DALLAS – Al final parece que las diferencias entre Jerry Jones y Ezekiel Elliott sólo terminaron entre risas. Y, sobre todo, acabarán con millones de dólares más en los bolsillos de ambas partes.
Los Dallas Cowboys presentaron de manera oficial este jueves, en una conferencia de prensa, el nuevo contrato de su corredor estrella, por seis temporadas más y 90 millones de dólares, incluidos 50 millones garantizados.
Elliott tiene compromiso con los Cowboys al menos hasta el 2026, ya que su extensión se suma a los dos años de contrato que aún tenía restantes desde que firmó como cuarta selección global de la NFL.
“Estoy muy contento de que jugaré con los Cowboys toda mi carrera“, dijo Elliott. “Este equipo me ha dado muchas oportunidades desde que me eligieron en el draft. He trabajado muy duro y trabajaré todavía más. No han visto aún lo mejor de mi“.
El martes, después de su primer entrenamiento hacia la temporada 2019, Elliott no parecía tan contento al ser cuestionado sobre algunos comentarios del dueño de los Cowboys hacia él durante el tiempo que se negaba a entrenar en exigencia del nuevo contrato.
En particular, sobre el 'chiste' que hizo Jones al final de un juego de pretemporada cuando fue cuestionado en seguimiento al caso Elliott.
“Zeke who? (¿Quién es Ezekiel?)“, respondió en tono de broma.
El representante de Elliott, Rocky Arceneaux, dijo a la prensa días después que había sido una falta de respeto.
El martes, Elliott, con la cara desencajada, comentó que eso había quedado atrás, que prefería no hablar sobre ese asunto y que no había platicado con Jerry Jones en mucho tiempo.
Este jueves, al final de la conferencia, Jones le dijo que tenía un regalo para él: Una playera azul que por enfrente dice “¿Zeke who? y por atrás “¡That’s who!“ con una silueta con el número del corredor brincando vallas.
Elliott soltó la carcaja y miles de personas van a soltar dólares para comprarla, ya que a partir de este momento está en venta en línea y la próxima semana en las tiendas de mercancía oficiales de los Cowboys.
Así terminó la pesadilla de la gran mayoría de aficionados de los Cowboys, que temieron arrancar temporada sin el líder corredor en yardas ganadas de la NFL en dos de las últimas tres temporadas.