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Los mejores momentos de Maradona con la Selección

La Selección siempre fue su gran amor. Diego Armando Maradona declaró desde chiquito que su sueño era vestir la celeste y blanca y ganar un Mundial. Y lo cumplió, viviendo momentos inolvidables dentro del campo de juego.

EL DÍA DEL DEBUT

Maradona ya venía siendo figura en Argentinos Juniors. Era muy joven, pero se veía un enorme talento. Muchos lo pedían para la Selección, hasta que ese momento llegó. El 27 de febrero de 1977, nada menos que en La Bombonera, César Luis Menotti lo hizo debutar en un amistoso ante Hungría, que la Argentina ganó por 5 a 1. Pelusa entró en lugar de Leopoldo Jacinto Luque. Así, fue el futbolista argentino más joven que debutó en la Selección argentina.

JAPON LO VIO BRILLAR

El 19 de mayo de 1978 el DT César Luis Menotti decidió no llevar al Mundial a Maradona. Un duro golpe, pero pronto el 10 tendría revancha. Un año más tarde, con el mismo Menotti como entrenador, llevó a la Argentina a ganar el primer Mundial juvenil de su historia. En Japón, el 7 de setiembre de 1979, Pelusa levantó el título al vencer en la final a la Unión Soviética por 3 a 1. Anotó seis goles, fue la gran figura del equipo y de ese certamen, donde formó una muy buena dupla con Ramón Díaz.

EL PRIMER MUNDIAL

Finalmente, en 1982 llegó la hora de jugar el primer Mundial de mayores. Con Menotti nuevamente en el banco llegó el turno de España 1982. A pesar de que la Argentina era el último campeón y tenía a figuras que ya se habían consagrado, un joven Maradona no pudo rendir en su plenitud. El equipo ya no era el mismo, pero el 10 tuvo espacio para mostrar chispazos de su talento. Lo mejor se pudo ver en la primera ronda, cuando la albiceleste goleó 4 a 1 a Hungría con dos tantos del 10.

UN GOL IMPOSIBLE

La Argentina llegaba a México 1986 con muchas dudas. Pero el equipo de a poco se fue consolidando. El segundo partido de la fase de grupos fue ante la dura Italia. Luego de ganarle a Corea en el debut, los dirigidos por Bilardo empataron 1 a 1 ante la Azzurra con un golazo digno del mejor del mundo. Con la marca encima del defensor Scirea, el 10 pegó un salto y metió la pelota en el segundo palo del arquero Galli, que se quedó parado, mirando… “Le pegué casi tres dedos, con el revés del pie zurdo, la pelota pasó entre el defensor que cerraba y el arquero que salía”, describía el 10.

LA MANO DE DIOS

Llegaba el partido más importante del Mundial. Inglaterra. Unos años antes, en 1982, la Argentina perdía con los ingleses la guerra por recuperar las Islas Malvinas. Era un choque a flor de piel, con mucho en juego desde lo deportivo y lo emocional. En el comienzo del segundo tiempo llegó un gol polémico. La famosa mano de Dios, que pocos vieron en el estadio pero que los argentinos festejaron por el mundo, fue un gol que quedó en la historia sobre todo por el rival. Comenzaba a gestarse el Maradona que de ídolo pasaría a ser Dios…

EL MEJOR GOL DE LA HISTORIA

Unos minutos después llegó el mejor gol de la historia de los Mundiales. También, ante Inglaterra. Tomó la pelota en campo propio y en una apilada monumental dejó a cinco rivales en el camino para marcar un tanto inolvidable. “Barrilete cósmico, de qué planeta viniste”, gritaba hasta las lágrimas Víctor Hugo Morales en ese relato memorable. Una verdadera obra de arte que le permitió a la Argentina ganar 2 a 1 ese encuentro tan especial para meterse en las semifinales de México. “Fue un gol soñado”, dijo el 10.

SUEÑO CUMPLIDO

Luego de otro partido soñado ante Bélgica, donde marcó otros dos goles extraordinarios, llegó el momento de la final. Allí, esperaba nada menos que Alemania. Maradona no marcó goles en ese partido, pero cuando el choque estaba 2 a 2 y parecía que la Argentina tambaleaba, el 10 metió un pase extraordinario para que Burruchaga marcara el 3 a 2 final. Maradona, el mismo que de chiquito ante las cámaras declaraba que soñaba con jugar para la Selección y ganar un Mundial, cumplía el sueño del pibe. Era campeón del mundo, y ya demostraba que iba camino a ser el mejor de la historia.

ITALIA Y UN MUNDIAL ESPECIAL

En Italia '90, las lesiones no lo dejaron rendir en plenitud. Pero ni el tobillo inflamado ni la uña encarnada impidieron que se destacara. Gracias a su presencia y su personalidad, además de su talento, una Argentina con muchos problemas dejó en el camino a Brasil en octavos de final, donde Caniggia marcó el gol tras una gran jugada del 10, y luego a Italia, el local y gran candidato. Alemania ganó 1-0 la final con un penal polémico cobrado por el árbitro mexicano Codesal, pero el 10 dejó su sello y toda su magia, aún en inferioridad de condiciones.

1994, LA DESPEDIDA

El Mundial de Estados Unidos 1994 dejó un sabor amargo: la suspensión por doping lo sacó de la competencia y la Argentina, sin él, no pudo pasar de octavos de final. Sin embargo, hubo tiempo para que Maradona dejara su marca en Norteamérica. Una de sus mejores apariciones en ese torneo fue un golazo marcado desde afuera del área ante Grecia, en el debut de los dirigidos por Alfio Basile. El 21 de junio de 1994 fue el día en el que Maradona marcó el último gol con la Selección nacional. Y ese Mundial fue el último en el que el 10 vistió los colores de la Selección que tanto amaba.

EL TÉCNICO

Una vez cumplido el sueño de ganar el Mundial y vestir los colores de la Selección, llegó el momento de ponerse el buzo de entrenador. En octubre de 2008, tras la renuncia de Alfio Basile, Maradona se hizo cargo de la Selección argentina. Arrancó de manera oficial con unas Eliminatorias muy peleadas, que terminaron con una angustiosa clasificación a Sudáfrica 2010. El mejor de todos los tiempos se dio el gusto de dirigir a otro que le siguió los pasos: Messi. Uno de los momentos más sufridos y recordados fue el triunfo agónico ante Perú en el Monumental, cuando la Argentina empataba y complicaba sus chances de llegar a Sudáfrica. Palermo anotó el triunfo sobre la hora bajo una lluvia torrencial, y el 10 se tiró de cabeza al césped para celebrar un tanto fundamental para sacar el pasaje al Mundial.