BARCELONA -- 0-4. El Barcelona solo ha perdido en cuatro ocasiones por este resultado en el Spotify Camp Nou. Antes de que le golease el Real Madrid en la semifinal de Copa el último cinco de abril había sucedido el noviembre de 1997 (frente al Dynamo Kiev en Champions), en febrero de 1987 (contra el Sporting de Gijón en Liga) y en noviembre de 1980 (ante el Colonia en Copa de la UEFA). Y excepto en aquella primera ocasión, que provocó el despido de Ladislao Kubala y bajo el mando de su sustituto Helenio Herrera se ganaron los siguientes seis partidos consecutivamente, los dos posteriores desastres dieron paso a una crisis de resultados alarmantes... Que nadie alrededor del club quiere hoy imaginar.
Pero la realidad es que desde que el Madrid de Ancelotti le atropelló hace dos semanas el equipo de Xavi se ha caído de manera evidente. Lleva enlazados tres partidos oficiales sin marcar un gol en una racha negativa que no sufría desde abril de 2008 y aunque mantiene una ventaja muy cómoda al frente de la clasificación liguera (once puntos) las sensaciones están lejos del optimismo.
"Lo hemos intentado pero hemos estado espesos e incómodos", reveló Xavi Hernández tras el empate en Getafe, probablemente en el partido menos brillante de todo el campeonato, relatando una retahíla de excusas (el sol, el horario, el césped...) que no ocultaron, ni ocultan, una realidad evidente: "No estamos en el mejor momento de la temporada". Y no es un escenario nuevo en el equipo azulgrana.
Hace un año, en abril, el Barça fue eliminado por el Eintracht Frankfurt en la Europa League y encadenó dos desastres ligueros como local (Cádiz y Rayo Vallecano), que borraron de un plumazo las buenas sensaciones que había mostrado en los meses anteriores. Tres derrotas consecutivas en el Camp Nou que condujeron al equipo azulgrana a un final de curso deprimente y que, visto en perspectiva, provoca la necesidad de un reset inmediato... Antes de que la alarma se convierta en urgencia.
DESENCHUFADO
Tras la victoria en la ida de las semifinales de Copa en el Bernabéu la euforia se desató en el entorno del Barça. Lanzado en la Liga, la decepción europea se había olvidado y se proclamaba la ilusión por conquistar el triplete nacional después de haber ganado la Supercopa de España y tener un pie en la final del torneo del KO. Pero el despertar no ha podido ser más amargo.
Con doce puntos de ventaja en la clasificación, en cuanto el Madrid pasó como un ciclón por el Camp Nou y le eliminó de la Copa del Rey al equipo azulgrana se le acabaron las ansias, la ambición y, se diría, la gasolina. Habiendo sumado dos de los seis últimos puntos en la Liga y con nueve partidos por delante para acabar el campeonto, al líder le bastaría (sin tener que ocuparse de su perseguidor) con sumar 17 de los 27 puntos en disputa. Y sin embargo la preocupación se ha instalado en el club.
El 0-4 ha provocado un seísmo en el Barcelona, que observa con temor la visita del Atlético de Madrid el próximo domingo y va haciendo cábalas pensando en los siguientes partidos atendiendo a que derrumbada su capacidad goleadora se abre cualquier tipo de escenario.
En abril de 2008, la última temporada de Frank Rijkaard como entrenador, el Barça enlazó cuatro partidos sin marcar. Empató (0-0) frente a Espanyol y Manchester United y perdió (2-0) ante Deportivo y (1-0) en Old Trafford, alcanzando los 410 minutos sin marcar. Son ahora 290 los minutos que no ha visto puerta bajo el mando de Xavi, que vivió aquella situación como futbolista y debe entender el decorado al que se enfrenta.
Echando una ojeada a la historia, después de que el 28 de febrero de 1987 el Sporting ganase por 0-4 en el Camp Nou, el Barça entrenado por Terry Venables perdió tres de los cuatro partidos siguientes; una situación calcada a lo que sucedió tras el 0-4 contra el Dynamo de Kiev del cinco de noviembre de 1997 con el equipo de Van Gaal, que solo sumó tres de los siguientes doce puntos en la Liga.
Visto lo visto... No es extraño que al Barcelona le entre el vértigo en el peor momento de la temporada. Y que, entre todo ello, haya quien recuerde que en 1982 se celebraba una Liga que, de manera inverosímil, dejó escapar el equipo de Udo Lattek en las seis últimas jornadas, perdiendo cuatro partidos y empatando los dos restantes...