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Así se armó este Gimnasia que va por la gloria en el clásico ante Estudiantes en semis del Clausura

Gimnasia La Plata extendió su gran momento y derrotó 2-0 a Barracas Central por los cuartos de final del Torneo Clausura 2025, por lo que se ganó la posibilidad de enfrentar a Estudiantes de La Plata en las semifinales.

Este histórico Clásico platense llega en una situación de total levantada para el Tripero, que hace un mes hacía cuentas para salvarse del descenso y hoy se encuentra a dos partidos de consagrarse campeón y cortar una extensa sequía de títulos. La actualidad del equoi de Fernando Zaniratto tiene mucho que ver con una cuestión anímica, pero también con algunos cambios futbolísticos aplicados por el DT desde su asunción.

El ciclo del actual entrenador del Lobo comenzó de la peor manera: derrota 2-0 ante Estudiantes en el Clásico de la ciudad de las diagonales. El técnico llegó con una situación complicada, que empeoró luego de su primer partido. Todo pintaba mal en el Bosque.

Ante el Pincha, más allá del resultado adverso, comenzaron a verse algunas de las modificaciones a las que apostaba Zaniratto. La dupla de volantes centrales Augusto Max - Bautista Barros Schelotto no tuvo un buen partido, pero los sostuvo y hoy son una pieza clave. El hijo de Guillermo no solo le sumó dinámica al medio, sino que se hace cargo de muchas pelotas paradas y es fundamental en la generación de juego. Ese lugar del campo era ocupado, hasta la llegada del actual DT, por Nicolás Garayalde y Mateo Seoane.

Gastón Suso, que era uno de los referentes del Lobo, pasó al banco de suplentes y se consolido el dúo Renzo Giampaoli y Enzo Martínez en el fondo. La línea de fondo fue completada por Juan Pintado y Silva Torrejón en los laterales, que de a poco se transformaron en una herramienta ofensiva a tener en cuenta por los rivales, cuando antes se limitaban a defender.

Nelson Insfrán y Chelo Torres fueron los futbolistas más regulares del Tripero en el semestre y lograron sostener el nivel con la llegada de Zaniratto. Manuel Panaro es otro que supo dar soluciones en los peores momentos del conjunto platense durante el semestre y que hoy está totalmente afianzado en el once inicial.

Hay dos momentos, muy cercanos entre sí, que pueden ser tomados como puntapié inicial de la remontada del Lobo y el armado, sobre la marcha, de este nuevo equipo. Por un lado está la liberación por conseguir el objetivo de salvarse del descenso, luego de meses largos en los que la presión, la calculadora y la irregularidad reinó por el Bosque. Lo cierto es que todos estos cambios llegaron con la lucha por la permanencia en juego y en medio de una seguidilla intensa.

El otro es la inolvidable victoria en el Monumental. Para el Lobo, un triunfo ahí ante River es más que especial por las pocas veces en las que lo consiguió, pero en este contexto valió doble. Después de aquel 1-0, vino el 2-0 ante Vélez como local, el 3-0 en Vicente López frente a Platense para clasificar a octavos, el 2-1 ante Unión en Santa Fe y el 2-0 de cuartos frente a Barracas. Cinco festejos en fila, cuatro de ellos fuera de casa y solo un gol recibido.

"Sabemos que la gente está ilusionada. Se nota. Nosotros debemos trabajar calmos, concentrados, pero con ilusión. Muchas veces nos auto-boicoteamos en Gimnasia y eso es lo que no debe pasar. Hay que ser positivos y tenemos que estar todos juntos en búsqueda de la final", comentó Fernando Zaniratto después de meterse entre los cuatro mejores del Clausura y confirmar una vieja verdad: "los melones se acomodan mientras el carro va andando".