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Por qué este Superclásico marcará el año de Boca y River

El Superclásico de este domingo, por la fecha 15 del Torneo Clausura 2025, llega en un contexto que multiplica su valor. Boca Juniors, dirigido por Claudio Ubeda, y River Plate, bajo el mando de Marcelo Gallardo, se enfrentan en un duelo que marcará el rumbo de ambos equipos en la recta final de 2025. No es sólo una cuestión de orgullo: el resultado puede ser determinante para su clasificación a las copas internacionales y para el equilibrio interno de cada proyecto.

El choque encuentra a los dos con caminos irregulares, alternando buenos resultados y tropiezos, pero aún firmes en la pelea por los puestos de privilegio, al menos el Xeneize. La Bombonera, colmada, será el escenario de un partido que promete tensión, presión y mucho en juego. Ganar el clásico significará más que sumar tres puntos: será una declaración de intenciones para cerrar el año con impulso.

Boca, la reconstrucción con Ubeda y la obsesión por volver a la Libertadores

Desde que "Sifón" quedó en el mando tras el fallecimiento de Miguel Ángel Russo, Boca mostró una mejoría evidente en intensidad y carácter. El equipo viene de vencer por 2-1 a Estudiantes y antes consiguió un trabajado triunfo frente a Barracas Central y un contundente 5-0 ante Newell’s, resultados que lo reinsertaron en la pelea directa por los primeros lugares del Clausura.

En la tabla anual, el Xeneize suma 56 puntos en 30 partidos y ocupa una posición expectante: está dentro de la zona de clasificación a la CONMEBOL Libertadores, aunque todavía sin margen para relajarse.

En este Clausura se mantiene en las primeras posiciones de la Zona A con 23 puntos. La principal preocupación del cuerpo técnico es sostener la regularidad. El DT encontró en Miguel Merentiel, Milton Giménez y Leandro paredes pilares de un ataque dinámico, pero sabe que el clásico será su examen más exigente. “Estos partidos te marcan el año”, admitió el DT en la previa. Y no exagera: un triunfo ante River puede asegurarle al club tranquilidad institucional y una inyección anímica para el cierre del torneo.

River, el nuevo ciclo de Gallardo y la búsqueda de un golpe de autoridad

En Núñez, el regreso de Marcelo Gallardo en 2024 marcó un nuevo comienzo y llenó de ilusión, pero las cosas no están saliendo. Si bien llega con 52 puntos en la tabla anual, cuatro menos que Boca, mostró un rendimiento preocupante en los últimos 10 partidos, perdiendo 4 seguidos en el Monumental y despertando fuertes críticas de sus hinchas hacia los jugadores. El Millonario sufrió caídas sorpresivas, y el Superclásico aparece como una oportunidad ideal para reafirmar el rumbo y consolidarse en zona de Libertadores.

Gallardo apostó por varios jugadores que no rindieron de la mejor manera, sobre todo después de la eliminación en semifinales de la Copa Argentina ante Independiente Rivadavia. La idea es clara: dominar desde el juego a su eterno rival y recuperar la mística competitiva, algo que preocupa a Gallardo. Un triunfo en la Bombonera no solo lo consolidaría en la Zona B, sino que también reafirmaría la idea de que River, pese al mal momento, sigue siendo el equipo más competitivo del país.

La última caída sufrida ante Gimnasia en el Monumental pegó fuerte y una derrota en el Superclásico caería como un mazazo, espesaría más el clima, muchos jugadores seguirían en el foco de las críticas y hasta se podría especular con un ¿fin del ciclo para Gallardo?. El hincha perdió la paciencia y no queda otra que, al menos, no perder.

Un Superclásico que trasciende los números

Más allá de la tabla y los cálculos, el Superclásico siempre tiene un componente emocional que puede reconfigurar la temporada. Para Boca, ganar en casa significaría confirmar que el proyecto que inició Russo y continúa Ubeda va por buen camino. Para River, sería el golpe simbólico de autoridad que el plantel necesita para encarar el tramo decisivo del Clausura con confianza y despejar dudas. La derrota, en cambio, puede dejar heridas profundas.

En definitiva, el clásico del domingo no será uno más: definirá buena parte del destino futbolístico y emocional de los dos gigantes. En La Bombonera, Boca y River jugarán por los puntos, por el prestigio, por este año y por el que viene.