El Barcelona puso pie y medio en los octavos de final de la Champions League derrotando en Montjuïc por 2-1 a un Shakhtar.
El Barcelona puso pie y medio en los octavos de final de la Champions League derrotando en Montjuïc por 2-1 a un Shakhtar que quiso pero no pudo. No jugó el equipo de Xavi el mejor partido que se recuerda, pero llegó al descanso con el triunfo prácticamente solventado, apoyado en un soberbio Fermín que en ocho minutos evitó que el sopor se apoderase de la hinchada, y se complicó las cosas en la segunda mitad, regalando el gol a Georgiy Sudakov y llegando a padecer por mantener la victoria.
El VAR validó el 1-0 de Ferran Torres, quien remachó a la red el inicial disparo de Fermín y que se estrelló en el palo. Se señaló fuera de juego pero vista la jugada se demostró la posición legal del canterano al recibir el pase de Gundogan, anotándose el gol y acabando con el ánimo de un Shakhtar que le puso tan buena intención a su juego como falta de consistencia.
Cedió el equipo ucranio y creció el Barça, más asentado en su fútbol, recuperando el control que no había tenido antes en el centro del campo y casi sin darse cuenta haciéndose ya dueño del partido, que dejó prácticamente visto para sentencia antes de llegarse al descanso, ocho minutos después del primer gol cuando Fermín, monumental, se inventó un latigazo desde la frontal del área, escorado a la derecha, que entró como un obús en la meta del sorprendido Dmytro Riznyk tras tocar el palo.
Ahí se diría que acabaron las dudas en cuanto al resultado... Algo que no fue así. Y es que tras el descanso siguió mandando con parsimonia el equipo azulgrana, dominando y llegando al área ucraniana pero no convirtiendo el triunfo en goleada hasta que llegó el susto. Y el padecimiento.
Se marchó arriba Cancelo, como tantas veces, y no regresó a tiempo cuando el Shakhtar armó el contragolpe. Se fue la jugada por su banda y dejó al descubierto a Oriol Romeu, incapaz de seguir a Sudakov, que anotó el 2-1, con casi media hora por delante...
Y no fue una media hora precisamente agradable. Aunque Fermín volvió a la carga, con otro obús al palo y un gol anulado, a medida que fue pasando el tiempo se estiró el Shakhtar en busca del empate y empezó a padecer el Barça, nervioso e incapaz de mantener el balón más allá de la excelencia de Gundogan y la paciencia que quiso imponer, hasta que se marchó dolorido, João Félix.
Entró en la recta final Marc Guiu junto a Marc Casadó y su presencia imprimió más frescura a un Barça sufridor pero convencido, entregado a la causa y apoyado en sus jóvenes valores, empezando por Fermín y acabando por Lamine Yamal, para concretar un triunfo tan ajustado como trascendental. Los octavos de final, por fin, ya alumbran en el horizonte azulgrana.