MADRID -- Un año después de una de las remontadas más épicas de los últimos años, el Real Madrid y el Manchester City reeditan un duelo que, en los últimos años, se está empezando a convertir en un clásico en la élite mundial.
La primera vez que ambos se enfrentaron fue en la temporada 2012/13 en la fase de grupos. Por entonces, José Mourinho era el entrenador de los blancos y Roberto Mancini el de los ingleses. El Madrid remontó por 3 a 2 al City en la ida y, en la vuelta, el empate a 1 gol cerraba una clasificación para ambos a los octavos de final.
La segunda vez que se vieron las caras fue en las semifinales de la temporada 2015/16. Manuel Pellegrini entrenaba al equipo de Manchester y desarrolló una eliminatoria muy rancia en la que el Madrid, con lo mínimo, pasaba a la final de la Champions League tras un gol de Fernando en propia meta.
La penúltima vez fue durante la pandemia cuando el City, ya entrenado por Pep Guardiola, eliminó al equipo español en los octavos de final de la temporada 2019/20 gracias al acierto inglés y a una eliminatoria para olvidar de Raphael Varane.
Y todo esto nos lleva al último enfrentamiento, el del año pasado, recuerdo del que muchos skyblues quieren huir para no volver a recordar los fantasmas de un duelo inenarrable para los de Ancelotti.
“Fueron superiores en todo momento”, relata una voz del vestuario madridista a ESPN: “Eso sí, supimos aguantar y, cuando todo parecía perdido, sacamos la épica y terminamos ganando”. Los blancos no jugaron bien el 80% de la eliminatoria.
En la ida, el Etihad vio una superioridad manifiesta que se plasmó con una victoria por 4 a 3 que, según fuentes cercanas al City, se antojó “muy corta” gracias al despiste defensivo del lateral derecho que propició una cabalgada increíble de Vinicius para recortar distancias.
“Al Madrid no se le puede dejar un espacio porque te la cuela”, cuenta un directivo del City a ESPN sobre lo que pasó en aquel partido de ida. Y es que, a pesar de la victoria local, los ingleses sabían que habían desperdiciado una oportunidad de oro para llevarse dos goles de diferencia al (tan temido) Santiago Bernabéu.
Mientras tanto, en Madrid se frotaban las manos. En un año en el que su defensa brillaba a un nivel altísimo y en el que Modric, Benzema y, sobre todo, Courtois brillaban con luz propia, los de Ancelotti se aferraban a otra remontada épica como la que consiguieron frente al PSG o al Chelsea. En ambas eliminatorias el Madrid supo sufrir, supo aguantar y supo destrozar a sus rivales en el momento más oportuno.
“Volver a hacerlo era lo más complicado porque el City eran palabras mayores y nos costaba mucho salir a la contra”, valora otra de las voces del Real Madrid a ESPN: “Sin embargo, sabíamos que, de tener la oportunidad, alguno de los de arriba no iban a fallar porque nos salía todo”.
El City llegó al Bernabéu con la vitola de favorito. Guardiola ya avisaba que el Bernabéu era “otra cosa” distinta en noches así. De hecho, una de las órdenes del de Santpedor era la de vigilar bien las contras, no tener desconexiones en defensa y, sobre todo, marcar las oportunidades que tuviera el equipo. Porque en estos detalles es donde la gloria europea espera.
En los momentos clave al City le salió todo mal, a pesar de haber hecho lo más difícil: Mahrez puso por delante a los de Guardiola en el 73, pero Rodrygo empataría en el 90, dejando opciones escasas al Madrid de volver a remontar. Llegó el fallo de Grealish que, con todo a favor, tuvo la opción de cerrar la eliminatoria y, otra contra, Rodrygo hizo un doblete para forzar una prórroga en la que el Madrid ya se veía en la final de París.
“Algo nos decía que, con el empate de Rodrygo, éramos capaces de hacerlo. Y lo hicimos. En la prórroga sabíamos que tendríamos la ventaja de jugar en casa y a los jugadores del City se les veía raros…”. Esta voz relata a ESPN, de la mejor manera posible, cómo se iban a desarrollar los acontecimientos en una prórroga en la que el penalti de Ruben Dias lo aprovecharía Benzema para finiquitar a los de Guardiola.
Aquí es cuando hay que recordar aquellas órdenes de Guardiola a los suyos de “no tener desconexiones en defensa”. Porque eso fue lo que, más allá de la ocasión de Grealish, destrozó a los ingleses. El fallo en el marcaje del cabezazo de Rodrygo y el fallo cometiendo el penalti clave de la eliminatoria es algo que aprovechó el Madrid. Los de Carlo Ancelotti cuando huelen la sangre son capaces de cualquier cosa.
Este año la cosa será distinta. El Madrid no ha vivido de remontadas épicas porque, sorprendentemente, no las ha necesitado. Los blancos han eliminado al Liverpool y al Chelsea más flojos de los últimos años, pero nadie les puede reprochar nada. Los cityzens llegan de eliminar al Bayern de Munich con un Haaland que, tras destrozar el récord de 35 goles en su primera Premier League, tiene el objetivo de ganar la Champions en su primera aventura inglesa.
Será un espectáculo digno de ver y, sobre todo, futbol a una escala intergaláctica. Toca disfrutar.