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Efraín Juárez: La celebración fue efusiva, pero no me arrepiento

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El nuevo técnico de Querétaro felicita a Efraín Juárez por sus títulos en Colombia y señala que la vía para obtener oportunidades es ganando campeonatos. (3:26)

El técnico mexicano habla sobre el festejó que ocasionó que la policía lo detuviera y los títulos con Atlético Nacional en su aventura en Colombia


Efraín Juárez ganó Copa y Liga con Atlético Nacional en su estreno como primer entrenador. Llegó en agosto y en cuatro meses ganó dos títulos. Superó críticas, polémicas por sus celebraciones y un episodio en el que la Policía se lo llevó de sala de prensa asegurando que el técnico había provocado por sus festejos. Y todo esto, según detalla en una entrevista con EFE, ayudó a su equipo a “formar una familia” y a conseguir el doblete.

Efraín se define como “un líder progresivo” y “cercano” a sus futbolistas tras unos primeros meses en los que aplicó su libreto como entrenador. Además, agradece a Atlético Nacional que le diera su primera oportunidad con un contrato al que le resta un año y que, junto con la entidad, se comprometieron a revisar si se cumplían los objetivos para buscar “un reconocimiento” que “es entendido por todos”.

El técnico mexicano recuerda aquel episodio en la cancha de Independiente de Medellín, cuando la policía lo fue a buscar a la conferencia de prensa del estadio Atanasio Girardot y los jugadores lo defendieron. "La celebración fue efusiva, sí, pero no me arrepiento y no voy a arrepentirme", sentenció.

-¿Le ha dado tiempo a asimilar lo que ha conseguido en sus primeros cinco meses como técnico principal?

"El ganar la Copa y la Liga, es la punta del iceberg. Todo lo que está abajo, lo que vivimos con el entorno que tuvimos desde mi llegada, todas esas circunstancias… Es lo que más disfrutas, el día a día. Y ya pensando en otras cosas. Se gana y al día siguiente se trabaja. Estos días me ha dado para evaluar y analizar muchísimo viendo todos nuestros partidos y me hace saber lo que hay que hacer para seguir creciendo como equipo y como institución".

- Usted fue muy criticado en su llegada. ¿Cómo recuerda esos primeros días y esa primera rueda de prensa?

"El club me contó que nunca habían vivido tanta expectación y peticiones de periodistas en la presentación de un técnico. Todo el mundo decía que lo que estaba haciendo el club era una locura. Había más de 60 periodistas, no cabía la gente en la sala de prensa… Mi abuela, que en paz descanse, me ha dicho siempre: 'Hijo, preocúpate cuando no hablen de ti. Que hablen bien o mal, pero que hablen. Lo peor para un ser humano es la indiferencia'. Y ahí recordé esa frase. Yo estaba feliz, lo triste hubiese sido que fuera uno".

- En estos meses vivió un episodio que quizá nunca había visto antes, cuando la Policía se lo llevó de sala de prensa tras festejar una clasificación de su equipo. ¿Cómo recuerda este momento?

"Nunca había visto algo así. Es difícil recordar que a un técnico lo saquen de una conferencia de prensa para llevarlo a la comisaría por celebrar; si buscamos, es imposible. Jamás me imaginé que podía pasar. Yo estaba bastante tranquilo. El culpable siempre trata de justificarse. Y yo no. Jamás en la vida incite a nadie a nada. Estábamos en un derbi, en un clásico, contra el equipo de la misma ciudad y pasando a la final tras jugar más de 70 minutos con uno menos. Las celebraciones son del tamaño del esfuerzo que fue; y fue un esfuerzo sobrehumano. La celebración fue efusiva, sí, pero no me arrepiento y no voy a arrepentirme. Faltaba menos que no pudiera festejar".

- Habla de formar una familia con los jugadores. ¿Este momento les ayudó?

"Es para escribir un libro por todo lo que sucede. Esto te lo voy a contar y nadie lo ha contado. Después de esa conferencia me bajan y me quieren llevar a una especie de comisaría que hay en el estadio. Y decían de pasar por el vestidor de ellos -Independiente Medellín- en vez de pasar por otro lado. Y ahí estuvo mi grupo, que es increíble. Salieron todos los jugadores y dijeron 'no te lo vas a llevar. Si te lo llevas a él, nos lleváis a todo'. Estaba tan tranquilo, feliz y orgulloso de ver eso… Se me salían las lágrimas de felicidad. Después de esto, hablé con el grupo y les dije: 'Estamos formando una familia, si hubiera sido con alguno de vosotros, yo hubiese hecho lo mismo'. Estos son los detalles que algunos, tratando de hacernos el mal, nos ayudaron a formar una familia y a lograr los resultados que logramos".

-¿Cómo definiría el método Efraín Juárez tras sus primeros meses como técnico principal?

"Una de las cosas que aprendí es la adaptación. Me ha ayudado muchísimo. Me gusta decir que soy un líder progresivo, en el sentido de que me gusta el cambio, lo acepto y quiero cambios. En todos los sentidos. No soy un tipo cerrado. Me gusta mucho preguntar. Por ejemplo, si entrenamos en la tarde o en la mañana. Yo tuve la oportunidad de jugar al fútbol y me permite entender al vestidor y me gusta ser cercano con ellos. Que me vean como una figura de entrenador, de padre, de hermano, de amigo, de jefe… Y hacerlo de corazón, sin agendas".

- Hace unos días, William Tesillo ensalzó su trabajo. ¿Qué le han transmitido sus futbolistas en este tiempo?

"Bueno, nosotros invertimos mucho tiempo en planificar cada partido para darle a los jugadores las mejores herramientas y que, primero, se divirtieran en la cancha y, después ejecutaran el plan. A la postre, ellos, al otro día, venían y te decían: 'Todo lo que nos contaste pasó. ¿Cómo le haces?'. Y no es magia, es análisis".

- Hemos hablado de celebrar y ahora tiene otro reto. El día 25 con la Supercopa. ¿Cómo se hace para mantener a esa familia con hambre de seguir luchando por títulos y no acomodarse en el éxito?

"Es nuestro reto más grande de lo que viene. Tras cumplir un objetivo, tienes que ponerte otro y seguir luchando por eso. El conformismo es lo peor que le puede pasar al ser humano. Y te puedo decir que, conociendo a mi grupo y a mi familia, son tipos que tienen hambre de seguir creciendo y desde el día uno que empecemos las exigencias sobre lo que debemos mejorar serán claras. Lo más difícil no es llegar a la cima, es mantenerse. Se trata de poner las reglas claras. Quien tenga la barriga llena de ganar, que busque otro reto. Y si te tienes que ir, te tienes que ir. Empezando por mi. Si me ocurriera, yo sería el primero en levantar la mano y decirlo. No podemos faltar el respeto al club ni a 15 millones de hinchas".

- Cuando llegó al club firmó por año y medio. Ya ha cumplido medio año. ¿Ha habido alguna conversación respecto a su renovación?

"A todo Atlético Nacional le tengo un agradecimiento profundo por darme la oportunidad y por creer en mí y en mi cuerpo técnico, porque no fue una decisión fácil; para ellos y para nosotros. Necesitábamos ser campeones, esa era la magnitud del reto. Dicho esto, tengo la fortuna de decir que ni de jugador ni de entrenador ni en la vida me he movido por dinero. Si hubiese sido por dinero no me hubiese retirado a los 31 años, porque tenía ofertas pero decidí formarme como técnico. Por eso, cuando llegué a Atlético Nacional, fue muy fácil arreglarnos en el tema del dinero, con la premisa de que si esto iba por buen camino se iba a recompensar de alguna manera. No por mí, por mi cuerpo técnico, que depende de lo que pase día a día. Siempre debe haber un reconocimiento, eso es entendido por todos. Y seguramente nos juntaremos estas semanas y llegaremos a un acuerdo, porque depende de un tema de sentimiento, de amor a la camiseta y también de que confíen en ti".