BARCELONA -- Leo Messi protagonizó la gran alegría de la noche en el Camp Nou… Y después el gran susto. El capitán del Barcelona, dolorido por un golpe que recibió a la media hora de partido frente al Villarreal, acabó renqueante la primera parte y ya no salió tras el descanso, ocupando su puesto Dembélé, que reaparecía tras lesionarse en Bilbao la primera jornada.
El crack argentino, que disputó su último partido en el Camp Nou el 12 de mayo frente al Getafe, se lesionó e sóleo en el primer entrenamiento de la pretemporada, al regreso de sus vacaciones el cinco de agosto, y tras una recuperación más costosa de lo imaginado permaneció fuera de los planes de Ernesto Valverde hasta el 17 de septiembre, cuando jugó la última media hora en Alemania, frente al Borussia Dortmund.
“Había que ir con cuidado porque es una lesión difícil”, aseveró el propio Messi tras recibir el premio The Best, argumentando su prolongada ausencia y después de jugar la segunda mitad del partido en Granada, entendiéndose a partir de ahí que su puesta a punto iba a consumarse con el paso de las semanas, en juego, y eso motivo que, por primera vez este curso, partiera como titular frente al Villarreal este martes…
Pero el golpe recibido cerca de la media hora por Ontiveros provocó que ya se pasará cerca de dos minutos siendo atendido en la banda y acabase la primera mitad, que había comenzado a tope de revoluciones y asistiendo a Griezmann en el 1-0, sin entrar tanto como se esperaría en juego.
Hasta que en la caseta, notando molestias en el muslo, decidiera con los médicos y el propio Ernesto Valverde, no salir en la segunda mitad. Habrá que ver, a partir de aquí, el alcance de esas molestias pensando en el partido del sábado en Madrid frente al Getafe.