El mercado de pases del fútbol argentino tuvo hace unos meses en el centro de la escena: Maximiliano Salas, correntino de 27 años, figura clave en los títulos recientes de Racing y hoy uno de los refuerzos más resonantes de River Plate. Su salida todavía deja heridas abiertas en Avellaneda y el próximo duelo tendrá una carga especial: será la segunda vez que Salas enfrente a la Academia desde su polémico traspaso.
Un pase que todavía duele en Avellaneda
Racing tenía todo acordado para renovar su contrato, pero la aparición de River cambió el tablero. Marcelo Gallardo lo llamó personalmente, el club decidió ejecutar la cláusula de rescisión de ocho millones de euros y Salas frenó su renovación. A Gustavo Costas le confesó que era la oportunidad de su vida, frase que quebró la relación con el entrenador y la dirigencia. La hinchada no lo perdonó: hubo insultos en redes, malestar en el Cilindro y tensión hasta su último amistoso, el 28 de junio ante Olimpia. Dos días después, se confirmó su salida.
Un recorrido marcado por el esfuerzo
Criado futbolísticamente en el Club Victoria de Curuzú Cuatiá, Salas debutó en Primera con apenas 13 años. Pasó por All Boys y luego por Chile y México, con altibajos en O’Higgins y un gran rendimiento goleador en Necaxa. Volvió a brillar en Palestino, donde su rendimiento llamó la atención de Costas, que lo llevó a Racing. En la Academia vivió su gran salto: campeón de la Sudamericana 2024, campeón de la Recopa 2025, goles clave en semifinales ante Corinthians, asistencia en la final, y elegido en el equipo ideal del torneo continental.
Un reencuentro ya conocido… pero igual de tenso
Salas ya enfrentó a Racing una vez desde su salida, y para mala fortuna de la Academia se cumplió la ley del ex. River ganó en Avellaneda 1-0 con gol de Maxi Salas, en un duelo que terminó con empujones de algunos de sus excompañeros.
Ahora llega la segunda oportunidad: Racing vuelve a cruzarse con un jugador que pasó de figura del ciclo Costas a símbolo de traición para parte del hincha. El Racing–River vuelve a poner a Salas en el ojo de la tormenta: su nuevo presente, su pasado reciente y una historia que todavía está lejos de cerrarse.
