La última vez que los Cleveland Browns arrancaban una temporada con tantas expectativas, corría el año de 1995, Vinny Testaverde era el quarterback, Bill Belichick era el head coach, y venían de un segundo sitio en la AFC Central con un registro de 11-5, con una victoria en la Ronda de Comodines sobre los New England Patriots, antes de tropezar en la Ronda Divisional ante los Pittsburgh Steelers.
Las cosas no resultaron del todo en aquella ocasión. A media temporada, se anunció la mudanza de la franquicia a la ciudad de Baltimore para convertirse en los Ravens, el equipo finalizó con marca de 5-11, y Belichick fue despedido.
Esta vez, las cosas son diferentes. Los nuevos Browns --renacieron a la vida como franquicia en 1999-- no vienen de una marca ganadora. De hecho, no han tenido marca ganadora desde el 2007, y no han aparecido en un partido de playoffs desde el 2002.
En esta ocasión, el optimismo se genera de dos sitios diferentes. En primer lugar, la manera en que la franquicia cerró la temporada pasada, ganando seis de sus últimos ocho partidos, luego de despedir a media temporada a su head coach Hue Jackson y al coordinador ofensivo Todd Haley luego de apenas ocho partidos y una marca de 2-5-1 para iniciar la campaña. El head coach interino Gregg Williams, y el coordinador ofensivo interino Freddie Kitchens lograron exprimir el máximo a una plantilla de talento joven, y Kitchens fue promovido a head coach permanente durante la temporada baja.
En segundo sitio, está el talento adquirido en el receso de temporada. Nombres como Odell Beckham Jr., Kareem Hunt, Olivier Vernon y Morgan Burnett unen sus nombres a los de Baker Mayfield, Jarvis Landry, Nick Chubb, Myles Garrett y Denzel Ward, entre otros, para colocar a la plantilla de Cleveland, al menos sobre el papel, como una de las más interesantes de la NFL.
El 2019 será en Cleveland la lucha por convertir ese potencial en realidad.
¿ESTÁ LISTO EL CAPITÁN?
El ascenso de Kitchens dentro de la NFL ha sido rápido. Su primer empleo de NFL fue en el 2006, al frente de los alas cerradas de los Dallas Cowboys. Al año siguiente, emigró a los Arizona Cardinals para dirigir a alas cerradas (2007-2012), quarterbacks (2013-2016), y corredores (2017).
Cleveland contrató a Kitchens en el 2018 para asumir el puesto de coach de corredores y head coach asociado, obteniendo la promoción a coordinador ofensivo interino con los ceses de Jackson y Haley a media temporada.
La experiencia mandando jugadas de Kitchens se reduce a ocho partidos, los últimos ocho del año pasado, y se trata de una tarea que conservará en el 2019, a pesar de que ahora contará con un coordinador experimentado en Todd Monken.
Quizás la diferencia más notoria en el ataque de Cleveland entre las jugadas de Haley y Kitchens, fue la libertad que recibió Mayfield para salirse del guion e improvisar, para trabajar en un ambiente menos estructurado que se ajustase a sus aptitudes. Haley es conocido por ser un fanático del control, mientras que Kitchens ha dado pistas de ser más relajado con sus pupilos, dentro y fuera del campo.
¿Funcionará a largo plazo? Buena parte dependerá de la química fuera del campo entre Mayfield y sus receptores. Muchos observadores se mostraron escépticos cuando Mayfield criticó abiertamente al corredor Duke Johnson Jr. cuando pidió salir del equipo, pero Kitchens respaldó a su quarterback, quien también ha protagonizado algunos episodios de gritos con sus receptores durante las prácticas del verano.
Es una enorme responsabilidad para un pasador de segundo año y, probablemente, Kitchens deberá hacer notar su presencia de una manera más decisiva en un futuro no muy lejano. Dar carta abierta para que los jugadores funcionen dentro de su propio sistema de pesos y contrapesos parece arriesgado con la lista de nombres que hay en la nómina de Cleveland.
LAS NUEVAS ARMAS
Desde luego, Beckham se roba los reflectores. No todos los años se puede conseguir a uno de los mejores dos o tres receptores abiertos de la liga, a los 26 años de edad, en el mercado de canjes. Sobre todo, un año después de haber firmado una extensión de contrato del calibre de la que firmó Beckham con los New York Giants el año pasado.
Los incidentes en la banca neoyorquina sin duda obligan a la pausa, tratándose del extrovertido receptor. Pero si ahondamos en los hechos, todos parecen originarse en las derrotas constantes. No parece haber interrogantes por falta de ética de trabajo, por una personalidad complicada, o por distracciones de orden legal. Seguro, Beckham no es ningún Larry Fitzgerald, pero mientras no se convierta en un Antonio Brown, los Browns deberán estar bien.
La otra arma nueva que habrá que seguir de cerca en Cleveland es Hunt. Los Browns, y principalmente el gerente general John Dorsey --quien reclutó a Hunt cuando dirigía a la directiva de los Kansas City Chiefs en el 2017-- fueron duramente criticados por la opinión pública con el fichaje del corredor, quien se perderá los primeros ocho partidos de la campaña mientras cumple con la suspensión derivada de su agresión a una mujer en su casa de Cleveland. ¿Realmente necesitaban a Hunt? Me parece que no. Chubb enseñó cosas muy interesantes el año pasado, y Johnson tenía habilidades suficientes para cumplir con los cambios de ritmo como opción secundaria. Ese rol será ahora para Hunt --con Johnson siendo negociado a los Houston Texans la semana pasada--, y aunque nadie puede dudar de una capacidad superior de Hunt sobre Johnson, no sé si las repercusiones públicas por su fichaje habrán valido la pena.
Mientras tanto, el campamento de entrenamiento servirá para determinar quién auxilia a Chubb en lo que regresa Hunt, con los candidatos principales en Dontrell Hilliard y D'Ernest Johnson.
¿ES DE VERDAD LA DEFENSIVA?
Probablemente sí. Garrett se ha convertido en un jugador de élite en su posición luego de ser seleccionado primero global en el 2017. La adición de Vernon también promete, al lado opuesto de Garrett, y aunque no siento tanto optimismo por la llegada del talentoso pero inconsistente Sheldon Richardson en el interior de la línea, este grupo tiene talento de sobra.
El linebacker Christian Kirksey ha sido una máquina de taclear desde que llegó a la NFL en el 2014 como recluta de tercera ronda, y parece haber encontrado a su socio perfecto en Joe Schobert, recluta de cuarta ronda del 2016. Kirksey viene de terminar la campaña pasada en la lista de reservas lesionados, pero se ha recuperado totalmente y no debe haber secuelas al arranque de la campaña. El novato de quinta vuelta Mack Wilson, de Alabama, es otro jugador de bajo perfil pero acostumbrado a realizar jugadas grandes en partidos grandes. Por lo pronto, brilló en su debut de pretemporada con dos intercepciones, una devuelta para touchdowns, frente a los Washington Redskins. Se ha lucido durante el campamento de entrenamiento y, con el tiempo, puede convertirse en un sólido jugador para esta defensiva.
Más atrás, Ward fue lo suficientemente bueno el año pasado para ser el único jugador de Cleveland nombrado al Pro Bowl como novato en el 2018 pese a las adiciones de renombre que lo acompañaron. Si el recluta de primera ronda Greedy Williams cumple como esquinero al lado opuesto, los Browns se habrán hecho de una de las duplas jóvenes más interesantes en toda la NFL.
PREDICCIÓN
El mayor oponente de Cleveland en el 2019 es el peso de sus propias expectativas. Se trata de un oponente que ningún jugador de la plantilla actual ha enfrentado en un uniforme de los Browns. El talento está allí para pelear, sin duda, la AFC Norte contra Steelers y Ravens, pero ganar consistentemente es un hábito, y lo conseguido en el cierre de campaña pasado no califica todavía como "tradición ganadora" para Cleveland.
La inexperiencia de Kitchens también me deja dudas, y me inclino a pensar que este equipo está, todavía, a una temporada de madurez para ser considerado un candidato serio para el Super Bowl. Creo que se meten a postemporada con una marca de 9-7 o 10-6, pero caen en la Ronda de Comodines.