron de conseguir a un buen suplente para el mejor de todos los tiempos, y lograron un par de buenas selecciones de quarterback en el draft con Jimmy Garoppolo y Jacoby Brissett, pero ninguno de ellos tuvo la oportunidad de mostrarse debido a que enfrente tenían al futuro miembro del Salón de la Fama y máximo ganador de anillos de Super Bowl. Así que tuvieron que buscar otro equipo para sobresalir.
Después de ellos vino la selección de Danny Etling en el 2018, quien no tuvo oportunidades y solo estuvo en el equipo de práctica. Después, en el 2019, eligieron a Jarrett Stidham a quien ni siquiera le dieron la oportunidad de demostrar si pudiera haber sido el sucesor de Brady, pues trajeron a Cam Newton, quien fue el quarterback titular el año pasado.
Otro caso a destacar es el de N'Keal Harry, selección de primera ronda en el 2019. Su agente reveló a NFL Network que solicitó que su representado fuera canjeado: "Por los últimos meses, he estado trabajando en colaboración con los Patriots a puerta cerrada para armar un plan que permita a N'Keal brillar en New England. A lo largo de dos campañas, le han lanzado 86 pases, lo que obviamente no ha cumplido con las expectativas que tenían los Patriots ni N'Keal cuando ellos reclutaron a una amenaza campo abajo dominante que era virtualmente imparable en el punto de ataque a nivel colegial".
La última gran apuesta
Después de tantas desilusiones con los novatos, Belichick seleccionó en el pasado draft a su presunto mariscal de campo del futuro, poniendo todas sus fichas en Mac Jones, quien atrajo muchas miradas gracias a sus actuaciones en el Combinado de Talento.
Jones es un quarterback que sabe jugar bajo presión, es paciente con el ovoide, su movilidad le permite tener claridad a la hora de lanzar y conseguir pases certeros. Tiene mentalidad ganadora, que le impide rendirse ante la adversidad y si logra tener una buena química con sus receptores puede lograr grandes cosas.
Al final, aún nos queda mucho por ver antes de que los Patriots vuelvan a ser el equipo protagonista que eran con la mancuerna Belichick-Brady. Si el entrenador logra fortalecer sus líneas y consolidar a su nuevo pasador, veremos un ascenso paulatino del equipo, de lo contrario, seguirán en la penumbra y bajo la sombra de lo que fueron con el ahora siete veces ganador del Super Bowl.