Lucas Ocampos vivió un momento de mucha tensión este domingo en la caída de Sevilla por 2-1 ante Celta de Vigo por LaLiga, al desactivar una discusión de tono elevado entre su compañero, Youssef En-Nesyri y su entrenador, Quique Sánchez Flores.
La pelea surgió cuando el DT decidió reemplazar al marroquí, que había marcado el único gol del equipo, a los 61' de juego para darle ingreso a Dodi Lukébakio. Y mientras salía no pudo ocultar su bronca al patear una botella de agua en el banco de suplentes.
Allí el entrenador lo fue a encarar y ambos quedaron casi cara a cara, únicamente separados por el argentino, que funcionó como escudo. El momento pasó y tanto como jugador como DT fueron consultados luego del partido por la situación.
En-Nesyri le bajó los humos a la pelea: "No pasó nada. Siempre quiero ayudar a mi equipo y fue cosa del momento. Como estábamos 1-0 arriba no quería salir. Hay que olvidarlo, son cosas que siempre pasan", declaró.
El DT, por su parte, fue por otro camino y no negó el conflicto: "Aquí ningún jugador tiene más derecho que nadie a jugar más o menos minutos. No puedo permitir que nadie se sienta diferente a los demás".
Lo cierto es que el Sevilla terminó sufriendo una remontada del Celta tras ese momento y sufrió una derrota por 2-1, que todavía lo mantiene con margen, pero coqueteando con la zona de descenso.