Carlos De Pena, futbolista uruguayo del Coritiba de Brasil, contó qué le sedujo de este equipo para firmar por el club y habló de la intensidad que tiene el fútbol de ese país y lo exigente que es para los jugadores.
En entrevista con el programa “Convocados” (El Espectador Deportes), De Pena contó cómo han sido sus primeros tiempos en el club de la Serie B de Brasil, por el que firmó en marzo. “El objetivo es ser campeón y subir a la A. Se armó un equipo competitivo para conseguirlo, arrancamos con dos victorias en los primeros dos partidos. Estoy contento e ilusionado con lo que viene”, dijo.
El volante de 33 años llegó a Coritiba luego de su etapa en Bahía, donde quedó libre al terminar la temporada 2024. “Me presentaron un proyecto muy interesante. Es un club al que lo compró una SAD hace no mucho tiempo, súper organizado. Al director deportivo lo había tenido en el Inter de Porto Alegre, además de haber coincidido con algún otro funcionario. Estoy hace tres años en Brasil, esto pasó por una decisión familiar. Coritiba es una ciudad que me pareció espectacular, mis hijos están acostumbrados al país, y el proyecto me entusiasmó”, comentó.
El uruguayo también indicó que jugar en la segunda división “es un desafío”, pero dijo que está “con muchas ganas” de asumirlo. “Me tomé un tiempo para decidir de la mejor manera, creo que tomé la decisión correcta y estoy contento”, señaló.
De Pena también habló de la exigencia extra futbolística que tiene el fútbol brasileño, con las largas distancias de viajes para jugar, así como la cantidad de partidos del calendario. “Estoy acostumbrado porque en los últimos años me ha tocado viajar bastante. Es un país enorme con distancias largas y eso te hace estar fuera de casa muchos días. Mi familia está acostumbrada. Es algo que también lo tiene la Serie A, me tocaba ir a Bahía o Fortaleza que son cuatro horas de avión. La recuperación post partido es importante y a veces se prioriza eso. Toca estar más días fuera de casa, pero es en pro de descansar bien para el próximo partido”, explicó.
Respecto a la exigencia del calendario, De Pena dijo que le encanta jugar cada tres días. “Prefiero eso a jugar solo los fines de semana, se te hace larga la semana si no. Cuando jugás cada dos o tres días no podés descuidarte, hay que recuperar bien para estar pronto y competir. Es lo que más me gusta. En Inter tuvimos jugué 100 partidos en un año y diez meses, y en Bahía unos 40 en un año. Acá van a ser un poco menos al no tener competencia internacional, pero cada partido es dificilísimo. Vas a jugar a lugares difíciles, las temperaturas cambian y el estado de las canchas también. Es lo que atrae, es súper competitiva la liga”, mencionó.
El corazón en Nacional
De Pena fue consultado sobre si consideró volver a jugar a Uruguay antes de concretar esta nueva etapa en Brasil, especialmente, por la chance de jugar en Nacional, el equipo de sus amores. “Todo el mundo sabe lo que es Nacional para mí y lo que siento por el club. El sueño de volver está latente siempre. No depende de uno sino del club, que está por encima de todo. Me encantaría que mis hijos me pudieran ver con la camiseta de Nacional. Tengo 33 años recién cumplidos, me siento en plenitud y no es que me pongo un plazo para volver, pero siento que todavía me quedan muchos años de fútbol por delante y los quiero jugar en el más alto nivel. Si está la posibilidad de volver a Nacional y el club está de acuerdo y yo también, de mi parte se va a dar. Es algo que deseo y lo que siento por Nacional es lo que sentí siempre. Es el club que me formó como jugador y como persona y es el club de mi vida”, comentó.
El jugador también se refirió a que le gustaría “volver para poder rendir, jugar ser importante y ayudar al club con los objetivos que tenga”. “Estoy hace tres años y medio en una liga que me requiere jugar 60 o 70 partidos. No quiero mufar, pero vengo sin lesiones hace cuatro años y eso me hace pensar que me quedan muchos años en el fútbol, y como disfruto el día a día, lo quiero aprovechar. Si tengo la suerte de volver a Nacional me gustaría volver en plenitud para poder rendir”, añadió.
A su vez, habló de los comentarios que pueden decir algunos hinchas sobre los jugadores que vuelven cerca de los 35 años en la etapa final de sus carreras, y opinó que “la edad es solo un número hoy en el fútbol y se demuestra acá en Brasil”. “Tenés a jugadores como Thiago Silva con 40 años jugando 60 partidos y en otras ligas del mundo, lo mismo. Tuve de compañero en Inter a Gabriel Mercado con 38 años y sigue jugando en la liga más competitiva de Sudamérica. La edad es un número y lo que manda es el cuerpo. El mío me dice que todavía tengo mucha cuerda y la quiero aprovechar”, expresó.
