<
>

Saint Denis, un escenario de buenos augurios para los galos

PARÍS - El Estadio de Francia, en Saint Denis, no puede traer mejores recuerdos para el fútbol de su país: fue allí donde, hace 18 años, la selección gala consiguió su hasta ahora único Campeonato del Mundo.

El moderno recinto -que este año ha alcanzado la mayoría de edad- acogerá mañana la final de la Eurocopa entre Francia y Portugal con la esperanza de ser de nuevo talismán para los "Bleus".

Construido para el Mundial de 1998, con un presupuesto de 364 millones de euros, el recinto cuenta con un aforo máximo para 81.338 en las noches de fútbol y fue diseñado por los arquitectos Michel Macary, Aymeric Zublena, Michel Regembal y Claude Costantini, que buscaron inspiración en el aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy.

El Estadio de Francia fue inaugurado en enero de ese mismo año por el entonces presidente francés, Jacques Chirac, con un partido entre Francia y España.

El autor del único gol aquella noche histórica fue el héroe nacional, Zinedine Zidane, que meses después guiaría a su equipo al título mundial.

Esa final será recordada siempre por las misteriosas convulsiones -cuyo origen nunca ha sido desvelado oficialmente- que sufrió en la noche previa el brasileño Ronaldo, que le hicieron rendir muy por debajo de su nivel ante los franceses.

Solo una hora antes de la final, en la alineaciones facilitadas por la FIFA, su nombre ni siquiera aparecía en el equipo titular de Brasil, que acabó perdiendo por 3-0.

Otro momento memorable para el fútbol francés en el campo fue su victoria en la Copa Confederaciones de 2003 ante Camerún, aunque, de nuevo, aquel partido se recuerda más por cuestiones extradeportivas.

El jugador camerunés Marc-Vivien Foé se desplomó en el minuto 72 del partido que enfrentaba a su selección con Colombia en las semifinales del campeonato. Tras casi una hora de intentos infructuosos de reanimarle, Foé murió por una crisis cardíaca.

Pese a que Camerún quiso suspender la final, la FIFA insistió en su celebración, que se llevó Francia gracias a un gol de oro de Thierry Henry.

El último gran momento que ha celebrado el balompié galo en el Estadio de Francia ha sido el contundente triunfo por 5-2 en cuartos de final contra la revelación de esta Eurocopa, Islandia.

Pero el campo -ubicado en la deprimida localidad de Saint Denis, en la periferia norte de París, para tratar de dinamizar la zona- tiene otros honores más allá del fútbol, como el de haber acogido la final del Mundial de rugby en 2007.

Con aquel partido entre Sudáfrica e Inglaterra, el estadio se convirtió en el primero de la historia en presenciar la final de las máximas competiciones de fútbol y rugby.

Además de como recinto deportivo, por su escenario han pasado grandes artistas como los Rolling Stones, U2, Metallica, Lady Gaga o Bruce Springsteen. Y dentro de apenas dos semanas, será el turno para la estadounidense Beyoncé.

En su diseño se introdujeron importantes innovaciones técnicas, como su superficie abombada para facilitar el drenaje del agua o su capacidad para ser desalojado en solo 8 minutos.

Precisamente esa facilidad para la evacuación fue puesta a prueba en el capítulo más negro de sus 18 años de vida: los atentados yihadistas del pasado 13 de noviembre, cuando tres terroristas suicidas hicieron estallar sus cargas explosivas en las inmediaciones del estadio.

Causaron la muerte de una persona y sembraron el pánico entre los espectadores -entre los cuales estaba el presidente francés, François Hollande-, quienes permanecieron ajenos a la tragedia que se estaba fraguando en París hasta el final del partido, cuando fueron evacuados a través del césped del campo.