BARCELONA -- Antoine Griezmann visitará el sábado el Camp Nou por primera vez desde que en junio de 2018, en puertas del Mundial de Rusia, anunciara su decisión de continuar en el Atlético de Madrid y rechazar su fichaje por el Barcelona. Y lo hará, precisamente, cuando su nombre vuelve a estar en el candelero, relacionado con el Barça en una suerte de culebrón que provocará, sin duda, la reacción, ya se verá cual, de la hinchada azulgrana en el estadio.
El delantero francés se declaró “harto” de todas las especulaciones que se multiplican a su alrededor poco antes de que el propio presidente del Atlético, Enrique Cerezo, proclamase sin atisbo de duda que el jugador se quedará en el club colchonero “sin ninguna duda” pero alrededor del Camp Nou su fichaje ha pasado de ser descartado a posible y mientras en el propio club azulgrana existe debate respecto a la conveniencia de olvidar el pasado y estudiar la conveniencia de apostar por él, entre los aficionados tal posibilidad es vista, mayormente, con enorme desagrado.
Todas las encuestas que han realizado los medios catalanes al respecto no han dejado lugar a la duda. Casi un 92 por ciento de votantes de los 54 mil que se manifestaron en Mundo Deportivo se mostró contrario al fichaje y de los 37 mil que contestaron en la web de Sport, un 91 por ciento también votaron en contra de su llegada al Barça.
En el club existe una evidente incomodidad con este asunto por entender que, trasladada la responsabilidad final al área deportiva, un rechazo generalizado por parte de los socios pudiera penalizar la popularidad de la directiva en caso de apostarse por el fichaje del francés, quien en ningún momento ha dicho en voz alta que seguirá en el Atlético y deja que desde el Wanda se mantenga ese discurso optimista.
ENCAJE
Si desde un aspecto social se contempla difícil su entrada en el Barça, no menos se discute de ello desde un punto de vista futbolístico, dudándose que Griezmann pudiera encajar en el sistema azulgrana sin afectar a otras piezas del engranaje del equipo.
Aunque la decepción con Coutinho solo es comparable a la incertidumbre que empieza a existir respecto a una continuidad muy probable a no ser que llegase al Camp Nou una oferta lo suficientemente atractiva para no penalizar económicamente al club, la permanencia del brasileño entraría en conflicto con el francés, que también podría afectar a un Dembélé del que nadie duda en el Barça.
Doce partidos, los últimos siete con el Atlético de Madrid, ha jugado Griezmann en el Camp Nou desde diciembre de 2010. Diez derrotas y dos empates, cero goles y poca brillantez resumen sus actuaciones tanto con la Real Sociedad como con el cuadro colchonero en un escenario en el que pasó a menudo tan desapercibido como personaje central será este sábado.
Diez meses después de rechazar convertirse en el mejor socio de Messi, el barcelonismo se manifestará en un improvisado referéndum en el Camp Nou. La opinión del aficionado azulgrana se sospecha muy clara... Habrá que ver la decisión de la directiva a partir de ahí.