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La CONMEBOL Libertadores de Marcelo, de las lágrimas de tristeza a las de emoción

Marcelo festejó con euforia la Copa. Getty Images

Marcelo, una de las figuras del Fluminense campeón de la CONMEBOL Libertadores, tras derrotar a Boca Juniors en la gran final, celebró a lo grande un certamen especial, en el que pasó de las lágrimas de la tristeza por la escalofriante lesión que le produjo a Luciano Sánchez a las de emoción por la consagración en el Maracaná.

Este sábado 4 de noviembre, el legendario lateral izquierdo brasileño, ídolo del Real Madrid, se convirtió en el decimocuarto futbolista en coronarse en la UEFA Champions League -la ganó cinco veces con el Merengue- y la CONMEBOL Libertadores. Y, a pesar de haber gozado del éxito a lo largo de toda su carrera, le dio un valor muy especial: “El Real Madrid lo va a entender, este es mi título más importante a nivel de clubes. Es el club que me crió. El Real Madrid vive en mi corazón, pero de Fluminense es hasta difícil hablar”.

"Tenía una deuda con el Fluminense. Estaba escrito. No hay nada que decir. Yo trabajé, mucha gente criticaba. Y hoy Fluminense es campeón de la Libertadores", completó.

Pero la Copa del futbolista de 35 años, mundialista en 2014 y 2018 y medallista olímpico en 2008 y 2012, tuvo sus momentos de dolor.

El martes 1° de agosto, en una jugada dividida, Marcelo pisó a Luciano Sánchez, de Argentinos Juniors, y le generó una luxación completa de rodilla, lesión que lo marginó y marginará por varios meses de las canchas.

El carioca fue expulsado y se perdió el cotejo de vuelta, donde el elenco tricolor consiguió una agónica clasificación en Río y avanzó a los cuartos de final, pero el involuntario golpe le dolió.

Hoy me ha tocado vivir un momento muy difícil dentro del campo. Sin querer he lesionado a un compañero de profesión. Quiero desearte la mejor recuperación posible, Luciano Sánchez. ¡Toda la fuerza del mundo!”, publicó Marcelo en sus redes sociales.

CONMEBOL suspendió por tres partidos al brasileño, a pesar de los pedidos del Flu para reducir la sanción, por lo que también se ausentó en la serie de cuartos de final frente a Olimpia y recién volvió para disputar las semis contra Inter de Porto Alegre y la final ante Boca, en la que fue reemplazado a los 79 minutos.

Ya en el banco, Marcelo vivió y sufrió como un hincha. Lloró, pidió, rezó y festejó eufóricamente la primera consagración continental de Fluminense, el club de su vida. Y, de paso, se unió a Dida, Cafú, Carlos Tevez, Juan Pablo Sorín, Roque Júnior, Walter Samuel, Ronaldinho, Neymar, Danilo, Rafinha, Ramires, David Luiz y Julián Álvarez como los únicos 14 jugadores en ganar la Champions y la Libertadores.

En tres meses, uno de los mejores defensores laterales en la historia del fútbol cambió las lágrimas de tristeza por las de felicidad. Como uno de los emblemas del Fluminense de Fernando Diniz, vivió una consagración especial, reafirmando su leyenda a nivel global.