Howie Roseman está en una clase aparte, y por eso Philadelphia se ha mantenido protagonista, incluso en los tiempos de crisis.
NEW ORLEANS -- Una casa es simplemente tan sólida como sus cimientos.
Y en el caso de los Philadelphia Eagles, uno podría decir que tienen al mejor gerente general de la NFL en Howie Roseman.
Piensen ustedes que Roseman construyó un equipo que ganó un Super Bowl en el 2017, luego volvió a llegar al gran juego en el 2022 con un entrenador en jefe y un mariscal distinto, y aquí estamos otra vez, a las puertas de la gloria.
Para poner esta clase de éxito en perspectiva, hay que decir que solo 11 gerentes generales en la historia han llegado a tres Super Bowls con la misma franquicia.
“Sin él, nada de esto sería posible”, expresó el entrenador en jefe Nick Sirianni. “Su historial habla por sí solo”.
Como todo gerente general, Roseman ha tenido sus yerros, pero en esta campaña en particular, ha construido posiblemente el mejor róster de la liga.
Lo hizo, fiel a su estilo, siendo agresivo y tomando riesgos.
Mekhi Becton no funcionó con los New York Jets, y esencialmente ya era considerado una decepción, en parte también por sus problemas de peso.
Roseman le dio otra oportunidad, y desde el primer día en Philadelphia, lo movieron a la posición de guardia, y ha florecido frente a nuestros ojos.
“Las cosas pasan por algo”, dijo Becton. “Y simplemente estoy agradecido por estar con los Eagles”.
Zack Baun pasó de no ser querido por nadie luego de nunca ser titular, a ser un All-Pro de primer equipo, anclando la defensiva que menos yardas por juego permite en toda la NFL.
En total, por Becton y Baun, los Eagles pagaron un total de 6.25 millones de dólares esta temporada.
En su momento no lo entendí, pero muchos equipos dejaron pasar a Jalen Carter en el draft por sus problemas de peso, y porque alegaban que no era un jugador de tres intentos. Roseman luego diría “que no lo podía creer cuando le cayó en la falda”, y hoy Carter ya es uno de los mejores tackles defensivos de la liga.
Lo cual nos lleva a la gran firma de este verano. Saquon Barkley alteró el curso de esta franquicia, y si bien ahora es fácil criticar a los New York Giants por haberlo dejado ir, en el verano se hablaba de la decadencia de los corredores, y que pagar más de 10 millones de dólares por año a un corredor, sería un error.
Barkley respondió con una temporada récord, y a la vez siendo la clase de líder que estos Eagles necesitaban.
“Roseman fue instrumental para firmar a Barkley”, admitió Sirianni. “La relación y la confianza entre ambos fue creciendo, hasta el punto que la firma se hizo realidad”.
Cooper DeJean y Quinyon Mitchell fueron enormes aciertos en el draft, y los dos han tenido temporadas fenomenales. Reed Blankenship ni siquiera había sido elegido en el draft tres años atrás, y hoy esa secundaria es más que confiable; la adición de C.J. Gardner Johnson también ayudó.
La relación costo-beneficio es peculiar, y sacar provecho de ella requiere de timing y algo de suerte.
Como soltar a Carson Wentz en el momento justo como para obtener una selección de primera ronda, sólo para luego invertirla en A.J. Brown.
A Howie Roseman le tomó tiempo, pero hoy los Eagles tienen una estructura demasiado sólida.
“La única constante es el cambio”, sostuvo Roseman. “Y uno no puede tener miedo de barajar y dar de nuevo”.
Las tradiciones son importantes, pero no puedes quedarte estancado en el pasado. En el presente, si no eres agresivo, difícilmente tengas una recompensa.
Roseman no dejó que el miedo a equivocarse lo paralice, y hoy está cosechando los frutos de todo lo invertido.
Howie Roseman está en una clase aparte, y por eso Philadelphia se ha mantenido protagonista, incluso en los tiempos de crisis.