Los defensores de Colombia respondieron con altura en la emergencia que representó la semifinal ante los uruguayos de la Copa América.
El comienzo fue discreto. Darwin Núñez detectó nervios y fabricó espacios desde los que remató dos veces sin oposición de frente al arquero Camilo Vargas. Se notó desconcierto en los centrales Carlos Cuesta y Dávinson Sánchez.
Se reinvidicaron en los momentos más complejos del partido por la expulsión a Daniel Muñoz al final del primer tiempo. Davinson asumió el liderazgo de la zona, de menos salida ofensiva por el ingreso de Santiago Arias a la derecha. Ganó nueve duelos de 13, fue impasable arriba, hizo cinco despejes.
"Sabíamos que el que se queda con 10 en esta Copa lo sufre. Nos tocó en esta oportunidad, pero por suerte pudimos aguantar para avanzar a la final", expresó Sánchez.
El ingreso de Luis Suárez acorraló más a Colombia. Los celestes ganaron todos los rebotes y el empate sobrevoló en el área.
Néstor Lorenzo metió a un tercer central. Envió a Yerry Mina y el muro se solidificó. El caucano intimidó, dio pierna fuerte y alzó la voz. Se impuso en sus dos duelos, no generó faltas y dio estabilidad en los 15 minutos que jugó.
Por segundo partido consecutivo, la Selección sacó su arco en cero. Transpiró para ir a la final. Sufrió pero jugará por el título. Gracias, defensa.