Real Madrid comenzó la Liga con el pie derecho gracias a la victoria por 2-0 sobre Getafe en el encuentro disputado este domingo en Madrid.
El Real Madrid de Julen Lopetegui va tomando forma. Sin llegar a ser espectacular, pero sí eficiente. Necesitaba saberse arropado, así fuera en un Santiago Bernabéu a media capacidad, y superior en la cancha. Sentirse seguro y en control; del balón y de los tiempos. Un apoyo seguro para Toni Kroos en la distribución- a falta de Casemiro y Modric, que aún no está listo para jugar un partido entero - y que la estrella designada se animara a dar un paso al frente.
Dani Ceballos, uno de esos jugadores para los que la confianza desde el banquillo lo es todo y que ha pasado de candidato a salir tras una fallida primer campaña a ser el relevo más efectivo para la media.
Y Gareth Bale. El ‘11’ merengue ha asumido su rol como pieza determinante casi con naturalidad; y un hambre feroz.
Salió a comerse el mundo de un bocado. Se movía de una banda a la otra; jalaba marca, bajaba a recuperar, o buscaba a Karim Benzema o a Marco Asensio, sus escuderos en ataque, ya fuera con el pase en corto como con un larguísimo cambio de juego.
A los tres minutos ya había probado a David Soria. A la siguiente, diez minutos después, estrelló el balón en el travesaño.
El galés era quien más hacía trabajar a una limitada defensa rival. Pero fue el lateral Dani Carvajal quien en un golpe de suerte, hizo los honores de estrenar la cuenta goleadora del Real Madrid en la Liga.
Bale, que se había colado casi hasta la cocina, envió un centro al área desde la izquierda que David Soria despejó con prisa hacia el corazón del área. El balón le quedó justo al defensa español de 1.73 m para elevarse a sus anchas sin que nadie le estorbara y enviar el balón a la red de un cabezazo y abrir el marcador.
Getafe, que había tenido poco y nada el balón, empezó a frustrarse, pero no podía hacer mucho más que intentar frenar al rival a base de faltas. Ni siquiera en las entregas absurdas de Isco en zonas comprometidas que permitían que los azulones acercarse al área se vieron en posibilidades de intentar un solo disparo hasta bien entrado el segundo tiempo. La defensa del Madrid, al parecer, aprendió la lección tras comerse cuatro goles del Atlético y estuvo a la altura para proteger a Keylor Nava (sí; aún titular puesto que tiene ritmo de juego y Courtois, que acaba de llegar, no).
Madrid pudo irse al descanso ganando con mayor ventaja, después de un par de intentos más de Karim Benzema, pero no fue hasta el minuto 51 en que decidió poner el 2-0 que daba tranquilidad, el premio al esfuerzo de Gareth Bale, y a la postre, el triunfo.
Necesitó muy poco para duplicar su ventaja. Un colosal error de Djené que dejó que Asensio hiciera lo que quisiera con un balón muerto cerca del área y sirviera con un cruzado a Bale, que batió a Soria con un potente zurdazo.
Con el partido resuelto y viendo que Getafe no exigiría gran cosa a su equipo, Lopetegui movió ficha. Empezó por enviar a Casemiro en lugar de un gris Isco a la hora de juego. Diez minutos después, mandó a Modric, con el único fin de que adquiriera algo de rodaje y a Lucas Vázquez, para dar descanso a los dos hombres que mayor desgaste habían sufrido. Ceballos y Bale. Ahí se acabó todo para los merengues. A partir de entonces se dedicaron a pelotear, cuando no a repeler a Getafe. Y a saborear su primera, y muy tranquilizadora, victoria de la campaña.