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Pareyón y Cajiga, capitanes de Pumas CU y Águilas Blancas, con el Clásico en la piel

Además de ser los capitanes de Pumas CU y Águilas Blancas, Diego Pareyón y Emmanuel Cajiga comparten una vida ligada al futbol americano, la cual este sábado vivirá un momento climático con la disputa del Clásico de la temporada 2022 de la Liga Mayor de la ONEFA.

Ambos juegan como linebackers. Ambos viven su quinto año de elegibilidad. Ambos son los referentes defensivos de sus equipos. Ambos jugarán por última ocasión el Clásico.

Ambos hoy, son amigos. Se llaman mutuamente “hermano”. Reconocen la calidad de uno y otro, aunque hubo un tiempo en el que no se caían bien…

Destinos que se unen y se bifurcan

La calidad mostrada durante sus años como juveniles permitió a Diego y Emmanuel ser convocados para integrar la selección mexicana Sub 19 que participó en el Mundial de Harbin, China.

“Cuando nos vimos las primeras ocasiones como que no nos caíamos tan bien”, recuerda risueñamente Cajiga, hoy un indiscutible de Águilas Blancas, pero que en aquellos años consideró emigrar a Puebla, para unirse a las filas del Tec de Monterrey o Aztecas de la UDLA.

“Conforme nos fuimos conociendo, rompimos el hielo y comenzamos a platicar e identificarnos en varios aspectos”, comenta Diego, quien comenzó a jugar futbol americano desde 2010, siempre para los colores auriazules.

La aventura en China culminó con un tercer puesto para México y vino a continuación la incursión en la Liga Mayor, ambos con los equipos que llevan tatuados en el corazón.

“Nos hemos enfrentado en varias ocasiones y sé de la calidad que tiene Diego. Es un jugador muy valiente y que no teme rifar el físico en cada jugada”, opina Cajiga sobre Pareyón.

“Emmanuel es muy ubicado en el campo. Aunque también es lineabacker, por el sistema en el que juega, lo hace más alejado de la línea de golpeo, lo hace como a seis o hasta ocho yardas de ella, mientras que yo lo hago más pegado. Creo que lo hace para no entrarle tantos a los golpes, jaja”, declara con un ánimo de broma, Diego.

Las confrontaciones en el campo y las convocatorias al Tazón Azteca permitieron que terminaran por conocerse hasta un punto tal en el que, aunque uno ama los goyas y el otro los huelums, se estiman y reconocen la calidad en el campo mutuamente.

“Lo respeto tanto que siempre quiero ganarle, no sólo porque disfruto mucho vencer a Águilas Blancas, sino porque sé que hay un duelo con Emmanuel”, sostiene Pareyón.

“La emoción más grande que he tenido como jugador fue el triunfo en la semifinal de 2019 en la que eliminamos a Pumas CU, pero pese al resultado y sabiendo que Diego estaba dolido, al final de ese partido platicamos y nos dimos la mano como siempre”, recuerda Cajiga.

La última cita en el Olímpico

De cara al partido de este sábado, que arranca a las 11 de la mañana en Ciudad Universitaria, tanto Pareyón como Cajiga saben que será una cita especial debido a que, quizás, no volverán a enfrentarse enfundados en los uniformes Pumas CU y Águilas Blancas, equipos que llegan con marcas identicas de 4-1 en la Conferencia de los 14 Grandes.

Nadie como ellos sabe lo que significa jugar el Clásico.

“Habíamos hablado de no decir el término último, pero es el siguiente clásico y realmente me emociona muchísimo. Estoy muy feliz de volverlo a revivir, de estar una vez más en la catedral del futbol americano, en este maravilloso juego, que es el mejor de todo el país, recalcó Pareyón.

“Siempre es un placer jugar en este gran inmueble. Es algo que me llena de emoción, toda esta semana y todo el año vivo con la emoción de volver a vivir un clásico, y qué mejor contra el equipo representativo de la UNAM. Este es el verdadero; estamos muy emocionados por el gran duelo”, agregó Cajiga.

Este sábado, alrededor de la dos de la tarde, cuando el duelo entre universitarios y politécnicos finalice, también terminará un episodio muy especial para Diego y Emmanuel como jugadores, pero iniciará otro: el de su amistad más allá del emparillado.