SANTA CLARA -- En los días previos al Draft 2019 de la NFL, el gerente general John Lynch y el head coach Kyle Shanahan de los San Francisco 49ers pasaron una cantidad de tiempo anormal haciendo algo que nunca habían hecho antes.
"Kyle y yo estudiamos más pateadores de despeje este año de lo que creo que jamás haremos", dijo Lynch.
Una gran parte de ese tiempo de estudio se debió a la salida vía agencia libre de Bradley Pinion, creando un área de necesidad para los Niners. Pero no fue solamente eso.
Calladamente, una revolución de patadas de despeje ha llegado a la NFL, y está ocurriendo a planea vista. Viene desde el otro hemisferio, en un ligar denominado Prokick Australia, basado en Melbourne.
Por la mayor parte de la década pasada, Prokick se ha convertido en una especie de fábrica de pateadores de despeje para el juego universitario, con ex jugadores de fútbol americano australiano aprendiendo cómo patear un ovoide de fútbol americano bajo la tutela del fundador de Prokick, Nathan Chapman, y su equipo. En el 2018, unas 65 escuelas de la División I contaron con pateadores que llegaron vía Prokick.
Ahora, esos pateadores de despeje empiezan a hacerse camino hasta la NFL, con Michael Dickson de los Seattle Seahawks, Cameron Johnston de los Philadelphia Eagles, Jordan Berry de los Pittsburgh Steelers y Lachlan Edwards de los New York Jets, habiendo pasado por la experiencia Prokick.
Here is why the @49ers went in the 4th for this guy @mitchwish and he'll be a big asset to the defence this season. He also has a very accurate going in kick, so they see him as quite a weapon @jenniferleechan pic.twitter.com/5yoCJ1SrFd
— Prokick Australia (@ProkickAus) May 4, 2019
Luego de suficiente estudio de video, los Niners se unieron a la moda invirtiendo una selección de cuarta ronda en Mitch Wishnowsky de Utah, el pateador de despeje que rápidamente se convirtió en objeto de su afecto durante el Senior Bowl en enero.
Una liga que se ha recargado bastante en la tradición empieza a tomarse el tiempo de entender cómo el arsenal de despejes que ejecutan los ex jugadores de fútbol australiano pueden impactar un juego.
"Aquí está el modo en que lo veo ahora: si eres un pateador de despeje pasando por el colegial y la quieres hacer, más te vale tener todos esos tiros en la bolsa porque hacia allá va", dijo Chapman. "Ahora, la NFC Oeste tiene a dos de ellos y son muy bueno con eso, y cada otro equipo los enfrentará dos veces. Así que son cuatro partidos donde podrían enfrentar a un pateador que es un verdadero dolor. Y los demás piensan, 'Nosotros necesitamos a uno. Si no obtenemos a uno de esos, vamos a estar rezagados'".
Orígenes humildes
Hace quince años, Chapman tuvo su propia oportunidad de hacerla en la liga, esperando seguir los pasos de pateadores australianos como Darren Bennett y Mat McBriar. Luego de ocho años pateando el balón con forma de huevo del juego australiano, llegó al campamento de los Green Bay Packers en el 2004. Sin mucho conocimiento acerca de cómo funciona la NFL y el estilo que muchos equipos de la NFL preferían, Chapman no lo logró. Se quedó corto luego de audiciones con los Chicago Bears y Cincinnati Bengals al año siguiente.
Para el 2006, Chapman había conseguido un mejor entendimiento de cómo funciona el mundo de la NFL, pero no le alcanzaba para seguir de ida y vuelta sin un trabajo garantizado. Chapman se había enamorado del juego americano y sabía que deseaba mantenerse cerca. También quería asegurarse de que otros que vinieran detrás de él tuvieran modo de llegar a la liga y mantenerse.
Chapman revisó con algunos coaches que conoció en el camino y les preguntó su interés por una academia para pateadores de despeje y pateadores de lugar. La respuesta fue positiva, y Prokick nació en el 2008.
Por supuesto, no fue así de simple. Aunque había necesidad de encontrar un lugar para entrenar, todavía era difícil enterar a los candidatos correctos.
En el primer año, Prokick entrenó a cinco jugadores. Tuvieron a tres al año siguiente, dos después de eso, y cuatro o cinco al siguiente, expandiéndose finalmente a siete en el quinto año.
"Fue realmente muy duro", explicó Chapman. "La única razón por la que somos exitosos ahora es porque fui demasiado estúpido para rendirme".
La creencia de Chapman estaba enraizada en la idea de que sabía lo que hacía, y que el fútbol australiano estaba produciendo de forma natural a jugadores capaces de patear desde una edad temprana. Su trabajo primario fue identificar y refinar ese talento con un balón de forma ligeramente distinta, pero el trabajo detrás de escena era mucho más pesado.
Luego de días de entrenamientos, Chapman se quedaba despierto para enviar correos electrónicos y llamar a coaches que no lo conocían y que a menudo se rehusaban a responder a una llamada internacional. incluso cuando sí le respondían, tenía que vender sus habilidades como coach a extraños.
"Era un camino muy difícil", señaló Chapman. "Sabíamos que teníamos el talento".
Ahora que Prokick se ha establecido, el porcentaje de colocación es casi perfecto. Chapman estima que la escuela entrena de 30 a 40 jugadores al año, pagando una colegiatura de unos 15,000 dólares anuales que incluye tres días de entrenamiento de patadas de despeje a la semana, dos días de trabajo de gimnasio, y servicios académicos para ayudar a los jugadores cumplir con los requerimientos de elegibilidad colegial. De acuerdo a Chapman, cerca de un 92 por ciento de los jugadores que pasan por la academia consiguen una beca universitaria total.
Tiros en la bolsa
Antes de declararse para el draft de la NFL luego de su temporada de junior, Dickson se convirtió en una especie de héroe de culto en la Universidad de Texas por su increíble habilidad para colocar los despejes donde quisiera, empleando diferentes patadas y giros que prácticamente imposibilitaban a los especialistas en regreso saber qué planeaba. Obtuvo el Ray Guy Award como el mejor en su posición en la nación en el 2017, y se ganó honores como Jugador Más Valioso en el Texas Bowl por colocar ocho de 11 despejes adentro de la yarda 10 de Missouri.
Seattle eligió a Dickson en la quinta ronda, tomando el entonces peculiar paso de canjear para subir en el orden con tal de asegurarlo. Todo lo que Dickson como novato fue finalizar sexto en yardas netas, ganarse una selección como All-Pro, y convertirse en el primer pateador de despeje novato en ser seleccionado al Pro Bowl desde 1985.
Mientras que la NFL ha sido más lenta para apreciar a los egresados de Prokick que el juego universitario, el desempeño de Dickson hizo que varios tomaran nota. No fue solamente que Dickson fuera tan productivo, sino cómo lo hizo.
Dickson podía patear en movimiento, desde el bolsillo, y ponerle diferentes giros al ovoide. encima de todo eso, también tuvo la habilidad para colocar los despejes prácticamente donde los deseaba.
Los despejes tradicionales toman aproximadamente un 70 por ciento de tiempo que Chapman pasa entrenando a sus jugadores, pero tampoco quiere matar la creatividad y habilidad natural de hacer que algo suceda su sale algo mal durante una jugada específica. Chapman se refiere a eso como "tiros en la bosla", una comparación con un golfista pegando para darle un ceirto giro con el objetivo de conseguir un rebote en particular.
"Entrenamos esos tiros en la bolsa simplemente al crecer jugando fútbol australiano", dijo Chapman. "Debes ser capaz de formatearlo al ambiente de fútbol americano con un balón diferente. Hemos practicado eso por 10 años, así que ahora se trata de entender cómo podría funcionar en un partido o un escenario donde lo puedas practicar. Así que lo entrenamos. Seguimos enseñando cómo hacer las patadas al estilo australiano porque es un balón diferente. No lo damos por sentado... no hay atajos".
Respuesta a largo plazo
Con una historia similar a la de Chapman, Wishnowsky no carece de tiros en la bolsa, tampoco. El jugador de 27 años de edad también jugó al fútbol australiano, pero una serie de lesiones en el hombro acabaron con su carrera. Cuando terminó, se iba a un parque cercano a su casa en Perth, donde sus amigos jugaban fútbol americano de bandera.
Un día, mientras jugaba con algunas patadas, fue visto por Craig Wilson, un amigo de John Smith, quien participa en Prokick con Chapman. Unos meses más tarde, Wishnowsky estaba de pesca cuando recibió una llamada de Smith proponiéndole ir a Prokick.
"Fui a casa, dije a mis padres que John Smith me enviaba a América, y ellos pensaron que estaba fumando algo", recordó riendo Wishnowsky.
Wishnowsky renunció a su trabajo instalando vidrio, se mudó a Melbourne para aprender el juego americano y el estilo de patadas de despeje, y aterrizó en Santa Barbara City College por un año para terminar su título de asociado. Luego se unió a los Utah Utes, donde ya había sido colocado desde dos años antes de alcanzar su elegibilidad de NCAA.
En Utah, le tomó poco tiempo establecerse a Wishnowsky. En el 2016, su primera campaña despejando en un escenario tan grande, Wishnowsky se llevó el Ray Guy Award y honores All-America consensuales después de promediar 47.7 yardas por despeje, con 30 despejes de 50 yardas o más y liderando a la nación en despejes colocados dentro de la yarda 10. Wishnowsky fue finalista para el Ray Guy Award en cada uno de sus dos temporadas finales en el colegial, y comenzó a darse cuenta que la NFL llamaría.
Esa creencia solamente se amplificó por la actuación como novato de Dickson y una creencia creciente de que los pateadores de despeje pueden impactar dramática un encuentro. Se trata de una creencia que los 49ers claramente establecieron al seleccionar a Wishnowsky en la cuarta ronda del draft pese a las críticas externas por gastar una selección tan alta en la posición.
"Esperamos que sea la respuesta a largo plazo", dijo Lynch. "Estamos hablando como si fuera un veterano de 10 temporadas. Cumple todos los requisitos en términos de lo que buscas de un pateador de despeje. Tiene una gran pierna. [El coordinador de equipos especiales, Richard] Hightower, nos idce que tiene todos los palos que necesitas en tu bolsa. Posee estilos diferentes, lo que es algo nuevo con los despejes. Le puede pegar con giros diferentes, así que sentimos que es un prospecto muy bueno para la posición".
El futuro es ahora
La cantidad de trabajo que invirtieron los 49ers en el estudio de Wishnowsky podría parecer excesiva, pero para observadores externos como Chapman, es exactamente lo que todos los equipos de la NFL deben estar haciendo.
Los equipos a menudo temen lo que no entienden, y la falta de comprensión ha dificultado que los equipos sepan lo que buscan cuando ven a un pateador con antecedentes en el fútbol australiano.
"La NFL todavía envían visores que nunca han pateado un balón a estudiar a los pateadores", subrayó Chapman. "Así que miran el video y dicen, "Este tipo es bueno, hizo ésto'. Luego se tiene a un australiano que llega y está haciendo todas estas patadas diferentes, y ellos dicen, '¿Qué diablos está haciendo?'. La mayoría ni siquiera sabe cómo evaluar eso".
Tomen a Johnston, por ejemplo. En Ohio State, Johnston recibía el centro y rodaba un poco a su derecha antes de patear, un estilo que comúnmente se denomina al estilo rugby en los estados unidos, pero que de hecho es más parecido al fútbol australiano. Johnston tuvo una carrera sólida con los Buckeyes, pero generó poca atención en el proceso previo al draft antes de una actuación destacada en el Combiando de Talento del 2017 de la NFL.
Aun así, Johnston no fue reclutado y, de acuerdo a Chapman, la mayoría de la retroalimentación era, "No sabemos lo que estamos mirando". Pero Johnston siempre ha sido capaz de despejar como otros pateadores de la NFL. Simplemente no le pidieron hacerlo en Columbus.
"'La NFL hizo espiral, Cameron no la hizo, por lo tanto, no voy a poner en riesgo mi trabajo evaluando algo que no conozco'", argumentó Chapman. "Ahí es donde creo que ha cambiado".
Los Eagles sí notaron a Johnston y lo firmaron como agente libre no reclutado, aunque no obtuvo su oportunidad hasta el año pasado. En su primera campaña de NFL, Johnston finalizó cuarto en la liga en yardas netas con 42.7 por despeje.
Con pateadores como Dickson y Johnston produciendo a un nivel alto, y la esperanza de que Wishnowsky haga lo mismo, es razonable esperar que más equipos buscarán su propia arma en los equipos especiales.
"Los coaches ahora han empezado a ver que existe otra manera", explicó Chapman. "¿Cómo obtenemos una ventaja? Viene a través de los equipos especiales, cuando al contrario no se le permite tocar el ovoide, hay yardaje, ha impredecible. Sabemos hacia dónde va, pero el rival no lo sabe. Se trata de impedir que la oposición se sienta cómodo con lo que hace.
"Simplemente siento que Shanahan y Lynch han visto el futuro y salieron a buscarlo. Éste es el futuro y el momento es ahora".