BARCELONA -- Arda Turan ya es historia en el FC Barcelona. Historia de la mala, se entiende. Este sábado, horas antes de que en el Camp Nou se presentase a Yerry Mina, el último fichaje del Barça, el club azulgrana anunció oficialmente su cesión por lo que resta de temporada y la próxima al Istanbul Basaksehir, con el que negoció en los últimos días.
El líder de la Liga turca pagará, de acuerdo a lo informado, el salario del jugador hasta junio de 2019, pagará “una serie de variables en función de su rendimiento” y mantendrá una opción de compra cuyo montante no se dio a conocer. Hasta entonces el Barcelona se reservará igualmente la opción de vender a Arda a un tercer club si recibiera una oferta para ello, entendiéndose que el Basaksehir podría igualar cualquier oferta.
El Barça se saca de encima de esta manera un problema doble. Deportivamente Ernesto Valverde ya le comunicó al futbolista turco que no entraba en sus planes apenas comenzar la temporada. Arda fue convocado en la primer jornada liguera (frente al Betis) y a partir de ahí desapareció de todas las listas, encadenando curiosas y sospechosas bajas médicas que le apartaron del plano y, también, del ambiente de un vestuario que poco a poco le fue dejando de lado.
Económicamente el club no ha podido, ni de lejos, recuperar parte de los 34 millones de euros que pagó al Atlético de Madrid en el verano de 2015. No se sabe si a esa cifra se sumó algún millón más (se especificaron 7 en variables) pero sí, al menos, que la masa salarial de la plantilla, hinchada con los fichajes de Coutinho y Mina, podrá adelgazar un poco con su marcha.
La suma entre el crack brasileño y la promesa colombiana calcula un salario anual superior a los 15 millones de euros brutos, una cantidad no muy superior a lo que costaba Arda Turan a las arcas del club, con el que jugó su último partido el 26 de abril de 2017 frente al Osasuna para completar de esta manera 55 partidos de azulgrana en una estadística que le coloca entre los peores fichajes de los últimos años en el Camp Nou.