El técnico rojinegro viaja motivado rumbo a Guatemala y cuestiona la dura falta sobre Anthony Hernández antes de la final centroamericana
Alajuelense ya viaja rumbo a Guatemala, pero lo hace con un técnico cargado de sentimientos, un semblante tenso y un mensaje claro: Óscar Machillo Ramírez está molesto, y lo dejó ver sin máscaras.
La victoria 0-2 ante Cartaginés fue apenas la antesala del viaje hacia Ciudad de Guatemala para el duelo más importante del semestre.
Sin embargo, más allá del resultado, lo que sacó de sus casillas al estratega fue la violenta entrada de Diego Mesén sobre Anthony Hernández, una acción que, según Ramírez, no solo fue peligrosa, sino también permisiva por parte del arbitraje.
“No está claro que a un muchacho lo empujen, lo boten y que la acción siga. Advertí a mis jugadores en el medio tiempo que no se confiaran, porque no estaba claro el tema”, dijo Ramírez, notablemente irritado.
El técnico reconoció abiertamente que la barrida sobre Anthony lo sacó de concentración y lo preocupó de cara a la serie ante Xelajú, donde el volante ofensivo es determinante.
“Me molestó mucho la acción. Muy desafortunada y agresiva. No sé qué pensaría el muchacho en ese momento”, sentenció.
Óscar Ramírez contó que su equipo ha tenido que convivir con un desgaste extremo: dos competencias simultáneas, viajes, calendarios apretados y, además, la interrupción constante del ritmo por los llamados de Selección.
“Hemos tenido que lidiar con todo esto. Tengo cuatro meses trabajando mejoras, tiempos, lidiando con la Selección… y ahora tenemos una final el miércoles. Todo pesa: partidos, aeropuertos, el ritmo”, explicó.
Aun así, celebró cerrar el liderato general, especialmente en un torneo donde no había margen de error.
“Amarrar el liderato era importantísimo. Nos da aire en medio de todo el desgaste”, apuntó.
Respeto total ante Xelajú
El Machillo no quiere que nadie en el entorno manudo caiga en triunfalismos. Recordó que Xelajú eliminó a grandes equipos y que llegar a la final no fue un accidente.
“Hay muchas personas que no le han dado el valor a Xelajú. Para mí es un rival serio, peligroso. Respetamos mucho esa camiseta y ese entorno”, comentó.
De los últimos siete torneos donde Alajuelense fue líder general, solo ganó uno. Pero Ramírez prefiere mantener la vista en el presente.
“Ayer ya pasó. Dormí en el hotel, con mucho frío, me cobijé y listo. Es ahora. El presente es hoy”, dijo, firme pero sin dramatismo.
La Liga ya emprendió viaje a Guatemala
El equipo rojinegro viajó la tarde de este domingo con una misión: sacar ventaja en el partido de ida de la final de Copa Centroamericana.
La molestia de Ramírez no cambia la ruta, pero sí el tono: el técnico quiere foco total, cero confianzas y evitar cualquier sobresalto arbitral o físico que comprometa una final que Alajuelense quiere levantar con urgencia.
