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Psicólogo analiza por qué Alajuelense se cae ante presión

El doctor Rafael Ramos dio una amplia explicación de la importancia que tiene el trabajo mental en el deporte y específicamente en un club como el liguista

La Liga Deportiva Alajuelense viene siendo presa de su propio manejo de emociones en los últimos años y esto es algo que muchos notan a leguas de distancia.

La forma en la que títulos se les han escapado de entre sus dedos en los últimos torneos en los que han llegado como favoritos y más recientemente el clásico que perdieron este domingo contra Saprissa no hacen más que reafirmar que el aspecto mental está golpeado en la institución.

El domingo anterior, Harold Wallace dijo que denotaba un bloqueo mental en Alajuelense que trae abajo al equipo en momentos determinantes, por esta razón, ESPN contactó con el doctor Rafael Ramos, especialista en psicología y llegó a la conclusión que es evidente que esta área debe reforzarse en la institución pues sus futbolistas están lidiando con mucha presión.

“Me parece que Alajuelense es un fenómeno particular, en el torneo tras anterior hizo más de 50 puntos y en las finales ejecutó tan mal que hizo que quedara fuera de todo, entonces, esa singularidad que se ha dado de jugar súper bien a lo largo del torneo y llegar a la final y no ser efectivos crea un patrón de disposición conductual que debe ser trabajado hacia la efectividad y que visualicen el juego como lo que es, un juego, y que la presión de la dinámica de una final sea valorada como un juego más”, explicó Ramos.

“Claro tiene que compromisos diferentes pero creo que tienen una predisposición que los lleva a que la presión a que bajen su efectividad en el campo y hay un claro mal manejo de emociones se ve en las intervenciones, en las reacciones antes y durante los partidos”, agregó.

Harold Wallace también apuntó que durante el tiempo que él y Luis Marín llegaron al cuerpo técnico trataron de implantar nuevas ideas, pero que hubo jugadores que no tuvieron apertura a sus métodos, entre ellos el trabajo mental, a lo que Ramos asegura que es fundamental darle importancia, pues tiene una gran influencia en el campo de juego.

“Estamos muy concentrados en mejorar resistencia aérobica y la técnica de ejecución en el dominio de balón, pero si no somos capaces de controlar la mente una persona se puede deteriorar ante la frustración”, comentó.

“Hay muchos ejemplos en el fútbol, un equipo que hace un primer tiempo ganando 2-0 descuidan su parte mental y terminan perdiendo 3-2 en el segundo tiempo y eso no tiene que ver con la destreza deportiva, tiene que ver con la regulación mental, con la capacidad de autocontrol y con la serenidad para tomar decisiones efectivas en cuestiones de segundos”, dijo el psicólogo.

Vulnerabilidad psicológica

Incluso, en un entorno como el futbolístico es muy dado a que los protagonistas no puedan mostrar debilidad ante el ojo público o ante sus compañeros, vulnerabilidad que el especialista considera que no hay que ocultar, hay que mostrarla y trabajar con ella.

“Hoy sabemos que un ser humano que tenga consciencia de vulnerabilidad puede desarrollar mayor efectividad en el campo de juego, la vulnerabilidad psicológica no está asociada a debilidad mental, todo lo contario, cuando un ser humano es consciente de la vulnerabilidad psicológica, puede trabajar estructuras mentales”, manifestó el especialista.

Frustración

A esto hay que sumarle un comportamiento de tensión entre varios de sus jugadores en algunos momentos que demuestran la clara frustración que viven tras no poder alcanzar un objetivo.

Esto queda muy en claro con el episodio de Leonel Moreira empujando a un periodista en diciembre pasado tras la eliminación contra Saprissa en la final de segunda fase y ahora con el golpe que Alexis Gamboa propinó en el banquillo del Estadio Nacional que provocó un daño a la estructura que hace que los jugadores no sean impactados directamente por el sol.

Para el doctor Rafael Ramos, esto es consecuencia de la alta expectativa que ha habido con Alajuelense y como todos esperan que saquen los resultados, pero que al final no se termina dando, provocando un descargo hasta agresivo de las emociones.

“No solo se compite contra el rival, sino competimos contra la presión social y además en la búsqueda de validación, no solo se trata de ganar, sino de validar quien es el mejor y al existir tanta presión eso exacerba las conductas reactivas e impulsivas y esto explica las conductas agresivas y la tendencia que hay, no es la primera vez que vemos en estos enfrentamientos deportivos, que hay mayor propensión a la reactividad, un escaso control de impulsos, mal manejo de estrés que incrementa las probabilidades agresivas”, añadió.

De hecho, que el juego de este domingo se resolviera en la última jugada termina afectando mucho a los integrantes del club rojinegro.

“Imagine la presión que esto genera de que hay estructuras de favoritismo y el entrenamiento a lo interno de los equipos tiene que haber apoyo en el manejo de frustración y contención, porque mientras no haya una estructura de manejo de estrés, tensión y frustración las capacidades de concentración de cualquier ser humano bajan porque no estamos en función de la competitividad, si no que estamos en función de evitar la derrota, eso exacerba los ánimos y nos pone mucho más sensibles”, finalizó el psicólogo Rafael Ramos.