El quarterback de Cincinnati se destapó con una actuación histórica frente a sus rivales divisionales Ravens en una tarde inolvidable
En plena recta final de la temporada regular, hubo un número nutrido de actuaciones estelares en la Semana 16.
Pero, con los playoffs en la mira, nadie lo hizo mejor que el quarterback de uno de los actuales líderes divisionales de la AFC:
Joe Burrow, quarterback, Cincinnati Bengals
Con permiso, Steve Bisciotti, pero me parece que Burrow es el actual dueño de los Baltimore Ravens.
El quarterback de los Bengals completó 37 de 46 envíos para 525 yardas con cuatro touchdowns sin intercepciones en el triunfo que consolida momentáneamente a Cincy como llíder divisional.
No solamente se trató de la cuarta mayor cantidad de yardas aéreas en un partido de la NFL para Burrow, sino que, si sumamos lo que lanzó en el primer partido de la campaña entre estos dos rivales divisionales, Burrow se apuntó 941 yardas por pase ante Baltimore, el mayor total contra un solo rival en una temporada en la historia de la liga, según datos de ESPN Stats & Information.
Está claro, nadie en la plantilla de los Ravens --particularmente en la secundaria-- se va a librar de las pesadillas con Burrow como protagonista, especialmente Wink Martindale, coordinador defensivo, quien valientemente proclamó antes del duelo de este domingo que no estaban listos para confeccionarle su chaqueta dorada de Salón de la Fama al pasador de los Bengals, todavía.
La chaqueta dorada no estará lista, pero el jersey y un balón del juego irán a parar al Salón de la Fama, eso es seguro.
Burrow y los Bengals están encendidos, y no sé quién se les querrá poner enfrente cuando empiece la postemporada.
Ciertamente, los Ravens no.
Menciones honoríficas
Josh Allen, Buffalo Bills. Los Bills requerían de un partido estelar de Allen y lo obtuvieron, con 30 de 47 intentos de pase completos para 314 yardas y tres envíos anotadores sin intercepción, además de 12 acarreos para 64 yardas, permitiendo a Buffalo volver a saltar a la cumbre de la AFC Este en la recta final de la campaña regular.
Rex Burkhead, Houston Texans. Nadie esperaba que Houston venciera tan contuntemente a los Bolts, pero así fue, y sucedió en buena medida al que quizá haya sido el mejor partido en la carrera de Burkhead. Fueron 22 acarreos para 149 yardas y dos touchdowns por tierra, aprovechando las múltiples ausencias defensivas angelinas a causa del COVID-19
Damien Harris, New England Patriots. Sí, los Pats perdieron, pero Harris regresó al terreno de juego tras una larga ausencia encendido, acarreando el ovoide 18 veces para 103 yardas con tres touchdowns, evitando que New England extrañara demasiado el aporte de Rhamondre Stevenson, quien fue el caballito de batalla durante la ausencia del propio Harris.
Tee Higgins, Bengals. Ningún objetivo fue más importante este domingo para Burrow que Higgins, quien se despachó con 12 recepciones para 194 yardas y dos touchdowns, quemando a diestra y siniestra a la diezmada defensiva secundaria de Baltimore. Junto con Ja'Marr Chase y Tyler Boyd, hay gran futuro para Higgins y compañía en Cincy.
Justin Jackson, corredor, Los Angeles Chargers. Austin Ekeler no pudo jugar este domingo debido al COVID-19, pero Jackson tomó su lugar impecablemente. Llevó el ovoide en 11 ocasiones para 64 yardas con dos touchdowns, y agregó ocho recepciones para 98 yardas en el mismo papel versátil que suele desempeñar Ekeler para los Bolts. Lamentablemente para su causa, se fue a casa con la derrota.
Rashaad Penny, corredor, Seattle Seahawks. Pocas cosas funcionaron para Seattle bajo la nieve en una tarde en la que fueron eliminados de la contienda por los playoffs. Penny fue una de las excepciones. El corredor de los Seahawks llevó la roca en 17 ocasiones para 135 yardas con una anotación ante una defensiva de Chicago que suele ser dura.
Dak Prescott, quarterback, Dallas Cowboys. El quarterback de Dallas ni siquiera necesitó de tres periodos de acción completos para aparecer en nuestro listado, ya no hablemos del partido completo. De no haber sido por Burrow, hubiera aparecido en el lugar de honor gracias a una actuación que incluyó 28 de 39 completos para 330 yardas con cuatro touchdowns sin intercepciones en el completo desmantelamiento de la defensiva de Washington. Además, hizo algo de historia al convertirse en el primer quarterback en la historia de la NFL en lanzar pase de anotación a un corredor, ala cerrada, receptor abierto y liniero ofensivo en el mismo juego.