Ésta ha sido la temporada más atípica en la historia, pero nos ha regalado el mejor de los finales, con los dos mejores quarterbacks de la actualidad
Hasta para empezar a escribir es difícil decidirse, cuántas historias a seguir, cuántas genialidades y particularidades ha preparado este Super Bowl LV. Desde lo más repetido y obvio, como que ha sido la temporada más atípica de la NFL en medio de una pandemia y la incertidumbre en la que arrancó, cantidad de jugadores que decidieron dar un paso al costado y no jugar, otros tantos que se contagiaron en el camino, organizaciones que sufrieron las ausencias, así como el no haber tenido postemporada y en varios casos con entrenadores nuevos. Muchos partidos aplazados, pero eso sí, ninguno cancelado. Y aquí estamos, a un día del cierre, esperando lo mejor y preparándonos para la peor parte que vendrá como cada año, “la resaca”, esa larga sequía de NFL, de domingos sin futbol americano.
Y ya se avecina una movidita temporada baja con muchos interesantes movimientos, estrategias y armados de los equipos para el siguiente draft, agencia libre, negociación de contratos con los respectivos ajustes al tope salarial, etc., pero sabemos que de ninguna manera es lo mismo que cuando nos sumergimos en la plena actividad de las batallas en el emparrillado.
En fin, que de eso nos preocupamos a partir de este lunes, porque en lo que respecta a este domingo debe ser puro deleite y celebración, mejor clausura imposible (bueno, quizá si hubiera otro Half Time Show, pero se les perdona), y es que será un duelo de titanes a nivel de equipos, ya que ambos llegan con explosivas ofensivas, Kansas City Chiefs, la mejor de la liga, y Tampa Bay Buccaneers siendo la séptima; y defensivas que han despertado y cumplido en postemporada, pero también y más vistoso aún, en el frente a frente de dos portentos de quarterbacks.
¿Cuántos no quisiéramos haber conseguido a los 25 años lo que ha logrado Patrick Mahomes, y cuántos no quisiéramos llegar a los 43 de edad como se ve Tom Brady y con todos esos logros en el bolsillo?
Es que lo que hay por delante es de locura, Brady simboliza para esta liga el pasado-presente, y enfrente tendrá al niño maravilla que se ha convertido rápidamente en la cara de la liga, el presente-futuro de este deporte. La veteranía contra la juventud en la posición de mariscal de campo. Algunos lo han querido ejemplificar como si Maradona y Messi se enfrentaran, o un Michael Jordan contra LeBron James, pero esas medidas solo caen en el hubiera que no existió, meras suposiciones, porque para empezar no fueron de la misma época y no se enfrentaron en una batalla por el título. ¿Se dan cuenta entonces de nuestra fortuna?
Dimensionemos; en caso de levantar el Lombardi este 7 de Febrero, el quarterback de Kansas City Chiefs estaría consiguiendo lo que otros grandes nombres como Terry Bradshaw, Joe Montana, Troy Aikman, John Elway, Bart Star , Bob Griese y por supuesto, Tom Brady, lograron en el pasado, dos títulos de manera consecutiva. Mientras que, si fuera el quarterback de Tampa Bay Buccaneeers quien conquistara su séptimo anillo, se uniría a Peyton Manning como los únicos mariscales de campo en ganar títulos con dos equipos diferentes, pero con la enorme diferencia de que, ¡Tom Brady tendría más anillos que cualquier otra franquicia de NFL!
Brady y Mahomes pueden simbolizar también un estilo diferente de juego, pero llama poderosamente la atención comparar sus primeras tres temporadas como titulares, ambos llegando a dos Super Bowls. Aún no tenemos ni idea de cuñando llegará el momento en que Brady decida retirarse, luce lejano, pero de lo que sí estoy segura es que dejará un techo altísimo para Mahomes o cualquier otro quarterback que llegue a futuro.
Que, si ésta ha sido la temporada más atípica en la historia, pues nos ha regalado el mejor de los finales, terminando en tiempo y forma, con un equipo jugando en casa por primera vez y con los dos mejores quarterbacks de la actualidad, no se puede estar más que agradecido.