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La Chica del Banquillo: El Naufragio de Gareth Bale

ESPN

Gareth Bale amenaza con quedarse”. Una frase que entrecomillo porque no me pertenece. La leí hace un par de años en el diario Marca. Y tiene esa característica imperecedera de las grandes sentencias. Gareth Bale se queda. Como viene pasando desde hace varios mercados. Mientras el Real Madrid se preocupa por la Champions, por ir a Lisboa con más escudo que certezas, el galés se borra de la lista. No viajará. Quedó excluido de la convocatoria por decisión propia. Esas fueron al menos las razones que comentó Zidane en conferencia de prensa, cerrando espacio a polémicas. Se los traduzco al español: no quiere revelar detalles de su vestuario y que le crezca no una bola sino más bien un monstruo de nieve. Al menos él sí es un tipo de códigos.

Que Bale es talentoso, no tengo duda. Y mira que me pensé en ponerle brillante. Pero me dio frío. Que ha aportado tampoco está en discusión, pero no apareció cuando se le necesitó. Cuando Cristiano dejó la delantera desamparada por su molestia con el presi.

Los merengues irán con sus consecuencias a cruzarse en la línea de fuego con el Manchester City. Con asuntos pendientes, como si fuera un fantasma atormentado. La defensa más pulida sin su capitán y referente, Sergio Ramos. Aunque el sevillano viajó con la expedición. Simplemente por estar. Otro punto en contra de Bale… aunque parece que a estas alturas no está ni se le espera.

El Madrid se aferra a su última línea. A esa eficacia en el arte de aguantar. Al City le cuesta frenar los contraataques. Veremos si por allí se cuela Zidane. El parón fue favorecedor para los suyos. Se les daba por muertos -nunca den al Madrid por muerto. Irónicamente la pandemia que afectó a muchos a ellos los vitalizó. Ganaron 10 juegos que significaron el título de Liga, con sus matices, por supuesto. Los de Pep volvieron para ganar 9 de 12, pero la ventaja juega también.

Guardiola, sin sanciones ni lamentos, está a tres partidos de saldar deudas pendientes. No porque le deba a nadie, sino porque las mentes competitivas siempre se deben a sí mismas. Y es cierto, el Madrid tiene más escudo que certezas, pero ese escudo al mando de Zidane ha sido un flotador enorme que los ha salvado de naufragios durante las épocas de tormenta. A fin de cuentas, el Madrid es un barco del que nadie se baja hasta que se hunda. Con excepción de Gareth Bale.