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Copa del Rey: Endrick salvó en la prórroga a un desorientado Real Madrid

Real Madrid derrotó este jueves por 5-2 a Celta de Vigo en el Estadio Santiago Bernabeu y avanzó a cuartos de final de la Copa del Rey en un partidazo que tuvo de todo: una remontada bárbara de la visita, prórroga, polémicas y mucho suspenso.

Todavía tocado por la goleada sufrida el fin de semana ante Barcelona, el Merengue salió nervioso a jugar ante Celta. Enseguida la tribuna hizo escuchar su repudio a varios de los jugadores que fallaron ante el Culé, y eso no ayudó en la situación.

Para colmo de males, la más clara del comienzo del partido fue para la visita, cuando el sueco Carl Starfelt le ganó a Antonio Ruddiger en las alturas y le pelota rozó el travesaño.

Minutos después llegaría la jugada que marcó el primer punto de inflexión del encuentro. Fue a los 37 minutos, cuando Celta armó una buena jugada por derecha que terminó con el sueco Williot Swedberg cara a cara con Lunin. El hombre de Celta intentó esquivarlo, avanzando de forma paralela a la línea de meta, y el arquero se lanzó al piso para tratar de desviar la pelota. No solo no lo logró sino que le tocó el pie al rival.

Para ser claros: Lunin no contactó balón y sí el pie del rival. En ese escenario, no tiene ninguna trascendencia si Swedberg después se tiró a propósito o simplemente se cayó, porque lo importante es que el portero merengue ya le había tocado el pie.

El árbitro no sancionó nada y nunca quedó claro si el VAR no la revisó o simplemente determinó -de forma errónea- que no había falta. Lo cierto es que después de eso, y sin que la jugada se interrumpiera, Real Madrid armó un contraataque furioso que encabezó Kylian Mbappé por derecha. El francés, luego de avanzar unos 50 metros con la pelota, ingresó al área y, con una violenta definición al primer palo, abrió el marcador.

El estadio entero quedó en suspenso, a la espera de una revisión del VAR, porque todo ocurrió en la misma acción: el penal no cobrado a Swedberg y el tanto de Kiki. Nunca llegó. O al menos no lo hizo de forma clara. El juez se desentendió y convalidó el gol de Mbappé.

Con esa 'ayudita' externa, el Merengue logró la tan ansiada calma y empezó a manejar el encuentro.

Apenas comenzado el segundo tiempo, Kiki volvió a frotar la lámpara con un pase bárbaro desde atrás de mitad de cancha para Brahim, quien trasladó unos pocos metros y luego asistió a Vinicius. El brasileño, cara a cara con el arquero Iván Villar, no perdonó.

Todo parecía definido. A tal punto, que a los 57 minutos Starfelt evitó sobre la línea el 3-0 del local, tras un sombrerito hermoso de Vinicius que ya había superado a Villar

La remontada de Celta

Carlo Ancelotti decidió sacar del campo de juego a Mbappé, hasta ahí la figura del encuentro, a los 79 minutos. Así de convencido estaba de que el pleito estaba definido. Pero el pobre Carletto no está en su mejor momento.

Cuatro minutos después, el marfileño Jonathan Bamba descontó luego de un error garrafal del francés Eduardo Camavinga, que quiso hacer un pase atrás y se la regaló en el borde del área a un Pablo Durán que enseguida le entregó la asistencia al africano.

Ese fue el segundo punto de inflexión del encuentro.

Porque a partir de ese tanto, algo fortuito, Real Madrid entró en un estado de nerviosismo. Sin Luka Modric, que había salido en la misma tanda que Mbappé, nadie se quería hacer cargo de la pelota, que quemaba.

Al darse cuenta de la situación, el visitante -que minutos antes parecía desahuciado- fue en busca de la hazaña. Y logró su cometido, porque a los 89 Bamba ingresó al área sobre la izquierda y Marcos Asencio se lo llevó puesto. El árbitro cobró penal y Marcos Alonso lo transformó en gol con una enorme jerarquía, demostrando que no le pesaba la responsabilidad de poner el empate a los 90 minutos.

Real Madrid reaccionó en la prórroga gracias a Endrick

El partido se fue a la prórroga y, por la estela que traía, Celta parecía mejor perfilado para quedarse con el triunfo y la clasificación.

Pero enfrente estaba Real Madrid y el escenario era el Bernabeu. Esa combinación falla pocas veces y esta no fue una de ellas.

En medio de la confusión y la ansiedad, apareció el brasileño Endrick para despejar las nubes. A los 108 recibió la asistencia de Arda Guller y sacó un potentísimo disparo cruzado que derrotó a Villar.

El sol volvió a salir para el Merengue, que dejó atrás el estrés y, con una ráfaga, terminó goleando. A los 112, el uruguayo Federico Valverde volvió a demostrar que es un mago para pegarle a la pelota en movimiento y a los 119, Endrick concretó su doblete personal tras un nuevo pase-gol de Guller.