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Cartas desde Barcelona: Messi marca las cartas

BARCELONA -- A la misma hora que Barelona se echaba a la calle para conmemorar el día nacional de Catalunya, el 11 de septiembre, Lionel Messi, aquejado todavía del sóleo, se soltaba en una entrevista con el diario Sport en la que enseñó, sin disimulo, su particular hoja de ruta. ‘Sí pero...’. Y cuando el capitán utiliza el micrófono hay que estar tan atento como temblando quedaron las paredes de todas y cada una de las oficinas del Barça.

Para quien albergase alguna duda, Messi reabrió el debate de Neymar sin escrúpulo ninguno y provocó que todos aquellos que no entendieron las palabras de Javier Bordas comprendieran, de golpe, de qué va la película. El capitán demostró ser amigo del brasileño y, también, dio a conocer el que, según él, es el sentimiento general del vestuario. De los que mandan en él, por lo menos, al proclamar su decepción por no haberse concretado el regreso de Ney. Y de paso lanzó un pedrusco a Bartomeu y Grau porque “no sé si el Barça hizo todo lo posible” para reagrupar a aquel tridente que fue. Y que quiere, proclamó entre líneas, volver a ser.

Tan cercano a Neymar como frío con Griezmann, Leo, acaso sin pretenderlo, le hizo un flaco favor a Eric Abidal al ‘apadrinar’ la candidatura de Carles Puyol como Secretario Técnico, ‘invitó’ a Dembélé a “ser profesional” y no quiso mojarse respecto a la mejora, o no, de la plantilla respecto a la temporada pasada, asintiendo sin muchas explicaciones, “hay que marcar fuera”, la decepción que para él significó el varapalo de Liverpool. ¿Y su futuro? Ya se verá.

“Quiero seguir en el club, pero quiero ganar”, resaltó Messi en la entrevista, no negando que pueda marcharse al acabar esta temporada aunque sí proclamando que el Barça “es mi casa” y que su idea es “seguir acá el tiempo que me vea capacitado para rendir y el físico me lo permita”. Un aviso en toda regla, expresando que quiere un equipo que le acompañe en su ambición por ganar títulos.

Habitualmente mudo y casi siempre hermético con los periodistas de Barcelona, la transparencia y claridad con la que se expresó en esta entrevista, y la repercusión que tuvo en el entorno del Barça, dejó al descubierto que por más que se empeñe en repetir que “yo no mando en el club”, su ascendente en el Camp Nou es de una envergadura brutal.

Messi juega, siempre, con las cartas marcadas. Y no tiene, nunca, problemas en mostrarlas. Capitán en el vestuario, es quien marca el camino a seguir… A todos los niveles.