BARCELONA -- Ronald Koeman, 57 años, hasta hoy seleccionador de Holanda y personaje de culto en el Camp Nou desde su etapa como futbolista de un Dream Team del que fue protagonista indiscutible, será el nuevo entrenador del Barcelona, en sustitución del cesado Quique Setién y con un contrato por dos temporadas, aunque consciente de que el nuevo presidente que salga elegido en las elecciones de 2021 podrá rescindirlo.
"Es el Cruyff de 1988... Un paragüas desesperado en un momento dramático para la directiva”, reveló a ESPN un antiguo colaborador del club y que, comparando el ascendente y personalidad de Koeman con Johan Cruyff, avisó que Bartomeu "no tiene más remedio que ponerse en sus manos, dándole libertad absoluta para tomar decisiones. Y aunque ahora lo entienda interesante para recuperar el mando habrá que ver cómo responde o reacciona si el carácter de Ronald provoca problemas".
Por primera vez en muchos años el barcelonismo aguarda la nueva temporada tan expectante con el proyecto deportivo ("aquí no hay temporadas de transición y siempre se sale a ganarlo todo”, advirtió el presidente) como atento a un cambio de guión absoluto y en el que, por primera vez desde la etapa de Guardiola, el entrenador sea el auténtico jefe del vestuario.
Lo quiso ser Luis Enrique ("el líder soy yo" proclamó el día de su presentación) meses antes de entender que el mando de Lionel Messi y ascendente del tridente hacían necesario que rebajase su tono para sobrevivir, y si antes Martino no tuvo la comprensión de las vacas sagradas y después Valverde supo adaptarse o Setién se estrelló por su rendición casi inmediata, de Koeman se espera que recupere el mando.
Y lo hace en un momento crítico a todos los niveles, a imagen y semejanza del aterrizaje de Johan Cruyff en 1988, cuando no dudó en meter el bisturí en una plantilla a la que domesticó sin despeinarse. Se tendrá que despeinar, sin duda, su Ronald, enfrentado a un reto tan apasionante como bestial.
'Quien se mueva, no sale en la foto' sería un resumen tan simple como práctico para explicar el futuro inmediato de la plantilla azulgrana. Detrás de la sonrisa de Ronald Koeman existe una personalidad de hierro, a medio camino de Johan Cruyff y Louis van Gaal, que controla sin disimulo el vestuario, vigilando a los fuertes y tan exigiendo como alentando a los jóvenes. Si en el Valencia no le tembló el pulso a la hora de apartar a pesos pesados como eran Cañizares, Albelda y Angulo por más que ello provocase un auténtico motín en el camerino que desembocó en su despido con cajas destempladas por el abandono que sufrió desde los despachos, en Barcelona tiene, de entrada, el apoyo sin reservas del presidente... Con una única, de momento, excepción personalizada, claro, en Leo Messi.
La primera tarea de Koeman, urgente, será preparar la plantilla de la próxima temporada... Y antes de que empiece a trabajar las sospechas ya se dirigen a no pocas vacas sagradas del vestuario. "Suárez tiene más de 30 años, Messi tiene más de 30 años, Piqué tiene más de 30 años, Busquets tiene más de 30 años... Les quedan todavía unos años, sí, pero después, ¿qué? Hay que cambiar, porque son posiciones importantes en el equipo, toda la columna vertebral”, reveló hace varios meses en una entrevista a TV3 en la que solventó sin disimulo su teoría. "Siempre digo que cuando tengo un jugador de 30 años y otro de 22, con el mismo rendimiento, pongo al de 22 porque eso es futuro. Hay que poner gente de casa si tiene calidad. Soy partidario siempre de jugar con gente de casa porque saben cómo juega el Barça y aunque no sé cómo está de nivel el fútbol base, siempre hay que mirar primero en casa y luego, fuera".
Ivan Rakitic y Arturo Vidal, Jordi Alba, Luis Suárez o Martin Braithwaite estarían en la rampa de salida... y también Sergio Busquets, más vaca sagrada incluso que Alba, al que pocos se atreven a nombrar pero de quien Koeman lo hizo no hace demasiado, en junio, para dejar patente que el lugar que ocupa el canterano lo contempla, fijo, para otro De Jong. "Su mejor posición es más cerca de su defensa. La posición donde juega Busquets. Esa es su mejor posición para él. Es donde juega en la selección y donde jugó en el Ajax.
El presidente Bartomeu, en su primera aparición pública después del terremoto, solamente nombró, además del innegociable Messi, a Ter Stegen, Clement Lenglet, Nelson Semedo, Antoine Griezmann, Frenkie de Jong y Ousmane Dembele como jugadores insustituibles (además, obvio, de los canteranos Ricard Puig y Ansu Fati), trasladando a Ramon Planes, superviviente en la secretaría técnica tras el adiós intempestivo de Eric Abidal, y el propio Koeman la responsabilidad de una limpia en la plantilla que se entiende tan ambiciosa como difícil de llevar a cabo.
Y mientras el nuevo entrenador sabe cual es el escenario al que se enfrenta, el presidente, que le ha dado carta blanca para tomar las decisiones deportivas que estime conveniente en el seno de la plantilla, confía en que todo lo que no pueda solucionar en primera persona tratando de llegar a acuerdos con los propios jugadores, lo muestre el técnico con señales indiscutibles.
El Barça tiene hoy por hoy una nómina de hasta 35 futbolistas, nueve de los cuales (por ahora con la ausencia de Todibo por su positivo en la prueba del covid) ya comenzaron la pretemporada. Buena parte de ellos, todos a excepción de Pedri y Trincao, se sumaron al trabajo entendiendo que su futuro estaba lejos del club pero, de momento, su escenario está en duda y por más que el club contemple su marcha será Koeman, de acuerdo con Planes aunque con plenos poderes, quien sentencie quien se quede y quien no a sus órdenes.
Del resto, de los que están de vacaciones (y también de Philippe Coutinho, un caso totalmente aparte y para estudiar a fondo) deberá decidir Ronald Koeman durante las próximas cinco semanas, tanto a través de consideraciones deportivas como entendiendo la necesidad que puso en la mesa Bartomeu de regenerar, revolucionar y rejuvenecer una plantilla señalada sin disimulo.