La dirección del París Saint-Germain presiona a sus estrellas para lograr una reducción significativa de sus salarios, tras las pérdidas que espera por el parón prematuro de la temporada a causa de la crisis de la COVID-19.
Según publica este viernes el diario L'Équipe, el presidente, Nasser Al-Khelaifi, ha elevado el tono después de que muchos de sus jugadores ni siquiera le levanten el teléfono para negociar esa reducción de sueldo.
En el punto de mira, el capitán, el brasileño Thiago Silva, interlocutor privilegiado de la dirección, que se marchó a su país a pasar la cuarentena y que parece no querer ceder con su salario.
Su contrato acaba el próximo 30 de junio y el jugador se niega a reducirse el millón de euros mensuales brutos que percibe, y tampoco quiere ayudar a la dirección a convencer a otras de las estrellas de la plantilla.
Al-Khelaifi no oculta su descontento por el hecho de que los jugadores no respondan a sus llamadas.
Por ahora, los futbolistas del PSG están en paro parcial (ERTE), por lo que solo perciben el 84 % de su salario, una reducción insuficiente a ojos de la dirección, que teme que las pérdidas por el parón de la temporada alcancen los 200 millones de euros.
El club no ha suscrito un convenio al que el sindicato de jugadores llegó con la Liga, porque en ese texto se preveía un retraso de los pagos y la dirección quería una renuncia a parte del salario.