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NFL: Cinco equipos con tendencia a empeorar durante la temporada 2024

¿Por qué Ravens no podrá sostener la temporada 2023 en esta campaña?


Es hora de hacer pronósticos. Después de meses de idas y vueltas, de ver videos de 2023 y de hacer números, estoy listo para comprometerme. Esta semana hago mi selección anual de los equipos de la NFL con más probabilidades de mejorar y empeorar en 2024. Después de haber analizado a los equipos que mejorarán el lunes, este artículo evalúa la otra cara de la moneda.

Vengo haciendo alguna versión de este artículo para ESPN desde la temporada 2017. Durante ese periodo de tiempo, ¡los resultados han sido bastante buenos! Veintisiete de los 33 equipos que supuse que empeorarían tuvieron peores registros la temporada siguiente. Esos equipos decayeron en un promedio de 3.3 victorias por cada 17 partidos. (Gran parte de los datos para esta columna se remontan a 1989, lo que significa que tenemos muchos números extraños después de ajustarlos para la pizarra de 17 partidos).

La columna del año pasado tuvo un resultado de 3-1, aunque no faltó dramatismo. Los Giants y los Vikings se derrumbaron rápidamente, ya que los dos equipos de playoffs en 2022 no lograron sostener su suerte en los partidos parejos y cayeron de una marca combinada de 22-11-1 a una de 13-21. Los Eagles arrancaron bien, pero su colapso hacia el final de la temporada los dejó tres victorias por debajo de su total en 2022.

Los Steelers, sin embargo, lograron desafiar los pronósticos. Aparecieron en la lista por segundo año consecutivo, y muchas de las preocupaciones que tenía sobre ellos al principio de la temporada resultaron ser ciertas. Pero no importó. Mike Tomlin consiguió llevar a un equipo con tres mariscales de campo titulares diferentes a una marca de 10-7 y a una plaza en los playoffs de la AFC. En total, las columnas de progresos y declives del año pasado terminaron con un resultado final de 7-1, lo cual no está nada mal.

Después de pasar de 9-7-1 a 9-8 y luego a 10-7 en las últimas tres temporadas, uno pensaría que los Steelers se han ganado su salida de la lista de declives. Bueno, ya sea por tonto o por terco, ¿adivinen con quiénes comienza la lista de este año?

Pittsburgh Steelers

Resultado en 2023: 10-7
Diferencial de puntos en 2023: -20
Balance de partidos decididos por siete puntos o menos en 2023: 9-2
Dificultad de calendario proyectada, según el FPI (Football Power Index) de ESPN: el tercero más difícil de la liga

La trayectoria es la trayectoria. Deja de lado el aura de Mike Tomlin y no hay elección más obvia para un equipo cuyo registro no se sostiene bajo ningún tipo de escrutinio. A los Steelers les resultará extremadamente difícil volver a ganar 10 partidos si juegan como lo hicieron en 2023. No hay antecedentes de un equipo que haya sido capaz de hacer esto año tras año sin mejorar drásticamente su rendimiento subyacente o sin que su marca vuelva a caer a la tierra.

Dado que los Steelers terminaron 9-2 en los partidos parejos, pensemos en su diferencial de victorias en esos duelos como +7. Desde 1989, ha habido 27 equipos con un diferencial de victorias en partidos parejos de +6 o superior. (Los Vikings de 2022 batieron el récord con +9). Esos equipos terminaron con marca de 210-32-1 (.866) durante sus temporadas de victorias ajustadas. La temporada siguiente, esos equipos terminaron con una marca combinada de 111-104-1 (.516) en los mismos partidos. Pasaron de un diferencial promedio de victorias en partidos parejos de +6.6 a uno de +0.2. Su marca general decayó en un promedio de más de tres victorias.

Mencioné esto en mi historia sobre los equipos que tienen pocas probabilidades de regresar a la postemporada en 2024, pero la prueba de que Pittsburgh rompe con todo lo que sabemos sobre cómo ganar partidos de fútbol americano se desmorona si repasamos toda la época de Tomlin. Los Steelers tienen una marca de 29-10-1 (.738) en partidos decididos por siete puntos o menos en las últimas tres temporadas. Durante los primeros 13 años de la era de Tomlin, con un juego de mariscales mucho mejor, tuvieron una marca de 61-50-1 (.545) en esos mismos encuentros.

O tomemos el espejo de la temporada pasada, en la que ganaron partidos siendo superados en yardas. Los Steelers arrancaron 2023 siendo superados en yardas en cada uno de sus primeros nueve partidos, y terminaron con una marca de 6-3 en el proceso. Fue un truco divertido, pero no algo que ni ellos ni nadie pudiera sostener. Terminaron 0-3 cuando fueron superados en la segunda mitad. De 2007 a 2022, fueron superados en yardas en menos partidos que cualquier otro equipo, por lo que no era un componente central de la forma en que Tomlin quería jugar.

En cambio, los Steelers ganan con un énfasis riguroso y espectacularmente estrecho en la batalla de pérdidas de balón. En las últimas tres temporadas, terminaron 28-7 cuando ganaron o empataron la batalla de pérdidas de balón, y 0-15-1 cuando la perdieron. Tienen el quinto mejor porcentaje de victorias de la liga cuando ganan o empatan la batalla de balones perdidos, y son el peor equipo de la liga cuando no lo hacen.

Los Steelers han sido espectacularmente eficientes en los últimos años a la hora de superar su diferencial de puntos. En las últimas tres temporadas, han conseguido seis victorias más de lo que dictaría la expectativa pitagórica. Es la cuarta mayor diferencia entre el total de victorias y el total de victorias esperado en un periodo de tres años desde 1989. ¿Es suficiente para demostrar que son la excepción a la regla?

Si la historia sirve de prueba, no. Si nos fijamos en los 20 equipos que más superaron sus expectativas en un periodo de tres años y vemos lo que ocurrió después, pasaron de superar las expectativas con un promedio de poco menos de dos victorias por temporada a media victoria en el cuarto año, retrocediendo a la media. Ese grupo incluye a los Packers de 2022, que fueron una auténtica pesadilla para esta columna de predicciones antes de que dieran un paso atrás en la última temporada de Aaron Rodgers al frente. Ni siquiera los Chiefs de 2023 fueron inmunes: cayeron de 14-3 a 11-6 la temporada pasada, aunque enderezaron el rumbo y ganaron el Super Bowl.

Esa lista incluye muchos equipos con mariscales de campo del Salón de la Fama, como Rodgers, Patrick Mahomes y Peyton Manning. Los Steelers se las han arreglado para lograr esto sin siquiera un nivel promedio de mariscal, habiendo pasado por Kenny Pickett, Mason Rudolph y Mitchell Trubisky. Esta temporada, están empezando de nuevo con Russell Wilson y Justin Fields, ambos adquiridos a bajo precio.

Entre los dos, Fields ofrece más posibilidades dada su capacidad de correr con el balón y su edad, pero Wilson encaja en la fórmula de cómo los Steelers han ganado más cómodamente. Ambos jugadores perdieron el balón 10 veces la temporada pasada, pero Wilson ha lanzado intercepciones en el 1.9% de sus pases en los últimos tres años, mientras que Fields lo ha hecho en el 3.1%. Eso supone unas seis intercepciones más durante el transcurso de una temporada completa. Si el objetivo es intentar encontrar una solución a largo plazo, me decantaría por Fields, pero Wilson ayudará a Pittsburgh en este momento.

Si los Steelers hubieran mejorado su nivel de mariscal de campo esta temporada, habrían tenido más argumentos para mejorar su nivel de juego subyacente. No estoy seguro de que Fields y Wilson cumplan los requisitos. Pittsburgh canjeó a Diontae Johnson, y la realidad es que no lo reemplazó con un receptor de calibre titular. Su mejor caso de progreso en la ofensiva es la llegada del coordinador Arthur Smith y las mejoras que han hecho en la línea ofensiva, donde utilizaron dos selecciones de draft muy necesarias en Troy Fautanu y Zach Frazier.

Así que por una temporada más, la defensiva tendrá que sostener a este equipo. ¿Podrá? Yo estaría un poco nervioso, dado que ésta fue la defensa más veterana de la liga en 2023. Los dos pilares tienen un año más: Cam Heyward cumplió 35 años en mayo; T.J. Watt cumplirá 30 en octubre. Cada uno de ellos ha tenido temporadas afectadas por lesiones en los últimos años, y los Steelers tuvieron dificultades para apurar al pasador cuando Watt estaba fuera.

Por otro lado, hay razones para entusiasmarse con lo que rodea a esos jugadores. Los Steelers acertaron con sus selecciones el Día 2 del draft de 2023, ya que tanto el esquinero Joey Porter Jr. como el tackle defensivo Keeanu Benton parecían pilares fundamentales como novatos. La secundaria será más joven tras el canje de Patrick Peterson por Donte Jackson, el retorno en el acuerdo de Johnson con Carolina. Y mientras que Pittsburgh alguna vez fue conocido por no hacer grandes movimientos en la agencia libre y construir desde adentro, el gerente general Omar Khan hizo un gran revuelo al fichar a Patrick Queen de los Ravens, con la esperanza de finalmente resolver los problemas de apoyador interno que han asolado a la organización desde la trágica lesión de Ryan Shazier en 2017.

Hay un par de maneras gracias a las cuales lograron sobrevivir la temporada pasada que podrían no ser sostenibles. Una de ellas fue jugar contra un número inusualmente alto de mariscales de campo de segunda y tercera línea. Algo menos del 41% de los dropbacks de Pittsburgh en defensa se produjeron contra jugadores que no eran el mariscal de campo preferido de su equipo. Los Steelers tuvieron dos partidos contra Jake Browning en lugar de Joe Burrow. En otros cinco partidos, el titular rival de los Steelers (Dorian Thompson-Robinson, Will Levis, Gardner Minshew, Bailey Zappe y Tyler Huntley) fue un suplente. Sin embargo, los Steelers ganaron 4-3 en esos partidos.

También lograron stuffs dentro de la zona roja. Los equipos contrarios no consiguieron anotar ni siquiera un gol de campo en 11 de sus 50 desplazamientos dentro de la línea de 20 yardas contra los Steelers, el porcentaje más alto de la liga (22%). Se trata de un elemento del rendimiento defensivo difícil de sostener. Las 50 mejores defensas en la zona roja en porcentaje de stuff desde 2003 promediaron un índice superior al 25% en su mejor temporada. Al año siguiente, cayó al 14.8%, justo por encima de la media de la liga (14.2%). La tasa de touchdowns que permitieron en la zona roja aumentó en ocho puntos porcentuales en el proceso. (Pittsburgh, por cierto, tuvo un índice de stuff justo por encima del promedio de la liga en 2022).

También está la realidad de que se encuentran atrapados en una división difícil en el lado más fuerte de la liga. Los Steelers tendrán un calendario brutal, ya que el FPI proyecta que enfrentarán la tercera serie más difícil de adversarios. Por otra parte, el calendario de la temporada pasada tampoco fue fácil; según mi modelo, tuvieron el tercer calendario más difícil de la liga. Perdieron contra los Cardinals y los Patriots, y superaron a los Packers y los Ravens.

No creo que haya una diferencia sustancialmente importante entre este equipo y los conjuntos de los Steelers que han superado las expectativas en años anteriores. Si van a hacerlo de nuevo en 2024, es más probable que sea manteniendo su fórmula que mejorando drásticamente su nivel de juego subyacente. Probablemente puedas entender por qué soy escéptico, pero también puedo entender por qué los aficionados de Pittsburgh se mostrarían escépticos ante lo que estoy presentando aquí.

New York Giants

Resultado en 2023: 6-11
Diferencial de puntos en 2023: -141
Balance de partidos decididos por siete puntos o menos en 2023: 4-3
Dificultad de calendario proyectada, según el FPI de ESPN: el 14º más fácil de la liga

Llega la hora de otro equipo que repite en esta lista, pero a diferencia de los Steelers, los Giants estuvieron a la altura de nuestras expectativas la temporada pasada. Hace un año, por estas fechas, había mucha expectación en torno a Daniel Jones y compañía, y la afición pareció caer en un razonamiento que casi nunca sale bien. Si te dices a ti mismo que todo lo que salió mal el año pasado se arregló, y que todo lo que salió bien seguirá ocurriendo, probablemente seas demasiado optimista con tu equipo.

Y luego de incorporar a Darren Waller, Bobby Okereke y Deonte Banks la temporada baja pasada, ese globo explotó hacia la mitad del primer tiempo de la derrota por 40-0 ante los Cowboys en el inicio de la temporada. Los Giants necesitaron una espectacular remontada en el segundo tiempo contra los Cardinals para evitar arrancar la campaña con un balance de 1-5. La marca mejoró después, cuando barrieron a los Commanders, vencieron a los Patriots y superaron a un conjunto de Eagles que se encontraba en plena crisis en la Semana 18, pero aparte de una impresionante victoria sobre los Packers, este equipo simplemente no jugó muy bien durante toda la temporada. New York terminó 30º en DVOA (Defense-adjusted Value Over Average) y 31º en FPI.

Si lo que se esperaba de los Giants era que además de alcanzar los playoffs pasaran a la ronda divisional, la temporada pasada fue una sorpresa. Pero si estabas atento a su rendimiento subyacente, no lo fue. En la temporada 2022, fueron superados por seis puntos en una campaña de 9-7-1. Terminaron 5-3-1 en partidos de una sola anotación. Terminaron 23º en DVOA, aunque un poco mejor (13º) en FPI. Si a esto le sumamos un calendario más complicado y la pérdida de su mariscal de campo por una lesión que acabó con su temporada en noviembre, lo sucedido no debería haber sido una sorpresa.

¿Por qué están aquí los Giants otra vez? Bueno, por mucho que pueda asustar a los aficionados, puede que hayan tenido suerte de terminar con seis victorias. Parece notable considerando que perdieron un partido en el que iban ganando por tres puntos e intentando un gol de campo de 35 yardas con 28 segundos por delante contra los Jets, pero fueron incluso peores de lo que sugiere su marca saque por saque.

Empecemos con algo que mencioné en la columna del lunes: el diferencial de pérdidas de balón. Al escribir sobre los Commanders, mencioné la sencilla regla de que elegir al equipo de la NFL con el peor diferencial de pérdidas como candidato a mejorar era una forma rápida y fácil de dar con un ganador frecuente. El caso opuesto también es válido: elegir al equipo que lideró la liga en diferencial de pérdidas de balón como candidato a decaer suele ser un acierto.

Dos equipos empataron en primer lugar en diferencial de pérdidas de balón la temporada pasada, y ambos van a aparecer en esta lista. Uno tenía la mejor marca del fútbol americano. El otro eran los Giants. Es prácticamente inaudito que un equipo tan malo lidere la liga en margen de pérdidas de balón; la última vez que un equipo tuvo el mejor diferencial de pérdidas de balón de la liga sin una marca ganadora fue en 1993, cuando los Chargers terminaron 8-8. (Si quieres una buena prueba para los Giants, ese equipo de Chargers mejoró a 11-5 al año siguiente y llegó al Super Bowl).

Sin embargo, la mayoría de estos equipos empeoran. Su margen promedio de balones perdidos bajó de +19 a +3. Sus marcas decayeron un promedio de 2.2 victorias por cada 17 partidos. Forzar robos de balón fue prácticamente una necesidad para que New York prevaleciera la temporada pasada; forzó tres pérdidas de balón o más en cuatro de sus seis victorias.

La defensa del coordinador Don Martindale impulsó el margen de balones perdidos y también fue aparentemente paradójica. ¿Cómo es posible que una defensa que fuerza 31 robos de balón (la marca más alta de la liga) sea al mismo tiempo la 26º en puntos permitidos? Una mala ofensiva no ayudó en nada, pero la unidad de los Giants fue la máxima expresión de auge o caída. Eso tiene sentido, dado que una defensa que carga tan a menudo como la de Martindale permitiría muchas grandes jugadas y, al mismo tiempo, forzaría muchas intercepciones.

Esa combinación hace difícil de proyectar a los Giants ahora que han reemplazado a Martindale por el ex coordinador de los Titans Shane Bowen. Estoy de acuerdo con el cambio de filosofía general, que se aleja de las cargas y se inclina hacia las carreras de la línea defensiva, ya que es el punto fuerte de este equipo, sobre todo después de haber fichado a la figura de los Panthers, Brian Burns. El rendimiento de la defensa jugada a jugada debería mejorar, pero la unidad no forzará tantas pérdidas de balón como hace un año.

Se podría argumentar que la ofensiva está diseñada para proteger el balón, dado que Jones registró la tasa de intercepciones más baja de la liga lanzando el promedio de pases más corto en 2022. No estoy seguro de que eso se sostenga bajo una inspección más minuciosa. Su tasa de intercepciones casi se cuadruplicó la temporada pasada. Sus reservas fueron mejores a la hora de evitar las intercepciones, pero los Giants igualmente se las arreglaron para lanzar intercepciones a un ritmo ligeramente superior al promedio de la liga la temporada pasada.

En cambio, lograron sobrevivir en ataque recuperando un porcentaje insosteniblemente alto de sus balones perdidos. Lo perdieron 24 veces y consiguieron recuperarlo 17. Esa tasa de recuperación del 71% se situó en tercer lugar, sólo superada por los Cardinals y los Bengals, y estos últimos solamente perdieron 10 pelotas. Los Giants solo recuperaron el 47% de sus balones sueltos en ataque en 2022, así que esto no es una habilidad. Si hubieran continuado recuperando balones sueltos a un ritmo cercano al promedio de la liga, les habría costado seis balones más durante el transcurso de la temporada.

Jones está de vuelta, pero ¿deberían los Giants realmente esperar un impulso? En sus cinco años de carrera, tuvo una sola temporada de nivel promedio. La campaña pasada fue superado por el itinerante Tyrod Taylor. Si dejamos de lado los scrambles, su QBR de 27.9 ocupó el puesto 45 entre los mariscales de campo con al menos 100 intentos de pase en 2023. Los únicos jugadores que fueron peores en jugadas que terminaron en un intento de pase o en una captura fueron Bryce Young, Tommy DeVito, PJ Walker, Bailey Zappe y Trevor Siemian.

Si eres optimista sobre Jones dadas las incorporaciones que los Giants han hecho en la ofensiva, la otra preocupación tiene que ser su salud. La fatídica temporada 2022 fue la única vez que Jones logró jugar una campaña completa sin perder tiempo de juego por culpa de una lesión. Ha luchado contra lesiones en el cuello en varias temporadas y viene de un desgarro del ligamento cruzado anterior, lo que podría obstaculizar la capacidad de scramble que ha mantenido a la ofensiva en marcha durante la época de Brian Daboll. A diferencia de alguien como Kirk Cousins, quien permaneció sano durante toda su carrera antes de sufrir una lesión catastrófica la campaña pasada, es difícil proyectar que Jones juegue una temporada completa.

Los Giants también podrían sacarlo de la alineación en diciembre debido a su situación contractual. Jones tiene 23 millones de dólares en garantías por lesión en su contrato el próximo año, lo que significa que los Giants tendrían que pagar ese dinero si no logra pasar el examen físico en 2025. De la misma manera que los Raiders dejaron en el banco a Derek Carr en 2022 y los Broncos sacaron a Russell Wilson la temporada pasada, los Giants podrían sacar a Jones de la alineación hacia el final de la campaña, lo que le abriría la puerta a Drew Lock, un mariscal de campo que no ha sido productivo como profesional.

Está claro que se incorporó talento de primer nivel al plantel a ambos lados del balón con Burns y el receptor novato Malik Nabers, pero a diferencia de la mayoría de los equipos de 6-11, los Giants también perdieron jugadores clave. Saquon Barkley, quien produjo excelentes yardas por tierra por encima de las expectativas en las últimas dos temporadas, se marchó como agente libre y fue reemplazado por Devin Singletary, lo que seguramente frenará el juego terrestre. Y Xavier McKinney, el mejor profundo del equipo, se fue a los Packers y deberá ser reemplazado por el novato de segunda ronda Tyler Nubin.

Puedo imaginar un escenario en el que New York mejore. Jones, quien fue de regular a muy bueno durante la temporada 2022, se mantiene sano. Evan Neal pasa al puesto de guardia, Jermaine Eluemunor ocupa el puesto de tackle y la tan denostada línea ofensiva mejora en dos lugares. Puede que Nabers sea el nuevo Odell Beckham Jr. y que la joven defensa tenga un rendimiento sólido. Si ponemos todo esto en una división en la que los dos mejores equipos den un paso atrás, podríamos imaginar un mundo en el que los Giants tengan una temporada de ocho o nueve victorias.

Si todo sale bien, los Giants estarán bien. Pero no creo que la mayoría de esas cosas ocurran. Tal y como están las cosas, parecen un equipo con demasiados jugadores de nivel reemplazo en el plantel, con una fórmula difícil de mantener para ganar, construida alrededor de un mariscal de campo que a menudo no ha estado sano o no ha sido bueno.

Baltimore Ravens

Resultado en 2023: 13-4
Diferencial de puntos en 2023: +203
Balance de partidos decididos por siete puntos o menos en 2023: 3-4
Dificultad de calendario proyectada, según el FPI de ESPN: el noveno más difícil de la liga

Éste es el otro equipo que empató primero en la liga en diferencial de pérdidas de balón. Los Ravens fueron más un líder tradicional en esta categoría, ya que brillaron a ambos lados del balón y dominaron a algunos de los mejores equipos de la liga. Aunque los playoffs terminaron de forma decepcionante en el partido por el título de la AFC, los Ravens fueron el mejor equipo de la NFL durante la temporada regular, y puede que no fuera particularmente parejo. La estadística DVOA situó su campaña 2023 como la quinta mejor de la temporada regular entre todos los equipos desde 1981, detrás de los Patriots de 2007 y 2010, los Bears de 1985 y el conjunto de Washington de 1991.

Los Ravens no fueron secretamente un mal equipo la temporada pasada, y aunque todo es posible, no deberíamos proyectar que caigan por debajo de .500. Sin embargo, muchas cosas tienen que salir bien para que un equipo sea uno de los mejores de la historia, y es difícil contar con que esas cosas salgan bien año tras año. Si a eso le sumamos un plantel que está en transición tras la extensión del contrato de Lamar Jackson el año pasado, hay motivos suficientes para ser escépticos de que Baltimore vuelva a imponerse en la AFC Norte.

Ya cubrí la historia de cómo el diferencial de pérdidas de balón no es sostenible de un año a otro, incluso para los mejores equipos de la liga, así que no voy a repetirlo para los Ravens. Jackson registró el índice más bajo de intercepciones de su carrera, y aunque su verdadero nivel de talento es del calibre de un MVP, ya hemos visto cómo puede fluctuar. Ha lanzado intercepciones en el 1.5% de sus pases durante sus dos campañas de MVP, y en el 2.6% de sus lanzamientos durante sus otras cuatro temporadas. Eso no parece una gran diferencia, pero la brecha entre esas dos tasas habría sido de cuatro o cinco intercepciones más para él en 2023.

El equipo de John Harbaugh dominó de una forma más sutil la temporada pasada: Fueron un absoluto monstruo en la zona roja. La ofensiva anotó touchdowns en casi el 62% de sus desplazamientos dentro de las últimas 20 yardas, el octavo mejor porcentaje de la liga. La defensa ocupó el segundo lugar, manteniendo a los equipos fuera de la zona de anotación con el segundo mejor índice, con uno de los mejores índices de stuff en el proceso.

En total, los Ravens promediaron alrededor de 1.2 puntos más por viaje a la zona roja en la ofensiva de los que permitieron en defensa. Se trata de un valor realmente excepcional. El segundo equipo en términos de diferencial en la zona roja fueron los 49ers, que estuvieron más cerca del 13º puesto que del primero.

Los datos de la zona roja con los que estoy trabajando se remontan a 2001, y no ha habido muchos equipos que hayan tenido este tipo de dominio en las últimas 20 yardas. Los Ravens son apenas el 33º equipo en dicho período con un diferencial en la zona roja de más de un punto por marcha. Esos equipos fueron colectiva y absolutamente incapaces de mantener esa diferencia. Su diferencial promedio en la zona roja la temporada siguiente fue de apenas 0.12 puntos por marcha. Sus marcas sintieron el impacto de esa caída; bajaron un promedio de 2.1 victorias por cada 17 partidos.

En el terreno de juego, hasta el fanático más ferviente de los Ravens tendría que admitir que el equipo se encuentra en una transición tras una temporada tremendamente exitosa. Para empezar, perdieron al prometedor coordinador defensivo, Mike Macdonald, que se convirtió en entrenador en Seattle. Fue reemplazado por el ex apoyador de los Ravens, Zach Orr. El jugador de 32 años ha pasado las últimas ocho temporadas en el staff de los Ravens y los Jaguars, pero este será su debut como coordinador.

Orr comenzará su gestión sin varias piezas clave de la defensa de la temporada pasada. Patrick Queen, Geno Stone y Jadeveon Clowney se marcharon en la agencia libre, y las limitaciones salariales en el plantel hicieron que el único veterano fichado para sustituir a los tres jugadores que se fueron fuese Eddie Jackson. Esperan que los secundarios cuenten con mejor estado físico después de sufrir una serie de lesiones en las posiciones de esquineros y profundos, pero tienen menos recursos con los cuales trabajar en el lado defensivo.

Esas preocupaciones podrían ser aún más apremiantes en la ofensiva, donde la línea surge como un punto de preocupación. Baltimore cambió al tackle derecho, Morgan Moses, y dejó ir a los guardias, John Simpson y Kevin Zeitler, en la agencia libre. Una vez más, el único veterano que se incorporó para reemplazar a los titulares que se fueron es el ex liniero de los Texans, Josh Jones. La franquicia utilizó un pick de segunda ronda en Roger Rosengarten, pero cuando se consideran los problemas de lesiones que han afectado la disponibilidad y el nivel de juego del tackle izquierdo, Ronnie Stanley, después de que sufriera una lesión de tobillo que perturbó su carrera en la temporada 2020, esta línea presenta grandes interrogantes.

Los Ravens recuperarán a Mark Andrews de su lesión de tobillo y han sumado a Derrick Henry al cuadro ofensivo. Pero el otro factor que los Ravens disfrutaron en 2023 fue una temporada en buena forma física de Jackson. Las campañas 2021 y 2022 de Baltimore se vieron seriamente afectadas por las lesiones que pusieron fin a la temporada de su mariscal de campo estelar en la Semana 13. Quedaron 2-8 en los partidos que él se perdió tras lesionarse. No necesitas que te diga que están mejor con él en el campo de juego, pero con la línea ofensiva en constante cambio, estaría un poco preocupado con respecto a sus posibilidades de jugar una temporada completa de nuevo en 2024.

Incluso con un año completo de Jackson y algo cercano a una temporada vintage de Henry, sería difícil para los Ravens ganar 13 partidos en años consecutivos. Teniendo en cuenta el cambio de 16 a 17 partidos, los equipos que son tan dominantes en una temporada determinada suelen tener dificultades al intentar mantener su nivel. Si retrocedemos hasta 1989, veremos que el 31% de los equipos que ganaron 12 o más partidos en un año determinado volvieron a hacerlo la temporada siguiente.

La pregunta, siendo más realistas, es cómo será el descenso. ¿Podrían los Ravens ser como los Chiefs de 2023, bajando a 11 victorias y aun así ganar en su división antes de elevar su nivel en los playoffs? Eso es totalmente posible. También existe la posibilidad de que sean los Bengals de 2023, un equipo que tuvo dificultades para resolver un exceso de talento, tuvo que lidiar con una lesión de su mariscal y acabó quedando afuera de los playoffs.

Philadelphia Eagles

Resultado en 2023: 11-6
Diferencial de puntos en 2023: +5
Balance de partidos decididos por siete puntos o menos en 2023: 7-3
Dificultad de calendario proyectada, según el FPI de ESPN: el sexto más fácil de la liga

Resulta que hay un tercer equipo de la lista del año pasado que hizo lo suficiente (o no hizo lo suficiente, tal vez) para volver a posicionarse entre uno de los equipos con más probabilidades de decaer. Los Eagles ya cayeron de 14-3 en 2022 a 11-6 en 2023, pero la evidencia sugiere que tuvieron suerte incluso de quedarse con esas 11 victorias. Aunque esta es la proyección más difícil de analizar del grupo, me preocupa que todavía tengan terreno que cubrir antes de tocar fondo después de su racha de 28-5 entre finales de 2021 y mitad de 2023.

Empecemos por los puntos fundamentales. Los Eagles estuvieron a un touchdown de ser superados la temporada pasada. Si bien tuvieron algunas victorias impresionantes en juegos cerrados -- les ganaron a los Bills, los Chiefs y los Cowboys en partidos ajustados -- eso no es algo que asociemos con equipos que producen victorias de dos dígitos, incluso en la era de los 17 juegos.

Dicho de otro modo, los Eagles superaron a sus rivales en 0.3 puntos por partido. Si tomamos los 73 equipos de 1989 a 2022 que superaron a los equipos con los que jugaron por un promedio de entre 0 y 1 puntos por partido y vemos cómo lo hicieron, sólo 11 de esos equipos consiguieron un total de victorias de dos dígitos. Como era de esperar, esa temporada quedaron 74-25 en partidos definidos por un punto. Y tampoco es de extrañar que la temporada siguiente quedaran 40-43 en esos mismos partidos.

La expectativa pitagórica de los Eagles era la de un equipo de 8.6 victorias. Esa diferencia de 2.4 victorias entre su récord real y su índice de victorias esperado es problemática. Una vez más, basta con tomar los equipos que tenían una brecha de dos a tres victorias por esa métrica y ver lo que hicieron en los partidos ajustados. Después de quedar 317-97 en partidos definidos por un punto en la temporada que desafió los números, esos mismos equipos quedaron 157-197-1 la temporada siguiente. Sus registros globales disminuyeron en un promedio de casi tres victorias por cada 17 partidos. En otras palabras, regresaron a lo que su diferencial de puntos sugería sobre su récord.

Philadelphia quedó 7-3 en partidos definidos por un punto. Y aunque algunos de esos partidos no estuvieron tan reñidos como parecía, si repasamos ese período, veremos algunas actuaciones decepcionantes:

En la Semana 1, frente a lo que sería un lamentable equipo de los Patriots, los Eagles permitieron una anotación para quedar 25-20 con 3:37 para el final, sólo para que los Pats fallaran en su intento de 2 puntos. Mac Jones y compañía llegaron a la zona roja en el último avance del partido. Necesitando un touchdown en lugar de un gol de campo, New England se quedó corto.

En la Semana 4, la defensa de Philadelphia permitió un touchdown sin tiempo en el reloj para empatar el partido. Sin embargo, el entrenador Ron Rivera, supuestamente amigo de la analítica, optó por patear el punto extra en lugar de intentar una conversión de 2 puntos para ganar el partido cuando tenía chances de perder por 9.5 puntos en casa, y cuando los Commanders hicieron tres three-and-out, los Eagles anotaron un gol de campo de 54 yardas para ganar en la prórroga.

En la Semana 9, los Eagles detuvieron otro intento de 2 puntos que habría convertido el partido en uno de tres puntos contra los Cowboys, con 6:30 restantes para el final. Dallas llegó a la yarda 6 de Philadelphia con 27 segundos por jugarse, pero se vino abajo con una salida en falso, una captura y una penalización por retraso del juego.

En la Semana 11, con los Chiefs perdiendo por 21-17 y faltando 1:40 para el final, un Marquez Valdes-Scantling abierto dejó caer un pase de touchdown que le hubiera dado la ventaja a Kansas City.

Esos actos heroicos de final de partido no eran sostenibles, y lo vimos al final de la temporada. Los Eagles no pudieron mantener una ventaja tardía contra Drew Lock y los Seahawks en la Semana 15. Dos semanas más tarde, permitieron un avance ganador en el último minuto a Kyler Murray y los Cardinals, que ni siquiera necesitaron ver un tercer down en la séptima jugada de posesión que los hizo ganar el partido.

Ya conoces el colapso defensivo que sufrieron los Eagles la temporada pasada. Los equipos de colegio secundario suelen cometer menos errores de cobertura que los que cometieron en su peor momento en 2023. Un pass rush a un año de acumular 70 capturas quedó en nada, ya que, durante la segunda mitad de la temporada, ocuparon el puesto 30 en índice de capturas y 28 en índice de presión. El equipo esencialmente despidió a Sean Desai y lo reemplazó en medio del pánico con Matt Patricia, quien no logró mejorar las cosas.

Es comprensible que se hayan efectuado cambios. El entrenador veterano, Vic Fangio, que supervisó la defensa de los Dolphins la temporada pasada, fue contratado para apuntalar las cosas. Los Eagles recuperaron al back defensivo, C.J. Gardner-Johnson, después de dejarlo partir con los Lions en la agencia libre, cambiaron a James Bradberry al puesto de profundo y utilizaron sus dos mejores selecciones del draft en los esquineros, Quinyon Mitchell y Cooper DeJean. Después de considerar al apoyador como una idea adicional durante la mayor parte de su mandato, el gerente general Howie Roseman hizo lo que fue para él un acuerdo significativo en la posición, firmando a Devin White por un año. Y si bien Philadelphia cambió al cazamariscales, Haason Reddick, lo reemplazó con una opción más joven en el agente libre, Bryce Huff. ¿Deberían los Eagles estar mejor en la defensa en 2024? Sí. ¿Estos movimientos tienen la seguridad de funcionar? Por supuesto que no. Fangio acaba de ser despedido después de un año en Miami, con los jugadores de los Dolphins celebrando activamente su partida en las redes sociales. Roseman no quería darle a Gardner-Johnson un contrato multianual la temporada pasada, y luego cambió de opinión después de un año en el que Gardner-Johnson apenas jugó en Detroit debido a lesiones. Bradberry tuvo muchas dificultades y sólo está en el plantel porque tiene un salario garantizado. Darius Slay tiene 33 años. Los Bucs enviaron a White a la banca durante la postemporada pasada. Y si bien Mitchell y DeJean eran incorporaciones muy necesarias, los esquineros novatos suelen tener dificultades para causar un impacto de inmediato.

La realidad se ubica en algún lugar entre esos dos universos. Algunas de estas movidas funcionarán. (Creo que Huff será una estrella, y uno de los dos esquineros novatos debería convertirse rápidamente un jugador de calibre titular). Contar con que todos funcionen, probablemente sea un tanto ingenuo.

Y el elemento central de lo que los Eagles han tenido en su mejor momento -- una línea defensiva profunda y dominante -- podría quedar descuidada aquí. Philadelphia perdió a Fletcher Cox que se retiró, tiene a Brandon Graham, de 36 años, jugando un papel más pequeño y no consiguió mucho de Josh Sweat la temporada pasada. Roseman se preparó para esto utilizando selecciones premium del draft en jóvenes linieros de Georgia, pero hay que ver cómo se desempeñan. Jalen Carter se desvaneció la temporada pasada, aunque también pareció ser el mejor jugador de la defensa durante algunos tramos. Jordan Davis no ha estado a la altura de las expectativas como profesional, mientras que Nolan Smith apenas entró en el campo de juego como novato y fue utilizado brevemente en la cobertura. No me doy por vencido con ninguno de esos jugadores, pero no hay garantías de que Philadelphia termine con tres jóvenes destacados de ese grupo, y dependerá de ellos si es que terminan desempeñándose en roles significativos.

Del mismo modo, ¿están preparados los Eagles en el lado ofensivo del balón? Aun cuentan con tres linieros potentes en los tackles, Jordan Mailata y Lane Johnson, y el guardia, Landon Dickerson, pero los otros dos puestos son una incógnita. El legendario centro, Jason Kelce, se retiró y será reemplazado por Cam Jurgens, y aunque Kelce ayudó al equipo a identificar y seleccionar a Jurgens en el draft, pedirle a Jurgens que ocupe el mismo lugar de un miembro del Salón de la Fama en su primera temporada profesional es una tarea imposible. Se moverá desde la guardia derecha, donde el probable titular será el ex tackle de los Jets, Mekhi Becton, a menudo lesionado, que jugará en una nueva posición.

Jeff Stoutland es uno de los mejores entrenadores de línea ofensiva del juego, pero hay más incertidumbre en esta línea que en años anteriores. Tyler Steen, que se esperaba que compitiera con Becton por el puesto titular de guardia, salió en la victoria del pasado fin de semana ante los Patriots por una lesión de tobillo. El liniero, Jack Driscoll, que fue titular en 17 partidos durante las últimas cuatro temporadas, está ahora con los Dolphins. Si los problemas de tobillo de Johnson se repiten, o si Becton no es lo que los Eagles esperan en el interior, no hay mucha profundidad para que puedan hacer frente a esas preocupaciones.

La partida de Kelce también plantea dudas sobre el enfoque que ha ayudado a impulsar la ofensiva de los Eagles en las dos últimas temporadas. ¿Será realmente tan eficaz el empuje sin Kelce a la cabeza? Jalen Hurts sigue formando parte de la ecuación -- vimos que la temporada pasada fueron más eficaces en la ejecución de su legendario sneak que casi cualquier otro equipo -- pero hay que suponer que Kelce desempeñó al menos un pequeño papel en el funcionamiento de la jugada de Philly en el cuarto down. Si eso pierde algo de su efectividad, cambiará el cálculo de cómo los equipos defienden esta ofensiva y cómo Nick Sirianni toma sus decisiones.

Al mismo tiempo, ¿puede una ofensiva con Hurts, A.J. Brown, DeVonta Smith, tres linieros de calibre Pro Bowl y Saquon Barkley ser realmente mala? Probablemente no. Habrá un período de adaptación mientras se acostumbran a la ofensiva de Kellen Moore -- y hay problemas de lesiones que han complicado o dejado afuera de la alineación a Hurts, Barkley y Johnson -- pero tengo más confianza en la ofensiva que en la defensa.

También hay otras cifras que sugieren que los Eagles tuvieron un poco de mala suerte la temporada pasada. Terminaron con un diferencial de pérdidas de balón de -10, debido en parte a un índice de recuperaciones de balones perdidos que los dejó en el puesto 27 de la liga. Según el FPI de ESPN, los Eagles se enfrentaron al décimo calendario más duro, y esta temporada, el FPI considera que la lista de partidos se ha aliviado, enfrentándose en su lugar al octavo calendario más fácil. Los partidos perdidos ajustados sitúan a los Eagles como la cuarta defensa con más lesiones de la liga.

Tras la segunda mitad de la temporada pasada, hubo que hacer cambios. Un equipo que había parecido el mejor de la liga durante el invierno de 2022 parecía viejo, superado y sin ideas. Me gustan la mayoría de las movidas que Roseman hizo durante la temporada baja, y tengo la mente abierta sobre el impacto que los nuevos coordinadores tendrán sobre el cuerpo técnico. También sé que confiar en los mejores indicadores de rendimiento subyacente a menudo conduce a las respuestas correctas sobre lo que un equipo hará en la siguiente temporada, y esas no se ven muy bien para los Eagles.

Cleveland Browns

Resultado en 2023: 11-6
Diferencial de puntos en 2023: +34
Balance de partidos decididos por siete puntos o menos en 2023: 6-2
Dificultad de calendario proyectada, según el FPI de ESPN: el octavo más difícil de la liga

¡Tres equipos de la AFC Norte! Parecen demasiados, pero no es algo inverosímil. Hubo tres equipos de esta división que dieron un paso atrás entre 2020 y 2021, recuerden: Los Browns (11-5 a 8-9), los Ravens (11-5 a 8-9) y los Steelers (12-4 a 9-7-1) perdieron más partidos, abriendo paso para que los Bengals saltaran del peor al primero y sorprendieran a la AFC.

Los Browns quedaron en el lado de la lista de los equipos en declive esa temporada, y aunque fue una elección controvertida dado el bombo publicitario que estaban recibiendo en ese momento, resultó ser acertada. Los Browns de 2020 habían quedado 11-5 con un diferencial de puntos negativo, y esa clase de equipos decae abrumadoramente la temporada siguiente.

El caso de los Browns de 2024 no es tan sólido. El equipo de Kevin Stefanski estaba en la columna de mejoras el año pasado, y aunque saltaron de 7-10 a 11-6, el diferencial de puntos sugiere que fue más bien un modesto paso adelante. Los Browns de 2022 tuvieron el diferencial de puntos de un equipo de ocho victorias, pero quedaron 2-5 en partidos definidos por una anotación.

El plantel de 2023 mejoró hasta una expectativa pitagórica de 9.4 victorias, lo que supone un sólido paso adelante, pero su récord real saltó porque mejoraron a 6-2 en partidos definidos por un punto. El margen entre ganar y perder en esos partidos fue realmente microscópico:

Los 49ers estaban en posición de conseguir una victoria en el último segundo cuando llegaron a una distancia de gol de campo perdiendo 19-17 contra los Browns, pero Jake Moody falló un intento de 41 yardas con nueve segundos restantes. La semana siguiente, los Browns cedieron un touchdown de 75 yardas para dar a los Colts una ventaja de 38-33 con 5:38 para el final. PJ Walker parecía que iba a realizar un strip-sack que sentenciaría el partido en el siguiente drive, pero una penalización por contacto ilegal prolongó el partido. Los Browns fallaron tres veces en la yarda uno antes de convertir un cuarto y gol para quedarse con el triunfo.

Con los Ravens perdiendo por 31-17 con 8:57 para el final, los Browns protagonizaron una gran remontada, incentivados por un pick-seis en un pase que se desvió en la línea de golpeo y que Greg Newsome devolvió para anotar. Un gol de campo de 40 yardas cuando el tiempo llegaba a su fin dio a Cleveland la victoria por un punto.

Abajo 17-10 ante los Bears con menos de cuatro minutos restantes, Joe Flacco de alguna manera enhebró perfectamente un lanzamiento a través de tres defensores de Chicago para una definición perfecta a Amari Cooper, quien corrió hacia adelante para una anotación de 52 yardas. A continuación, David Njoku produjo dos largas recepciones y carreras para preparar otro gol de campo ganador del partido.

Todas esas son buenas jugadas, y son recuentos demasiado simplistas de lo que sucedió en el transcurso de partidos de fútbol americano de 60 minutos. Al mismo tiempo, si dos goles de campo de 40 y 41 yardas van por caminos diferentes, los Browns caen de 11-6 a 9-8. La línea que separa la victoria de la derrota en estos partidos de fútbol americano es muy delgada, y por eso que tanto las métricas como la diferencia de puntos pueden ser más valiosas y predictivas que el récord de victorias y derrotas de la temporada anterior. El punto fuerte del equipo de 2023 fue una defensiva dominante. Jim Schwartz se hizo cargo de una unidad a menudo decepcionante y consiguió buenas actuaciones de Newsome, Grant Delpit y Jeremiah Owusu-Koramoah. Con muchos de los mismos jugadores en el mismo lugar, un equipo de Cleveland que ocupaba el puesto 22 en puntos permitidos por drive en 2022 saltó al segundo mejor rendimiento de la liga.

Los nueve mejores defensores de Schwartz de hace un año regresan, y con muchos de esos jugadores en la cima de sus carreras, es justo esperar que los Browns vuelvan a estar entre las mejores defensas de la liga. Sin embargo, ¿podrán ser tan buenos como lo han sido? No estoy seguro, debido a un viejo corolario de Bill James conocido como el principio del plexiglás.

Cuando los equipos dan un salto espectacular entre una temporada y la siguiente, a menudo tienen dificultades para mantener esa mejora durante la campaña siguiente. Si nos remontamos desde 2001 hasta 2022, hubo 30 defensas que mejoraron en 20 puntos o más en puntos permitidos por posesión, como los Browns la temporada pasada.

La mayoría de esas defensas retrocedieron algo la temporada siguiente. El equipo intermedio de ese grupo descendió un promedio de ocho puestos en la clasificación. Si los aficionados de Cleveland están buscando algo rescatable, podrían mirar a los Jets de 2022, que mejoraron del puesto 32 al segundo en puntos permitidos por drive, y luego se mantuvieron arriba, encaminados hacia la cima de la liga y terminaron cuartos la temporada pasada. Los Browns aún podrían tener una defensa entre las 10 mejores, pero yo esperaría que terminen más hacia la mitad inferior de ese rango que hacia la mitad superior.

¿Puede la ofensiva compensar parte de esa desventaja? Podría ver el argumento. Los Browns no contaron con su estrella, Nick Chubb, durante la mayor parte de la temporada debido a una lesión de rodilla, y sus carreras naturalmente sufrieron como resultado. Añadieron un segundo receptor para que jugase detrás de Cooper, Jerry Jeudy. La línea ofensiva estará en mejores condiciones físicas que hace un año, cuando 11 jugadores diferentes abrieron al menos un partido. Y Cleveland tiene que ser el primer equipo de playoffs en la historia moderna en abrir partidos con cinco mariscales diferentes durante la temporada, algo que probablemente no vuelva a suceder con un Deshaun Watson, esperemos, en mejores condiciones físicas.

Por otro lado, Chubb viene de una grave lesión de rodilla y no se espera que esté listo para arrancar la temporada. Como todo el mundo, espero que pueda volver al 100%, pero eso es mucho pedir un año después de una lesión multi-ligamentosa. Jeudy no fue muy bueno durante la mayor parte del tiempo que estuvo en Denver. Y aunque la línea ofensiva debería gozar de una mejor forma física, los Browns pudieron afrontar la falta de titulares apoyándose en el legendario entrenador de línea ofensiva, Bill Callahan, que dejó el equipo después de la temporada para unirse al staff de su hijo en Tennessee.

La habilidad de Watson es el mayor factor X para los Browns. Los argumentos de que fue mejor de lo que recuerdan el año pasado no se sostienen. Quedaron 5-1 con Watson como titular, pero eso incluye un partido contra los Colts en el que lanzó cinco pases y otros tres en los que tuvo un índice de pases por debajo de 75. Estuvo excelente en la segunda mitad, más notablemente en esa remontada ante los Ravens, pero fue uno de los peores pasadores de la liga en la primera mitad y no había exhibido esa clase de separación anteriormente como profesional. Los Browns quedaron 5-1 con Watson porque la defensa permitió un irreal 1.0 puntos por drive, una marca que subió a 1.7 puntos con cualquier otra persona en su posición.

Como escribí en enero, si bien los Browns eran mejores en la ofensiva con Watson que con Walker o Dorian Thompson-Robinson, han sido aún mejores con Joe Flacco, que estaba sentado en su sofá a los 38 años antes de entrar en la alineación de Cleveland. Simplemente no vemos que esto suceda con otros equipos que tienen mariscales de campo muy promocionados; los Ravens, por ejemplo, fueron mucho peores con Tyler Huntley que con Jackson. Los Jets no se vieron tan bien con Zach Wilson como hubiéramos esperado que se vieran con Aaron Rodgers. Flacco lo hizo con una tercera opción en el tackle derecho, un suplente en el tackle izquierdo y sin Chubb en la alineación.

Se espera, naturalmente, que la cirugía de hombro de Watson le permita recuperarse al 100%. Sin embargo, ya han pasado tres temporadas completas desde que lo vimos jugar al nivel Pro Bowl. Los Browns se vieron y jugaron mejor en la ofensiva sin él. En este punto, tiene que haber dudas sobre si será un mariscal de campo adecuado, y sobre todo el jugador por el que Cleveland intercambió tres selecciones de primera ronda para adquirirlo en 2022.

El impacto de esos picks perdidos tampoco ayudará a Cleveland. Mientras que el plantel estaba repleto de jugadores jóvenes y de costos controlados después de años de estancamiento y de intercambios por selecciones, el intercambio por Watson le costó a los Browns selecciones clave que de otro modo se esperaría que desempeñaran papeles significativos en este escuadrón. No tuvieron un pick dentro del top-65 en 2022 o 2023 y no tuvieron su selección de primera ronda en el draft de abril. Esos serían cinco jugadores que podrían ser partes significativas de su ofensiva o defensa. El gerente general, Andrew Berry, tendrá que esperar que los jugadores que ha adquirido para suplir esas piezas faltantes --Jeudy, Jordan Hicks, Devin Bush e incluso el mariscal de campo suplente, Jameis Winston- puedan conseguir una buena actuación cuando se les pida que jueguen.

Los Browns son otro equipo de techo alto y piso bajo en esta lista. Si la cirugía realmente hace que Watson regrese y la línea vuelve a su forma a medida que recuperan su estado físico, mientras que la defensa mantiene su nivel de juego de la temporada pasada, este podría ser un candidato de cara al Super Bowl. El escenario más probable, sin embargo, es que la defensa dé un paso atrás y la ofensiva no sea capaz de hacer lo suficiente para superar ese declive.