El futuro de Neymar está ahora mismo en manos de Ousmane Dembelé y del emir de Catar, Tamim ben Hamad Al Thani, los dos hombres que pueden desbloquear su traspaso al Barcelona o condenarle a vivir una temporada más en el París Saint-Germain.
Según publica este miércoles en su edición digital el diario "L'Équipe", las conversaciones entre ambos clubes prosiguen ahora en la distancia, un día después de la reunión en París en la que cada uno fijó sus posiciones y se llegó a un terreno de entendimiento.
El jugador ha sido valorado en unos 170 millones de euros, una cifra aceptada por ambos, pero ahora tienen que ponerse de acuerdo en la forma en la que se efectúa el pago.
Por eso, cuando las dos delegaciones se separaron tras el encuentro, cada uno mantuvo conversaciones: el director deportivo del PSG, Leonardo, directamente con Doha, donde la última palabra la tiene el emir Al Thani.
La delegación catalana, encabezada por el director general del club, Oscar Grau, regresó a al Ciudad Condal con el objetivo de convencer a Dembelé de abandonar el club con dirección a la capital francesa.
"L'Équipe" asegura que en las últimas horas el Barcelona ha propuesto 130 millones, al croata Ivan Rakitic y la cesión por una temporada de Dembelé.
El campeón del mundo, que ya jugó bajo las órdenes de Thomas Tuchel en el Borussia Dortmund y que tiene una gran complicidad con Kylian Mbappé, aparece como la única pieza capaz de convencer a los franceses de rebajar el monto financiero de la operación.
A sus 23 años, el francés tendría problemas para jugar en un Barcelona con Leo Messi, Luis Suárez, Antoine Griezmann y Neymar, y en el que asoman jóvenes promesas de la cantera como Carles Pérez y Ansu Fati.
Con ese argumento tratan de contrarrestar las declaraciones de su representante, Moussa Sissoko, que hace unos días cerraba toda puerta a una salida del futbolista.
"L'Équipe" asegura que es el secretario técnico, el también francés Éric Abidal, el encargado de convencerle.
El rotativo afirma que ese intercambio tendría el beneplácito de Tuchel, que no desea que su flanco ofensivo se vea debilitado con la salida de Neymar sin que algún nombre de prestigio venga a llenar el hueco.
En ese punto entra el otro hombre clave de la operación. La venta de Neymar tiene una variante política y, por tanto, debe tener el beneplácito de Doha.
Hace unos días, el diario "Le Monde" aseguraba que el emir Al Thani se oponía a la salida de la estrella brasileña, porque supondría una derrota y mancillaría la imagen de todo el país, a tres años del Mundial que organizan y en el que reservan a Neymar un papel de embajador.
Desde entonces, las cosas se han movido. El jugador ha expresado su voluntad de regresar al Barcelona y ha dejado claro que no quiere volver a enfundarse la camiseta del PSG, que se visitó por última vez hace más de 100 días.
En el pasado, Al Thani ya ha demostrado que es capaz de tomar decisiones en la parcela deportiva sin atender a los consejos de sus asesores.
La más clara fue el fichaje de Thomas Tuchel para el banquillo en sustitución de Unai Emery, pese a que la dirección deportiva optaba por otros nombres.
La prensa francesa asegura que el futuro de Neymar se decidirá hoy o mañana.
El PSG juega el viernes en partido liguero en Metz, a tres días del cierre del mercado de fichajes.