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España busca volver a la élite ante la incómoda y sorprendende Suiza

BARCELONA -- La selección de España, nueve años después, disputará este viernes los cuartos de final de un gran torneo, después de enlazar fracasos en el Mundial de 2014, la Eurocopa de 2016 y el Mundial de 2018, enviada a casa a las primeras de cambio en Brasil y cayendo sin dar el tono primero en Francia y después en Rusia. Desvestida la selección de aquel pasado, con el ánimo impuesto por el mando de Luis Enrique y una plantilla de novatos, Suiza alumbra como rival tan asequible como impredecible. Su carta de presentación, eliminar a la favorita Francia, es suficiente aviso.

La teoría dibuja un papel de favorito para esta España que ha ido de menos a más en el torneo, primera selección capaz de marcar cinco goles en dos partidos consecutivos y en la que su entrenador tiene a todos sus jugadores disponibles, una vez confirmada la recuperación de José Luis Gaya que apenas sufrió una sobrecarga ante Croacia.

Suiza, por contra, afrontará el partido con la ausencia trascendental de Granit Xhaka, mediocampista del Arsenal, auténtico director de orquesta en el centro del campo helvético y que, amonestado en los octavos de final ante Francia, se perderá el duelo frente a los hispanos por sanción.

Sí contará Petkovic con jugadores capaces de arruinar el favoritismo de España, empezando por el héroe Yann Sommer en la portería y acabando con dos delanteros en ocasiones impredecibles pero siempre contundentes como son la pareja formada por el descubierto Breel Embolo y el experto Haris Seferovic, a quienes, ausente Xhaka, deberá nutrir de balones el también experimentado Xherdan Shaqiri buscando las costuras de una defensa española que mezcla solvencia con bisoñez y acusa, indudablemente, un liderazgo férreo.

No es históricamente la selección helvética un rival con el que echarse a temblar en España. De 22 enfrentamientos solo fue capaz de vencerle en uno (en el estreno del Mundial de 2010) pero de los últimos cuatro duelos, contando aquel de Sudáfrica, la Roja solo fue capaz de vencer uno, y el más reciente, en noviembre de 2020, terminó con un empate (1-1) en la UEFA Nations League que avisa al combinado español de que el partido de este viernes en San Petersburgo no será, para nada, cómodo.

Curiosamente, en ese último cara a cara Yann Sommer, el héroe de la selección suiza ante Francia atajando el último penalti de la tanda a Kylian Mbappé, fue capaz de rechazar dos penaltis a Sergio Ramos, lo que confirma que el combinado dirigido por Vladimir Petkovic alcanza los que son sus primeros cuartos de final desde el Mundial de 1954 con toda la ambición para hacer historia en su país.

La última ocasión en que cruzaron sus caminos en una eliminatoria directa de un gran torneo fue en los octavos de final del Mundial de 1994, venciendo en Washington por 3-0 el equipo que dirigía Javier Clemente con el segundo gol anotado, curiosamente, por Luis Enrique.

Eliminada consecutivamente en los octavos de final de la Eurocopa de 2016 (derrotada por Polonia en la tanda de penalties) y del último Mundial (caída ante Suecia) Suiza regresa al Estadio Krestovski de San Petersburgo, donde el 3 de julio de 2018 fue despedida por un solitario gol de Forsberg dos días después de que en Moscú la España que dirigía Fernando Hierro, en plena tormenta tras el precipitado despido de Julen Lopetegui, fuera eliminada por Rusia en la tanda de penalties.

La hora de la verdad para ambas llega otra vez en territorio ruso. Para Suiza jugar los cuartos de final ya es un éxito incuestionable, para la España de Luis Enrique, el primer premio al atrevimiento... Y, se confía, la puerta de entrada a su regreso al grupo de la aristocracia del futbol internacional.