Facundo Cambeses y Agustín Marchesín. Arqueros en estado de forma, en equipos grandes, en plenitud de sus artes. La Liga Profesional ofrecerá este domingo una semifinal entre Boca Juniors y Racing Club, en La Bombonera, con un condimento irresistible: dos talentos en su pico más alto del año.
Cambeses, dueño absoluto del arco de la Academia; Agustín Marchesín, estrella experimentada del Xeneize en el sprint final. Dos historias diferentes, dos trayectorias que hoy convergen en un punto idéntico: la seguridad.
Mientras Racing atravesó el umbral de los penales con dramatismo y resistencia contra Tigre, Boca edificó su clasificación apoyado en el oficio y en la solidez defensiva ante Argentinos Juniors. Y en ambos casos, el factor común está bajo los tres palos.
Facundo Cambeses, la convicción que sostiene a Racing
A los 28 años, Facundo Cambeses vive el momento más determinante de su carrera. Su actuación contra Tigre, el pasado domingo en el Cilindro, lo elevó a la categoría de héroe en Avellaneda: atajó dos penales (a Tomás Cardona y Joaquín Laso) para sellar el 4-2 que depositó a Racing en semifinales. Fue el capítulo final de una noche que tuvo 120 minutos sin goles y un sinfín de emociones.
Pero hubo una escena que multiplicó su figura: la famosa "agua bendita". Antes del primer penal, tomó una botella ajena al costado del arco. Atajó. Volvió a tomar antes del siguiente. Atajó otra vez. Y cuando se quedó sin líquido, rogó por un poco más como si ese ritual espontáneo fuera parte de su destino. Lo contó entre risas después del partido: "Era un agua que estaba ahí. Tomé, atajé. Dije: ‘Listo, es agua bendita’. Después fui de nuevo, no había más y casi me muero... pero pude atajar igual".
Más allá del color del episodio, el fondo es claro: Cambeses transmite convicción. No es casual que Gustavo Costas lo catalogara como un ejemplo puertas adentro. Lo hizo con una anécdota que ya es parte del folclore reciente de Racing:
"Un día se inundó todo, se le quedó la camioneta y vino corriendo al entrenamiento. Hizo cinco o seis kilómetros bajo la lluvia. Y encima pidió perdón. Es de esos pibes que se merecen todo".
El arquero llegó en enero de 2024 tras un llamado del propio Costas. Tenía una propuesta firme de Vélez Sársfield para ser titular, pero se entusiasmó con Racing aun sabiendo que sería suplente de Gabriel Arias. Con trabajo, paciencia y personalidad, terminó ganándose el arco y convirtiéndose en referente del equipo.
Arias -quien no renovará y ya se despidió del Cilindro- fue más que un colega para él. "Con Gabi voy a estar agradecido toda la vida. Me ayudó muchísimo, lo considero un amigo", dijo Cambeses tras el triunfo. Su presente es tan sólido que ya ganó un lugar en las convocatorias de Lionel Scaloni para la Selección Argentina y es inevitable pensar que empezarán a aparecer ofertas del exterior.
Agustín Marchesín, el renacer del arquero que llegó a Boca para volver a ser
En la otra vereda, Agustín Marchesín vive un presente igual de luminoso, aunque construido desde otro punto: el silencio, la resiliencia y el trabajo fino del arquero que sabe que cada error se amplifica y cada acierto sostiene equipos.
Ante Argentinos Juniors, partido que Boca ganó 1-0 con gol de Ayrton Costa, volvió a ser determinante para sostener el resultado. Ya venía de atajar un penal clave frente a Talleres en octavos y hoy acumula cuatro vallas invictas consecutivas: River, Tigre, Talleres y Argentinos. Un tramo que explica gran parte del envión que llevó al Xeneize de Claudio Úbeda a las semifinales.
"Desde que llegué a Boca trabajo con la misma humildad de toda mi carrera", dijo después del partido. No hizo falta exagerar: su nivel habla por él. En su puesto, donde "se nota más cuando no te salen las cosas", Marchesín logró invertir la ecuación. Hoy se nota -y mucho- cuando interviene bien.
Úbeda lo sintetizó mejor que nadie en conferencia: "Cuando te llegan poco y el arquero interviene bien, como lo viene haciendo Agustín, nos da mucha tranquilidad. Los últimos cuatro partidos no nos convirtieron, y eso es súper importante".
Marchesín encontró respaldo, se volvió determinante en momentos críticos y sostiene una estructura que Boca pidió a gritos durante toda la temporada: un arquero confiable, seguro, maduro.
Marchesín vs. Cambeses, en una semifinal de lujo entre Boca y Racing
En un torneo marcado por la paridad y la tensión, Racing y Boca llegan a la semifinal sostenidos por sus arqueros. Cambeses es evolución y compromiso. Marchesín es templanza, resistencia, lectura y oficio. Dos estilos diferentes, un mismo impacto.
El domingo, en la Bombonera, en horario aún a definir, la semifinal tendrá un subtexto evidente: la batalla entre dos arqueros en estado de gracia.
