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Con OCD y todo, Zane González busca dejar su marca en la NFL

Desde muy jovencito, Zane Gonzalez, premiado el año pasado con el premio Lou Groza como mejor pateador a nivel universitario y ahora novato de los Cleveland Browns, se destacó, ya que ningún otro chico a su alrededor compartía su peculiar nombre.

Su padre escogió ese nombre poco usual, explicó González, de 22 años, en una conversación telefónica.

"No me he topado con ningún otro Zane".

También se produjo una peculiar unión entre su apellido y su apariencia.

"Por parte de mi padre, soy todo mexicano. Mucha gente no lo asume, porque soy rubio, de ojos azules... No se esperan el apellido González", comenta el ex jugador de la Universidad de Arizona State. "Cuando me cortan el pelo, o algo así, quedan fuera de guardia cuando escuchan el apellido. Es único, me gusta".

La madre de González es oriunda de Arkansas. Sus padres se separaron cuando él cursaba el quinto grado de primaria y él y sus hermanos vivían con su padre, Joseph. González tiene un hermano mayor, Zach, y uno menor, Skylar. Aunque su padre habla español fluidamente, González no lo domina.

"Bromeo con él, porque no me enseñó el español cuando era más joven", confiesa González.

Su padre, en cambio, sí instruyó a González, nativo de Texas, en una materia muy distinta.

"Mi padre fue un gran jugador de fútbol (soccer) de joven", dice González. "Y fue toda mi vida, además, y la de mi hermano. Crecimos jugando fútbol por todo Houston. Fue mi primer amor deportivo. Lo sigo jugando al día de hoy, cada vez que me topo con un balón".

Debido a su interés en el soccer, González llegó tarde al fútbol americano. Luego de apartarse del juego competitivo en la secundaria, se mostró agradecido con los entrenadores que lo guiaron en su transición al fútbol americano tras reconocer la oportunidad de obtener una beca universitaria.

"Si alguien me hubiese dicho en mi primer o segundo año (de secundaria) 'Zane, serás seleccionado en el draft como pateador' quizás me hubiese reído. Es increible poder ver la posición en la que me encuentro hoy", dice.

Los pateadores, a cierto punto, se encuentran aislados en los partidos, trotando hasta el campo solo para intentar goles de campo o para ponerse contra oponentes alejados en los pateos de despeje y pateos iniciales. Sin embargo, pueden marcar una diferencia crucial.

"Uno le puede dar mejor oportunidad a tu equipo de ganar cuando anotas puntos en la pizarra", indica González. Si alguien entiende bien su situación es el ex pateador de la NFL Luis Zendejas, quien ahora labora como director de relaciones comunitarias de los Arizona Cardinals.

El ex jugador de los Dallas Cowboys y Philadelphia Eagles cree que González está listo para enfrentar la presión que conlleva jugar en la NFL.

"Desde su primer año (en ASU), ha progresado constantemente", dice Zendejas, alegando que el año senior de González mostró su capacidad. "Más poder, más consistencia. Acudí a cada uno de sus partidos y lo vi muy concentrado".

El mayor ajuste que debió hacer González entre ambos deportes fue el mental.

"El soccer es realmente interactivo", dice González. "Si te equivocas, sigues adelante. En el futbol americano, si te equivocas pateando, debes asegurarte que tienes la suficiente fortaleza mental para ir a la banca y olvidarlo, para luego enfrentar el próximo intento".

El jugar soccer aún le proporciona a González una sensación de paz. La necesitó a principios de año durante el draft de la NFL, mientras esperaba nervioso si se convertía en uno de los extraños casos en los cuales un pateador es seleccionado en el draft

Recibió la noticia en la casa de playa de la familia en Galveston, Texas, con su padre y hermanos, aunque González decidió no ver el draft por televisión. Lidió con la incertidumbre volviendo a su primer amor deportivo, aunque guardó su teléfono en el bolsillo.

"Salí y comencé a patear el balón con mi hermano en la playa".

González fue seleccionado en el draft por los Browns en la séptima ronda, en el puesto 224. No fue el primer pateador escogido en el draft de 2017.

Ese honor le correspondió a Jake Elliott, quien fuera seleccionado por los Cincinnati Bengals, rivales estatales de los Browns, en el puesto 153. Aunque González es amigo de Elliot y le felicitó mediante un mensaje de texto, González ahora cuenta con motivación extra.

"Todos quieren ser el primero", confiesa González. "Es un espaldarazo que te ayuda a competir, a mejorar. Me sorprendió mucho que no fuera el primer pateador seleccionado", afirma Zendejas. "Es un pateador muy maduro, por lo que realmente no veo que pueda tener problemas en la NFL".

Es posible que González haya decaído en el draft debido a su franqueza con respecto a padecer el trastorno obsesivo-compulsivo, o OCD, por sus siglas en inglés.

Desde sus años de novato en ASU, González ha hecho pública su lucha contra el desorden.

Philip Pierce, psicólogo clínico licenciado y especializado en el trastorno, indicó que esta condición puede ser manejada, aunque los afectados por ella deben luchar de manera contínua con sus propios pensamientos.

"Los afectados empiezan a tener pensamientos que desatan la ansiedad y entonces intentan controlarla, usualmente con actos físicos", explica Pierce. "El clásico ejemplo es el pensar que sus manos están contaminadas, entonces deciden lavárselas, lo cual los alivia temporalmente".

Hay distintos niveles de OCD, pero no es fácil tratar con esta condición a cualquier nivel. "La gente que hace chistes al estilo 'Oh, quizás tengo un poco de OCD' quizás no lo padecen", dice Pierce.

"Te hace ser perfeccionista y muy detallista", afirma González con respecto a la manera en la cual su OCD lo afecta. "Fuera del terreno, es un dolor de trasero".

Una forma en la cual González lidia con su situación es el mantener su preparación previa a los pateos simple.

"Solo hago un par de patadas de práctica, un par de movimientos de pierna y me hago la señal de la Cruz", dice González.

González repite su rutina y corta carrera hacia el balón tanto como le es posible, exactamente de la misma manera en cada ejecución, con resultados mecánicamente perfectos y con resultados tan impresionantes que fue apodado por los aficionados de la ASU como "Legatron".

Pierce indicó que González, gracias a su honestidad con respecto a su forma de tratar su OCD, puede ayudar a muchos. Gran cantidad de personas tienen dificultades al tratar de esconder sus síntomas producto del OCD, sintiéndose avergonzados. González puede ser modelo también para otros.

La NFL estuvo en una ocasión repleta de pateadores de origen latino, muchos de ellos convertidos tras practicar fútbol soccer. Entre los mexicanos o norteamericanos de origen azteca que hicieron vida en la NFL figuran los hermanos Zendejas, Max y Luis; su primo, Tony Zendejas; Danny Villanueva, Daniel Sepúlveda, Leo Aragúz y Raúl Alegre. El argentino Martín Gramática (cuyo hermano Bill también pateó en la NFL), tuvo tanto éxito en la liga que fue apodado "Automática".

Aunque González afirma haber conocido sobre Gramática y su respeto por el austral, escogió a otro nativo de Houston y jugador de la NFL como modelo a seguir.

"Justin Tucker, la forma como patea", dice González, indicando las cualidades que respeta de Tucker, quien es pateador de los Baltimore Ravens. "Su confianza, comportamiento y consistencia; dignas de tomar como ejemplo y de admirar mucho".

Tucker ha sido una revelación para los Ravens luego de haber sido originalmente desestimado en el draft de 2012.

El año pasado, en un movimiento sorpresivo, los Tampa Bay Buccaneers hicieron un pacto a fin de usar un puesto de selección en la segunda ronda del draft y reclutar al pateador Roberto Aguayo. Aunque Aguayo, quien al igual que González es de ascendencia mexicana, jugó al fútbol soccer brevemente de niño antes de pasar a ser pateador en el fúbol americano, tuvo ciertas dificultades en su temporada de novato en la NFL, terminando con una efectividad de 71 por ciento en goles de campo.

Esto pudo haber causado que algunos equipos lo hayan pensado dos veces antes de tomar en el draft a un pateador que se convirtió al fútbol americano luego de practicar soccer, como fue el caso de González.

"Los postes son los mismos, los campos son los mismos, los balones son casi los mismos, sólo hay mayor presión que uno se aplica a sí mismo, porque ahora te están pagando en vez de asistir a clases", indicó Zendejas con respecto a la transición de Aguayo de pasar de ser un pateador universitario a estar en la NFL

"Fue tan perfecto en la universidad, pasa (a la NFL) y tiene un pequeño problema".

Los dos ex ganadores del premio Groza son distintos.

González ha mostrado mayor capacidad de hacer goles de campo a mayores distancias. Convirtió 13 de 15 intentos sobre las 40 yardas en su última temporada en ASU, incluyendo 7 de 9 intentos sobre las 50 yardas.

Hacer la transición al juego profesional no es fácil, de todos modos, y González no está tomando a la ligera la labor que se requiere para aplicar sus destrezas en la NFL.

"Todos allí juegan al máximo nivel", dice González con respecto a su estadía con los Browns. "No hay tanta ligereza. Se es un profesional. Debes actuar como tal".

Para poder realmente tener una carrera en la NFL, González debe superar al pateador de la temporada pasada, Cody Parkey, a fin de obtener la titularidad. Algo alentador para el joven novato es la bienvenida que González ha recibido por parte de los aficionados de los Browns.

"La afición es increíble", comenta un González maravillado. "Toda la ciudad, aman a sus equipos. Son muy apasionados".

Sólo hay una desventaja que González ha visto hasta ahora en Cleveland, un tema gastronómico que no debía enfrentar en sus años en Texas y Arizona.

"No hay mucha comida mexicana disponible", indica González sobre la ciudad. "Es mi estilo favorito de comida. Pero puedo lidiar con eso".