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Cómo le fue a Racing cuando definió como local sus series de la CONMEBOL Libertadores

Definir en casa no siempre aparecía como una ventaja para Racing en la CONMEBOL Libertadores. Durante más de tres décadas, jugar la vuelta en el Cilindro no garantizó impulso ni fortaleza emocional. Por el contrario, demasiadas veces terminó siendo el cierre de la historia. Entre 1989 y 2021, la Academia disputó 6 series en las que el partido decisivo se jugó en Avellaneda. Ganó sólo 1.

Sin embargo, desde 2023 cambió la tendencia y festejó en 3 de las 4 eliminatorias siguientes que se jugaron en el estadio Presidente Juan Domingo Perón.

Ahora, el equipo dirigido por Gustavo Costas alimenta su ilusión sobre los cimientos de esa historia reciente. Sobre esa base, la Academia procurará construir el edificio de su alegría cuando el próximo miércoles 29 de octubre reciba a Flamengo en el partido de vuelta de semifinales de Libertadores 2025.

La etapa negativa de Racing como local en la Libertadores

La primera señal negativa para Racing apareció en 1989, cuando cayó en octavos de final frente a Nacional de Medellín: el triunfo 2-1 en la revancha jugada en el Cilindro no alcanzó para revertir lo ocurrido en Colombia, donde el equipo argentino había perdido 2-0.

Aquel golpe fue apenas el comienzo de lo que se repetiría con insistencia.

En 1997, Peñarol volvió a llevarse la clasificación de Avellaneda tras un 0-0 que dejó a Racing con las manos vacías, porque los uruguayos se habían impuesto 1-0 en casa en la apertura de los cuartos de final.

En 2003, América de Cali calcó el libreto: otro 0-0 en la vuelta en el Cilindro y otra vez la sensación de que jugar de local no alcanzaba para torcer el curso de la serie, ni siquiera en los penales (derrota 5-6), luego del 1-1 con que había empezado esa llave en Colombia.

La única excepción de ese período llegó en 2015, cuando Racing venció 2-1 a Wanderers de Montevideo y pudo trasponer la frontera de octavos de final, ya que habían igualado 1-1 en Uruguay. Sin embargo, aquella fue una alegría fugaz. Apenas dos semanas después, Guaraní lo dejó afuera con otro 0-0 que consolidó una constante incómoda, luego de haber perdido 0-1 en Paraguay.

En 2021, San Pablo se impuso por 3-1 en Avellaneda y rompió con la ilusión después del 1-1 con el que la Academia había regresado de Brasil. Se cerraba, de ese modo, otra eliminación como local.

Hasta ese momento, la estadística era tan dura como el registro emocional: 6 series definidas en el Cilindro, 1 sola clasificación a la siguiente fase de la Libertadores. Jugar en Avellaneda no era ventaja. Era responsabilidad sin recompensa.

La nueva era de Racing en el Cilindro a partir de 2023

La tendencia cambiaría a partir de 2023, con tres festejos académicos en cuatro series de Libertadores cerradas en Avellaneda.

La goleada 3-0 sobre Nacional de Medellín, luego de una derrota 2-4 en Colombia, abrió paso a la celebración, con un global de 5-4 en octavos de final de la edición 2023.

Aquella alegría, que abrió paso a la nueva era, sería ensombrecida en la siguiente fase, ya que la Academia empató 0-0 con Boca, después de otro 0-0 en La Bombonera, y el Xeneize se impuso por 4-1 en la serie de penales pateados en el Cilindro.

Los puños apretados y los gritos de desahogo volverían a aparecer en dos ocasiones de la Libertadores 2025. Primero, el 3-1 sobre Peñarol para dar vuelta el 0-1 de Montevideo, en octavos de final. Después, el 1-0 sobre Vélez, luego de otro triunfo 1-0 en el Amalfitani, para cerrar el cruce de cuartos de final.

Contra Flamengo, la Academia buscará estirar las sonrisas de los últimos años cada vez que definió en ese estadio cargado de mística. Consciente de que la derrota 0-1 en el Maracaná no cerró nada, Racing regresará a Avellaneda para repetir sus noches felices: las de un equipo que define su destino en su cancha, rodeado por su gente.