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Barcelona, entre la polémica y el sueño de que vuelva Messi

BARCELONA -- El Barça se sacó de encima el agobio del domingo y lo transformó el alivio con que sentenció su sufrida victoria frente al Atlético de Madrid en una cuenta atrás pensando en un título que, ya de forma lógica, nadie contempla que pueda perderse alrededor del Spotify Camp Nou.

De los 24 puntos que faltan por disputarse al equipo de Xavi le bastaría con acumular 14, contando con que el Real Madrid sumase de tres en tres, para conquistar la Liga, que en un primer recuento, rápido y fácil (y aventurado), podría cerrarse en favor del club azulgrana el fin de semana del 21 de mayo, cuando en la jornada 35 reciba en su estadio a la Real Sociedad.

Desde que el 19 de marzo un gol al límite de Kessié sentenciara el Clásico el título se ha dado por descontado en favor del Barça, que en las siguientes jornadas ha ido administrando su ventaja sin más noticias futbolísticas que los resultados. El último mes solo se sobresaltó con los dos empates consecutivos frente a Girona y Getafe desviándose el foco mediático hacia el Caso Negreira, la financiación del Espai Barça y el futuro de Leo Messi, del que día sí día también se habla y escribe sin descanso aunque haya poco novedoso que explicar.

La última ha sido incidir en el viaje de la familia del astro argentino a Barcelona aprovechando los días de descanso en el PSG. Y hacer notar que llegó al aeropuerto cargado con 14 maletas, señal inequivoca, se ha proclamado, de que empieza a hacer la mudanza para instalarse otra vez en Castelldefels porque su fichaje por el Barça está encaminado. La especulación es tan libre como osada...

Mientras la temporada , en clave azulgrana, deambula con menos éxtasis del que cabría esperar cuando se está a punto de acabar con tres años de sequía. Si el nivel futbolístico se resintió desde que el 17 de febrero Pedri se lesionó frente al Manchester United, el encanto global del conjunto catalán se resquebrajó la noche en que el Madrid le apabulló en la Copa. Aquel 0-4 pinchó el globo de la euforia reconquistada y ha convertido el mes de abril en un tránsito con la euforia rebajada de manera evidente.

Como si de un mero trámite se tratara, el equipo de Xavi va pasando las jornadas a la espera de recibir la copa que le acredite como campeón, más aún después de cubrir el expediente del Atlético para evitar la tentación de sacar otra vez la calculadora del miedo y aventurar desastres venideros que obligasen a poner en el plano sucesos que muchos barcelonistas no vivieron, como aquel derrumbe de la primavera de 1982, cuando se celebraba el título a seis jornadas del final del campeonato... y el equipo que entrenaba el alemán Udo Lattek solo fue capaz de lograr dos empates, encajando 16 goles, para perder la Liga más increíble de su historia.

Nada hace pensar, ni por asomo, que ahora pueda repetirse aquello y descontándose las jornadas para cantar el alirón, la atención se reparte tanto entre el protagonismo que ha adquirido Joan Laporta, la última guerra política con el Madrid y el regreso, o no, de Messi. Demasiados frentes abiertos como para disfrutar del título como se debería. Por más que el equipo de Xavi esté lejos de la excelencia...