Por estas horas Suárez debe decidir qué hacer. Y, por cierto, su destino no está claro. Si es que se va del Barcelona, para eso debe ponerse de acuerdo con el club para rescindir un contrato millonario, la Juve y el Atlético Madrid lo esperan con los brazos abiertos.
Como informó ESPN el 8 de setiembre, el Colchonero lo quiere e incluso ofrece más dinero que la Vecchia Signora. Si bien resulta muy tentador imaginarlo como cabeza de área del equipo de Simeone, a Suárez le vendría de maravillas jugar en la Juve por varios motivos.
Estaría en un club del pedigrí del Barça, mejor acompañado adelante, sin tener que cargar él solo con el equipo en los últimos metros, sumaría una camiseta de primer nivel, a su palmarés podría sumar un título en otra liga y pelearía con mejores armas por otra Champions.
La voracidad por ganar, la competitividad extrema y el afán de superación han sido características que han movilizado a Suárez a lo largo de su carrera. La Juve sería el sitio perfecto para demostrar su vigencia en el máximo nivel.
Hay muy pocos jugadores que han compartido equipo con los dos mejores futbolistas de los últimos 15 años del fútbol mundial. Después de haber sido el socio perfecto de Lionel Messi, su íntimo amigo en el Barcelona, tendría la posibilidad de jugar al lado de Cristiano Ronaldo y generar otra sociedad letal. En sus años junto al argentino, el uruguayo demostró su inteligencia para saber ocupar el rol que le tocó tanto en el campo como en el vestuario. Nunca discutió el liderazgo futbolístico del mejor jugador del equipo pero salió al rescate siempre que fue necesario, con o sin Messi en cancha. En la Juve podría suceder lo mismo con CR7, con quien además tienen en común una mentalidad ganadora superior. Suárez podrá compatibilizar su orgullo individual con ser funcional a sus compañeros.
Porque no solo estará el portugués, también se encontrará con el talento de Paulo Dybala y Rodrigo Bentancur. El argentino, de juego similar a Messi, puede ser un socio fundamental de Suárez; ambos podrían retroalimentarse para que Dybala pueda consolidarse como uno de los mejores del mundo y para que el uruguayo tenga una gran despedida del fútbol de Europa.
Con Bentancur, Suárez ya ha jugado en el Mundial de Rusia 2018 y la Copa América 2019. Sería excepcional para la selección que un volante que será referencia de la Celeste por, al menos, una década se conociera mejor dentro del campo con el máximo goleador de la historia de la selección, que tendrá en las Eliminatorias y el Mundial de Catar “El último baile”.
Y desde lo físico también lo beneficia la Juve. Un equipo que ejerce una hegemonía incuestionable en la Serie A y donde Suárez se desgastará menos en un rubro en el que ha tenido problemas en el último tiempo. Con dominio territorial, será más importantes la paciencia y la lectura de juego que largos recorridos y lucha cuerpo a cuerpo en soledad para vencer a sus rivales y superar a los defensas.