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Alba Palacios: La aventura de la primera futbolista transgénero en España

Alba Palacios tiene 37 años y hasta 2017 se llamó Álvaro Palacios. Fue en aquel momento, camino de los 32 años, cuando decidió dar el paso: anunció su identidad transgénero, ya se hormonaba, y su descubrimiento provocó un pequeño terremoto -- lo reconoce -- en su entorno más cercano.

"A mis padres les costó aceptarlo", admite hoy, en 2022, cuando siendo la primera futbolista transgénero federada en España ha logrado esa estabilidad, felicidad y normalidad que siempre persiguió. No le resultó fácil, pero, asegura ella, el camino valió la pena.

ESPN Digital celebra en junio el Mes del Orgullo LGBT y nada mejor que conversar con una persona valiente, decidida y optimista como Alba para conocer tanto su historia como sus sueños. Algunos ya hechos realidad, otros aún por realizar. Tiempo, se denota en su discurso, tendrá para ello.

"En 2017 di el paso (definitivo) a lo que es la hormonación. Y ahí es cuando empiezas, con la hormonación, a dar el paso a la sociedad. Pero un año empecé con psicólogos, que me ayudaron en el proceso, que yo creo que es bastante importante para mí, porque en mi caso fue algo complicado ya que yo tenía 30 años y fue complicado por eso. Yo tenía una vida muy estable, con pareja, y tenía miedo a perder lo que era el trabajo, la pareja, amigos y demás. Al final, con ayuda de estos especialistas, estuve un año dando el paso poco a poco con ciertas personas y contándoselo... Y ya una vez que ya lo sabía todo mi entorno, empecé en 2017 con la hormonación", desvela, dando cuenta de su historia.

Queriendo o sin desearlo, Alba se convirtió en una persona especial, en un referente de la lucha por su identidad, una situación que se encontró de pronto y de la que no pudo escapar. "Siempre lo digo: yo no elegí ser referente. Cuando me dijeron de salir en los medios para ayudar a los demás, dije, 'No seas tan egoísta, Alba', porque tú siempre has buscado a alguien para ver si se podía hacer y no lo encontré. Pero, sí, a mí me hubiera gustado más que me conocieran por mi fútbol en vez de por ser trans.

"Al final, es complicado todo lo que pasas, todo lo que sufres, tanto psicológicamente como físicamente. La hormonación no es nada sencillo; es bastante complicado. Yo he tenido algún que otro problema en algún partido de fútbol con una serie de cambios de hormonación que he tenido. He tenido que abandonar directamente al minuto 25, por ejemplo, hace un mes un partido. ... Pero si esto sirve para que pueda ayudar a otras personas, y que vean que se puede competir y puedes cumplir tus sueños, pues bienvenido sea".

No fue, para nada, un camino fácil. "(A los 21) a era consciente de que me pasaba algo y dije, bueno, que tenía que intentar encontrarme bien". Alba dejaría el fútbol en equipo durante unos años. "A los 29 años, empecé en un equipo de Segunda Regional y estuve ahí jugando dos años. En el segundo año fue incluso un año en el que yo empecé a hormonarme a mitad de temporada", recuerda, algo que hizo sin decir nada a nadie del equipo. "Yo no me atrevía a comentárselo a mis compañeros nunca, solo al entrenador... Si es verdad que me decían que por qué me dejaba el pelo largo y que me veía más delgada -- bueno, delgado en aquel entonces - pero, no sé, yo nunca he dado signos de esa feminidad. No (asociaban). Yo lo dejé ahí y empecé mi etapa en Las Rozas Femenino y ahí empezó todo".

Amigos, familia, conocidos, público en general... El cambio fue una sorpresa mayúscula. Y por más preparación que hubiera llevado a cabo Alba, las reacciones fueron diversas, aunque sorprendentes para bien. "En público, lo que es en el trabajo, amigos y demás, al final bien... La familia fue algo más complicado", rememora ella, admitiendo que fue "más por el miedo y por el rechazo. Y el tema de aceptarlo sí que les costó (a mis padres). Al final, es algo que no entienden, cuando tú estás 31 años con tu hijo -- en este caso -- y te dice esto, y no han tenido signos de amaneramientos, o siempre lo está escondiendo, ¿no?... Además me gustaban siempre las chicas, los coches, el fútbol. Es algo muy complicado de asumir para unos padres. Tenía mujer -- y sigo con ella; hice la transición con ella y sigo y estamos muy bien, la verdad, gracias a Dios y todo va genial. Bueno, estuve un año en que mi madre le costó bastante porque era el único hijo de la casa; es complicado. Pero ahora estamos súper bien. La verdad es que viene a verme a los partidos y está súper orgullosa de mí y la verdad es que genial".

Con todo, mantiene que no es un camino sencillo por más que resuelve que dio el paso demasiado tarde. "Es verdad que me hubiera gustado transicionar mucho más temprano. Lo que pasa es que yo creo que cada persona transiciona cuando puede. En mi época era complicado; no había tanta visibilidad como la hay ahora y tenía muchísimo miedo. Al final no sabía ni dónde acudir, ni qué hacer, ni nada. Y tenía miedo. Los estereotipos de las personas trans que tenía eran travestis -- que no es malo -- sobre todo, que acababan siempre al final en la prostitución y me daba mucho miedo. Entonces yo sabía que no tenía por qué acabar así, pero, claro, cuando tienes el único entre comillas referente que tienes es ese, pues no te apetece dar el paso y luego sabiendo cómo era la sociedad con las personas que eran -- que yo tenía amigos gays y demás -- vi que era bastante duro" afirma, lo que le llevó a dudar de muchas cosas.

"No quería recibir esos comentarios, ese dolor, y me decidí a encerrar en mí misma... Es algo de lo que siempre me he arrepentido. Creo que tenía que haber dado el paso antes. Creo que es bastante importante porque aunque he podido disfrutar muchas cosas como Álvaro, y no las cambiaría, sí me hubiera gustado disfrutar de una juventud más siendo como Alba que me hubiera gustado. Pero, bueno, al final, lo importante es dar el paso y seguir disfrutando cada momento y ser feliz como eres".

Probablemente la sociedad no esté preparada y, sin embargo, en su experiencia personal Alba halló más comprensión y apoyo del que se podría sospechar. "Lo gracioso no es que haya perdido, sino es que he ganado muchos más amigos. Eso es lo curioso. He conocido a mucha más gente. Tengo gente que me apoya un montón, pero he ganado muchísimas amigas sobre todo, también muchos amigos. La verdad es que, bueno, algún que otro amigo sí es verdad que me he podido distanciar y ya no nos hablamos pero yo siempre digo que si esto sirve para hacer un filtro de las verdaderas amistades que uno o una puede tener, pues bienvenido sea. Al final, si la gente te quiere, te quiere por cómo eres y no por tu género".

Tanto como poner en el escenario la normalidad con que debería recibirse su situación a todos los niveles. En España, tanto la Federación Madrileña de Fútbol como la Española estuvieron a su lado y eso es algo que no olvida. "La verdad es que sí. Yo, primero, no sabía si podía ir a jugar al fútbol en competición. Yo simplemente quería entrenar. Y cuando veo que sí se puede jugar al fútbol ya cuando tenga mi DNI (Documento Nacional de Identidad), pues dije, bueno, pues a ver si puedo cuando tenga el DNI (con mi identidad femenina) a los dos años que te lo dan, después de estos dos años de hormonación. Pero como se enteró la Federación de Madrid (de Fútbol) de que yo estaba transicionando y entrenando en Las Rozas, un año antes de ya tener el DNI se puso en contacto con el club y me dijeron que yo podía jugar perfectamente en preferente, que es la Liga aquí de la Comunidad de Madrid. Porque había una ley -- que yo no lo sabía y desconocía -- que por el simple hecho de tu género sentido puedes competir, aunque no te estés hormonando. Entonces, a raíz de ahí, la verdad es que la Comunidad de Madrid y la Federación Madrileña me ayudaron un montón", rememora.

Alba advierte que fue una gran alegría cuando se enteró que podría competir. "Yo creía que iba a ser una pretemporada más de entrenar y ya está. Y cuando me llama mi entrenador y me comenta todo lo que está pasando, pues la verdad es que salté de alegría de poder ayudar a mis compañeras y saltar al campo, que siempre es lo que he querido y competir con ellas. La verdad es que muy emocionada".

¿Un ejemplo? Debiera serlo cuando sigue existiendo gran controversia en no pocos países donde se niega a las deportistas trans participar en competiciones femeninas, una situación que Alba entiende debería cambiar a partir de "estudiar cada caso", aunque de entrada tiene clara una cosa: "No podemos bloquear a las personas trans de competiciones femeninas".

"Cada persona trans es un mundo. ... También depende muchísimo del deporte que hagas. No es lo mismo hacer un deporte individual que un deporte colectivo. Yo, por ejemplo, en mi caso, pues es verdad que a lo mejor se nota que como soy una jugadora más entre 11 jugadoras -- incluso si metes un chico a jugar -- a lo mejor no gana el partido. Entonces es muy complicado. Yo entiendo que las polémicas surgen siempre a través de los deportes individuales en los que a lo mejor la potencia y resistencia es lo que prima. Todos sabemos que un nivel alto de testosterona -- ya sea, tanto en mujeres como en hombres -- eso siempre va a ser beneficiado por la persona. Y, bueno, habrá que estudiar cada caso. Yo creo que no se debería bloquear a las personas trans a competir", sentencia la jugadora del Torrelodones CF, que en abril ascendió a la nueva categoría de la RFEF, la Tercera RFEF, y en mayo ganó el Torneo Final de Temporada de Primera Nacional Femenina.

El camino es lento, los cambios difíciles y falta por ver cuándo la sociedad será capaz de normalizar la imagen de una deportista trans compitiendo al más alto nivel, algo que Alba considera aún tardará. "De momento es algo muy nuevo. Creo que hay que seguir haciendo estudios de temas de cada persona trans, porque como digo es un mundo. Y creo que hay mucho miedo y mucho desconocimiento de lo que es ser una persona trans. Al final, cuando decimos 'deportistas trans' yo sé que se refieren a chicas trans porque chicos trans me parece que no va a haber problema. ...

"Pero siento que las chicas es algo más complicado. Es verdad que el nivel testosterona afecta muchísimo en el deporte femenino y se nota un montón la diferencia. Pero no hace falta ser trans; tú te puedes dopar o incluso una mujer intersexual que genere más testosterona de lo normal aunque tenga el sexo femenino se le ve que muscularmente desarrolla más músculo y más potencia. Entonces de momento, yo creo que estamos dando pasos poco a poco; creo que tenemos que seguir avanzando, habrá seguir estudiando más los casos. Nunca para nada se le debe prohibir a una persona trans competir en el deporte".

Eso y, por encima de todo, comprender que es una razón de vida, simplemente, porque como ella misma advierte, "Yo no compito para ganar dinero ni para ganar medallas... Porque decían, 'Alba Palacios solo quiere ser la mejor y por eso se va a jugar con las chicas'. Qué va, ni mucho menos. Yo solo quería jugar en el fútbol femenino porque cuando yo por primera vez vi entrenar al Pozuelo y vi a las chicas del Pozuelo entrenar a nuestro lado en el otro campo, yo lo único que pensaba era que quería estar ahí, que realmente donde me siento a gusto es en el vestuario femenino. Me siento más cómoda. No he tenido ningún problema con los chicos nunca. Pero ahora que puedo disfrutar de estar con las chicas, es como sentirte como que estás en casa, como que encajas. Es esa sensación".

Encajar. Lo que debería ser tan fácil... Y tan difícil resulta aún a ojos de tanta gente.